Itongadol.- (Por Yair Rosenberg*) Activistas anti-israelíes intentan tergiversar la tradición de Pésaj como una celebración asesina.
Uno de los mitos anti-semíticos más duraderos en la historia judía es la difamación de sangre, un reclamo medieval de que los judíos hacen su matzá de Pésaj con la sangre de los niños gentiles.
Tal vez de forma más memorable, la difamación fue promovida por Osama Hamdan, el portavoz oficial de Hamás, el grupo terrorista que controla Gaza. La esencia de la calumnia, como por muchas formas de fanatismo, es la refundición de una inocente tradición judía como algo siniestro. Y esta semana pasada, justo a tiempo para Pésaj, los activistas anti-Israel en las redes sociales intentaron ofrecer una actualización de esta calumnia medieval.
Comenzó cuando la vicecanciller de Israel, Tzipi Hotovely, publicó en Twitter: "Un brindis por la festividad de Pésaj en la oficina del Ministerio de Relaciones Exteriores esta mañana. Israel tiene la responsabilidad moral de actuar en la arena diplomática contra las atrocidades del régimen sirio".
Hotovely relacionó la historia judía de la persecución con la responsabilidad judía de proteger a otros bajo amenaza, como el pueblo sirio. Un mensaje que fue rápidamente tergiversado, afirmando que la celebración festiva era por las muertes sirias, según propagandistas anti-Israel que no pueden leer hebreo.
Esta calumnia fue rápidamente retwitteada y compartida por muchos otros prominentes usuarios anti-Israel, incluyendo a Rania Khalek, una escritora de extrema izquierda con 112.000 seguidores de Twitter, cuyo trabajo ha aparecido en puntos de venta como The Intercept y Electronic Intifada. (Días después, luego de que el engaño fue expuesto por un blogger, ella silenciosamente quitó su retweet sin corrección ni disculpa).
Al igual que con muchos mitos antisemitas, éste pronto emigró de un extremo político al otro -en este caso, de la extrema izquierda a la extrema derecha.
Como la difamación de sangre medieval, esta última ola anti-judía se basa en la tergiversación de una tradición. En la actualidad, en Israel se celebra un brindis pre-festividad de Pésaj con amigos, compañeros de trabajo y familiares. Así, a través de las redes sociales, todos, desde el presidente de Israel hasta sus empresas, publicaron fotos de sus reuniones.
Parecería que la supuesta “masiva celebración judía de la masacre siria” está más extendida de lo que los peores críticos de Israel podrían haber imaginado.
Más seriamente, esta última difamación de sangre es un recordatorio, si se necesitaba, de la naturaleza perdurable de los grupos antisemitas, que de alguna manera encuentran formas de adaptarse a nuevos medios y situaciones sin perder sus características esenciales.
*Yair Rosenberg es escritor de “Tablet” y editor del blog en inglés de los Archivos Nacionales de Israel.