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OLEI: Voluntariado en pro de la sociedad israelí

Por Iton Gadol
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(Por William e Irene Krukowski, Naharía)

N. de Red: William e Irene, llegados a Israel de Montevideo hace varias décadas, son queridos amigos personales por lo cual conocemos personalmente su actividad, su espíritu voluntario, su disposición siempre a dar y aportar a la sociedad, concretamente en la ciudad de Naharía en la que viven, a tan solo unos kilómetros de la frontera con Líbano. Por eso les pedimos que escriban esta nota, contando su experiencia en la “trempiada”, un puesto especial donde recibe a los soldados que pasan por allí en general en camino a la frontera, con comida y comida sin costo ninguno.

William e Irene se conocieron en el movimiento juvenil Hanoar Hatzioni en Montevideo , siendo él el madrij de Irene , por lo cual sostiene que es “mucho mayor que ella”, hoy con 77 años. Irene prefiere no dar detalles al respecto.

William llegó con su grupo del Hanoar al kibutz Ein Hashlosha cuando tenía 21 años. Irene llegó mucho más joven a estudiar en el Majón Gold de Jerusalem pero decidió quedarse.

William hizo el servicio militar y participó en cuatro guerras, en los Altos del Golán. Estudió Ingeniería Electrónica en el Tejnion, trabajó en la Autoridad de Desarrollo de medios de combate Rafael, donde, con su equipo, recibió la Distinción pro Seguridad por el desarrollo de misiles considerados los “abuelos” de los actuales.

Durante unos años fue enviado especial de la Agencia Judía en Argentina y México. Luego inventó varios aparatos parlantes para ciegos, lo que lo le hizo merecedor de reconocimientos y medallas internacionales. 

Ya antes de retirarse del trabajo formal activo, William e Irene se abocaron al trabajo voluntario en el marco de la OLEI (Organización Latinoamericana, España y Portugal en Israel) y  SHALEM (Servicio voluntario del Mayor). Hoy en día dirigen la “Trempiada”, que es el motivo principal de esta nota.

La parada de los voluntarios, repleta de soldados

Después de detalles sobre tanta actividad, así resumen William e Irene lo principal en sus vidas: 

“Tuvimos la gran suerte de tener dos hijos sanos e inteligentes: Yasmin y Eitán, que nos otorgaron seis nietos sanos y afectuosos. Con Irene discutimos mayormente cuál nieto se parece a quién de nosotros, tanto físicamente como en su carácter. Sea como sea, son la causa de vida de ambos…”

William e Irene con sus hijos Yasmin y Eitán

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A continuación, el texto de William e Irene Krukowsky

Al escribir sobre cosas buenas en nuestra vida y en lo que hacemos, lo central es comenzar contando que tuvimos la gran suerte de tener dos hijos sanos e inteligentes: Yasmin y Eitán, que nos otorgaron seis nietos sanos y afectuosos. Con Irene discutimos mayormente cuál nieto se parece a quién de nosotros, tanto físicamente como en su carácter. Sea como sea, son la causa de vida de ambos…

Participamos en actividades voluntarias prácticamente desde que llegamos a Israel, y aún antes, en el Hanoar. Somos voluntarios en pro de la sociedad. Irene es Vice Presidente de la OLEI a nivel nacional y también en OLEI Naharía y  ambos decidimos dar nuestro granito de arena en pro de nuestros Jaialim, los soldados que nos protegen a todos.

Siguiendo la tradición de Lezi Sussman (z”l) , el padre de Irene,  que fundó la “Trempiada” hace 30 años en el marco de B´nei Brit Naharía, nosotros lo tomamos en nuestras manos, dedicándole a este proyecto la mayor parte de nuestro tiempo.

La “Trempiada” es un kiosco que regala comida y bebida únicamente a nuestros soldados. Está ubicado a la salida de Naharía, en la carretera 4 en dirección a la frontera Norte. Desde aquí viajan los Jaialim (soldados) a sus bases, frente al enemigo terrorista de Hezbolá.

Contamos con decenas de voluntarios que atienden el ¨kiosco¨ todas las mañanas, turnándose en parejas, durante dos hora y medio.

Algunos de los voluntarios, recibiendo la visita del Intendente de Naharia que les entregó documentos de reconocimiento por su labor

Irene dirige los turnos y las relaciones públicas y yo busco donaciones y surto la comida que le servimos a los jaialim. 

Además del proyecto “Trempiada”, somos voluntarios civiles de la Zona 5-6 del centro de Naharía, encargándonos del mantenimiento de los Refugios Subterráneos que deben proteger a los 15.000 habitantes que viven en el Centro y no cuentan con ¨cuarto de seguridad¨ en sus apartamentos. Recientemente, asistí a un curso que nos preparó para atender a habitantes en estado de Shock.

Tengo claro por qué hacemos todo esto.

Tuvimos la suerte que con la ayuda del país, nosotros nos adaptamos muy bien, tanto a nivel familiar como económicamente. Gracias al apoyo gubernamental a los StartUps, yo pude fundar varias compañías, en base a mis inventos, y así ayudamos a nuestros hijos y nietos para que cuenten con una mejor base que la que tuvimos nosotros al casarnos, cuando  yo era un soldado en servicio obligatorio, e Irene, estudiante de Pedagogía…

Con el deseo de agradecer a Israel lo que hizo por nosotros, decidimos compartir nuestra experiencia, ayudando en forma activa a los nuevos inmigrantes de habla española y en general. Ver a los olim, inmigrantes, notar cómo se van adaptando poco a poco, escuchar sus logros, día a día, nos da una satisfacción que rebasa el esfuerzo invertido por nosotros.

Ahora, en vistas a la situación, ha llegado el turno a apoyar el esfuerzo del país en pro de nuestros soldados. Cuando escucho conversar a nuestros jaialim, entre ellos contando sobre el trato especial que reciben en Naharía,  nos hinchamos de orgullo y sabemos que “valió la pena”.

Así se ve el kiosco renovado, en un momento extraño de silencio. Irene junto al mostrador.

La vida cerca de la frontera con Líbano

A pesar de la situación, tenemos una vida normal y más aún, el deseo de aprovechar cada instante…

Seguro que  en la última sirena, que me agarró en la calle, me tuve que tirar en la acera y cubrirme la cabeza… Pero, en general, vivimos una vida normal con los sentidos agudizados y alertas.

Pero claro que a los que tienen “nervios sensibles” no les recomiendo a venir a vivir a 10 kilómetros de la frontera…

Entre los Jaialim, tanto los jovencitos de 18 a 21 como los reservistas, sentimos que su espíritu está bien alto. ¡Ellos nos fortalecen a nosotros y no a la inversa!

A diferencia de los politiqueros, nosotros sabemos apreciar el  “retraso” en  un operativo en Líbano con fuerzas terrestres y blindados. Es que tenemos claro que la vida es un valor supremo. Si logramos “convencer” a los terroristas de Hezbolá  con nuestros aviones, nuestra defensa antiaérea y nuestros servicios de Inteligencia capaces de operativos espectaculares- dicen todos que fue Israel el que hizo estallar los beepers- , ¡ahorraremos las vidas de nuestros hijos y nietos, nuestros jaialim!

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