Itongadol.- Los Amigos Argentinos de la Universidad Ben-Gurión organizaron la charla “Ben-Gurión y Borges: Un encuentro poco conocido”, centrada en la reunión que tuvieron en Buenos Aires y en el intercambio epistolar entre el famoso escritor argentino y el primer ministro israelí.
En el encuentro virtual, que contó con más de 500 espectadores, disertaron el profesor emérito de la Universidad Hebrea de Jerusalem Mario Sznajder; el profesor de Literatura Latinoamericana de la Universidad de Maryland (USA), Saul Sosnowski; el rabino e investigador Dani Goldman; y fue moderado por Simon Etbul.
Al comenzar la charla, se leyó una carta enviada para la ocasión por Baruj Tenembaum, creador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, que fue quien posibilitó el encuentro entre David Ben-Gurión y Jorge Luis Borges.
“Tuve el privilegio de acompañar a estos dos gigantes en 1969 en Buenos Aires con motivo de la jornada dedicada a Baruch Spinoza. La amistad de estos célebres personajes se comenzó a forjar en octubre de 1966, cuando el gran escritor se dirigió en una carta a Ben-Gurión, expresando su admiración por el pueblo judío y por el Estado de Israel”, afirmó la carta de Tenembaum.
Luego, comenzó su exposición el rabino Dani Goldman, que destacó: “En una carta, Ben-Gurión le escribió a Borges que quería aprender el español para poder leer su obra y el Quijote en su idioma original. Esto es interesante porque Freud había dicho lo mismo. ¿Quién habrá copiado a quién? Vaya uno a saber…”
Por su parte, Mario Sznajder afirmó que “en 1966 el escritor argentino y el primer ministro israelí comenzaron un intercambio epistolar que tres años después se convirtió en un encuentro en Israel y más tarde en Buenos Aires”.
“Borges cita sus estudios de Spinoza, Buber y Gershom Scholem. Sin duda, Spinoza y su filosofía panteísta tuvieron una gran influencia sobre el pensamiento de Ben-Gurión y así lo atestiguó Ben-Gurión en muchas ocasiones”, agregó Sznajder.
Finalmente, Saúl Sosnowski aseguró que “una de las grandes lecciones de Borges ha sido enseñarnos a leer e interpretar un texto. Ya desde su primer libro, un libro de poemas de 1923 que se llama ‘Fervor de Buenos Aires’ y que escribió al volver de Europa, nos llama la atención sobre el hecho fortuito de que haya un redactor que es él y que nosotros seamos sus lectores. Es decir que ese texto no existe a no ser que lo estemos leyendo”.
“Muchas veces cuando empezamos a hablar de Borges y judaísmo enseguida surgen las preguntas sobre la filiación de Borges. Pero por más de que le hubiera gustado, él no era judío. Pero sí escribió sobre judaísmo, le interesaba. Pero también le interesó el budismo, el cristianismo…porque le interesaba todo lo que pudiera ir adquiriendo de sus lecturas y de su propia Biblia, que era la enciclopedia británica”, aclaró Sosnowski.
Todos los disertantes agradecieron a Nava Rubenzadeh, presidenta de los Amigos Argentinos de la Universidad Ben-Gurión, por propiciar la charla, que también contó con la colaboración de Bet Hilel, Amigos por Israel y Personalidades Judías de todos los tiempos.