Itongadol.- Ezechia Marco Lombroso, más conocido como Cesare Lombroso, fue un médico y criminólogo italiano, representante del positivismo, llamado en su tiempo la Nuova Scuola (nueva escuela), teoría sostenida también por Enrico Ferri y Raffaele Garofalo; que falleció el 19 de octubre de 1909.
Hijo de un matrimonio judío pudiente integrado por el comerciante Aarón Lombroso y Zefora Levi, nació en Verona el 6 de noviembre de 1835. En 1852 se inscribió en la facultad de medicina de la Universidad de Pavía, donde se graduó en 1858. Participó en campañas contra la pelagra en Lombardía (enfermedad producida por deficiencia dietética, debida a la ingesta o absorción inadecuada de vitamina B3, uno de los compuestos del complejo de la vitamina B) contribuyendo con la educación de los campesinos pobres.
En 1866 fue nombrado profesor extraordinario en la Universidad de Pavía y en 1871 asumió la dirección del manicomio de Pésaro. En 1871 fue nombrado profesor de medicina legal en la Universidad de Turín, donde enseño hasta su muerte, en las cátedras de Medicina legal, Psiquiatría y Antropología criminal.
Lombroso sostuvo, y de acuerdo a su visión demostró que las causas de la criminalidad se relacionan con los aspectos físicos y biológicos del individuo, siendo posiblemente el aspecto más conocido de su teoría es considerar que el delito es el resultado de tendencias innatas de la persona, de orden genético, que tienen que se pueden ver en ciertos rasgos físicos o fisonómicos de los delincuentes habituales (asimetrías craneales, determinadas formas de mandíbula, orejas, arcos superciliares, etc.).
Pero también planteo en sus obras como factores criminógenos el clima, la orografía, el grado de civilización, la densidad de población, la alimentación, el alcoholismo, la instrucción, la posición económica y hasta la religión.
A diferencia de otros criminólogos de su época, Lombroso expuso con crudeza sus conclusiones, pues despoja en el lenguaje científico que utilizaba todo tipo de sentimentalismo, es decir que aparte de la cruda descripción de la realidad eludía los juicios morales. Sostiene que no existe casi remedio para criminal adulto, al que hay que separar de la sociedad, pues en muchos casos son incorregibles.
El método científico que utilizaba era bastante precario, ya que se basaba en la observación empírica de la población y de relaciones de causalidad escasamente fundadas. Un ejemplo es la comparación que efectúa entre la temperatura anual media en las distintas provincias de Italia y el índice de homicidios en cada una de ellas, concluyendo que el calor favorece este tipo de delitos.
Según Lombroso, la defensa social neutraliza el peligro que generan los individuos que no pueden dominar sus tendencias criminales, aunque acepta que pueda existir la posibilidad de intentar una readaptación en algunos casos.
Lombroso fue muy crítico con la manera de actuar de abogados y juristas, sosteniendo que pretendían aminorar la pena precisamente para los individuos más peligrosos.