El actual presidente centrista Hasan Rohani, ha sido reelegido en la primera vuelta de las elecciones con 23,5 millones de votos, según ha anunciado el ministro del Interior Abdolreza Rahmani Fazli. El candidato ha obtenido casi el 57% de los votos en la primera vuelta de los comicios.
En segundo lugar lo ocupa el clérigo conservador Ebrahim Raisí, con 15,4 millones de votos, un 38,55 %, y muy por detrás se sitúan los ex ministros Mostafa Mirsalim, conservador, y Mostafa Hashemitaba, reformista, con el 1,13 y un 0,52 % de los sufragios, respectivamente.En una rueda de prensa previa, el viceministro del Interior, Asghar Ahmadi, ha detallado que la participación en las doceavas elecciones presidenciales desde la Revolución supera el 70%. Se trata de una de las más altas de la historia republicana -la masiva afluencia a las urnas notada por este periódico durante la jornada electoral hacía vaticinar tamaña cifra- y supera, por ejemplo, la participación en las últimas elecciones generales españolas.
En Irán, la alta participación suele beneficiar a los reformistas.Salvo cambios, Rohani, un clérigo y diplomático con una vasta trayectoria en cargos de Seguridad Nacional, prolongará su mandato de jefe del Ejecutivo durante cuatro años más. Durante su primer periodo, Irán firmó con EEUU y varios países euroasiáticos el histórico acuerdo nuclear, que detuvo un programa atómico iraní con fines militares a cambio del alzamiento de un régimen de sanciones. EEUU extendió esta misma semana el levantamiento por el cumplimiento del pacto por parte de Irán.
Grandes marchasMás allá, bajo la Administración de Rohaní -de 68 años- que él caracteriza como "moderada", los iraníes, especialmente los más jóvenes, han gozado de una relajación de las restricciones en el espacio público. Esta misma semana, cientos de partidarios de Reisí y, especialmente de Rohani, celebraron grandes marchas por el centro de Teherán con las fuerzas de seguridad más pendientes de mantener el orden de la circulación que de reprimir sus conatos reivindicativos. Ibrahim Reisí, de 56 años, que contaba con el respaldo de gran parte del clero, del campo conservador y de los grupúsculos aislacionistas, había centrado su campaña en atacar el leve resultado palpable que el levantamiento de sanciones nucleares ha tenido en el bolsillo del iraní de a pie, así como el ascenso del paro. En los últimos días, el alcalde conservador de Teherán y candidato a Presidente, Mohamed Baguir Galibaf, se había retirado de la competición presidencial para sumarse a la campaña de Reisí.
Más allá, bajo la Administración de Rohaní -de 68 años- que él caracteriza como "moderada", los iraníes, especialmente los más jóvenes, han gozado de una relajación de las restricciones en el espacio público. Esta misma semana, cientos de partidarios de Reisí y, especialmente de Rohani, celebraron grandes marchas por el centro de Teherán con las fuerzas de seguridad más pendientes de mantener el orden de la circulación que de reprimir sus conatos reivindicativos. Ibrahim Reisí, de 56 años, que contaba con el respaldo de gran parte del clero, del campo conservador y de los grupúsculos aislacionistas, había centrado su campaña en atacar el leve resultado palpable que el levantamiento de sanciones nucleares ha tenido en el bolsillo del iraní de a pie, así como el ascenso del paro. En los últimos días, el alcalde conservador de Teherán y candidato a Presidente, Mohamed Baguir Galibaf, se había retirado de la competición presidencial para sumarse a la campaña de Reisí.Ni Rohani ni Reisí llevaban en su programa la ruptura del acuerdo nuclear, puesto en la picota por Donald Trump. Rohaní ha prometido durante sus mítines trabajar para acabar con otras sanciones no relacionadas con el programa atómico, continuar con sus recetas económicas -que han permitido rebajar la inflación por debajo de los dobles dígitos- y promover más libertades individuales; Reisí abogó por introducir subsidios y potenciar tanto la industria local como las rentas del pacto nuclear