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“EsKuche”: entrevista a Raúl Osvaldo Alesón, egresado de la carrera de escenografía de la Escuela del Teatro Colón

Por Iton Gadol
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Itongadol.- Sergio Kuchevasky, “Kuche” para los amigos, inauguró en las redes sociales “EsKuche”, un espacio con entrevistas, vivencias y conocimiento sobre música clásica. La iniciativa comenzó en homenaje a su papá, David, que trabajó toda su vida en el Teatro Colón y le transmitió el amor por la ópera. En esta ocasión, Kuche entrevistó a Raúl Osvaldo Alesón, egresado de la carrera de escenografía de la Escuela del Teatro Colón.

Entrevista:

Sergio Kuche:
¿Cómo estás Raúl? Contanos un poco tu historia.

Raúl Alesón:
Yo estudié en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, que sigue existiendo, lo que no está más es la carrera específica de escenografía, que duró de los años ‘60 hasta que creo que se cerró llegando a los 80. Ahí estaba Saulo Benavente, que era el gran maestro de todo esto, que nos reunió a todos, y lo traigo a acotación, porque ahora el 26 de junio se cumplieron los 40 años desde que falleció. En el año 67, 68 fueron los dos años de estudio que tuvimos allí en el Colón, yo había terminado el Magisterio en Arte, tenía 18 años. En 1963, yo estaba estudiando en Bellas Artes, era el segundo año, del Colón, nos llegaron entradas gratuitas, así que fuimos. Nos tocó el palco que está arriba de todo, que ponen los micrófonos, vimos el Balón Máscara de Verde, éramos todos muchachitos, y lo que veíamos de arriba, era el escote de la cantante. La veíamos desde arriba, era una cosa insólita, veíamos todo desde arriba, pero en el teatro escuchar la ópera, la música, la gente, la cosa del entreacto, las cosas que se movían, yo me sentí muy cómodo. No me parecía nada fuera del lugar, decía “yo pertenezco a esto”. Otra vez nos llevaron a ver el Lago de los Cines, pero cuando me enteré que se podía entrar por concurso, tenía ya el título de maestro en arte. Me presenté, hicimos los bocetos para todo ese tipo de cosas y finalmente al poco tiempo vimos en el cartel que habíamos entrado como 60. Eso fue en diciembre, cuando comienzan las clases en abril, una de las aulas en el teatro, ahora se da aparte en la calle Corrientes, pero era el mismo teatro, entrabas por esas escaleras, por Tucumán, se reventaba el aula de gente, y todos se conocían, muchos eran figurantes, muchos eran gente de ahí que se conocían…esto va a ser fácil, decían. Y yo pensaba no sé qué tan fácil.

Sergio Kuche:
-Fuera del aire hablamos del telón del teatro El Círculo de Rosario, que ahí se restauró.

Raul Alesón:
….y bueno, una tarea enorme porque el tamaño de los telones, el peso que tienen esas telas y el tiempo que pasa, es una tarea titánica rescatarlo, ponerlo en función, volverlo a colgar y que sigue estando en el lugar. Acá también se hizo en el Colón, varios lugares han tenido que intervenir para rescatar ese tipo de patrimonio, así que el de casa fue TAERA que llevó delante todo esto.

Sergio Kuche:
Sí sí, impresionante…

Raul Alesón:

Hablando del rigor, para dar una idea de lo que fue la enseñanza en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón en aquel momento, el examen de ingreso, habíamos entrado todos, todos estaban contentos, entrábamos, se sentían que eran primadonas todos ahí. Y nos pusieron un ejercicio, mencionaron una obra que supuestamente todos la conocían, y yo tuve que anotar, no sabía de qué estaban hablando. Era la UTIC Fantake, y a la clase siguiente entraron los 80. Y nos iban pidiendo a los 80, de uno en uno, ¿van dejando en el escritorio el trabajo? Eso era el Colón, te daban una tarea, muy amablemente, te la explicaban, era la técnica alemana que te dicen los alemanes, ¿entendieron? sí, sí…y sonaste, porque eso no te lo explicaban más. Entonces, sobre la mesa, ibas dejando los trabajos, al que avanzaba, le decían “no, esto no puede ser, esto es el Colón, señor, ¿a qué vino usted acá?” E iban desapareciendo, a la siguiente clase había la mitad, en cada clase. Teniamos varios maestros, en luminotecnia, etc. Acá me he olvidado de Graciela Galán, la gran maestra de vestuarios. Claro, te daba un tema, te explicaba algo, y a la clase siguiente tenías que traer el boceto. El que no lo traía, decían, “perdón, ¿usted qué hace acá? Este es el Colón. Usted tuvo una semana para hacer este trabajo”. Imagínate los dos años. O sea, a fin de año éramos catorce, y el fin del segundo año nos recibimos seis. Y cumplíamos semana tras semana con cada una de las materias. Y esto era la pauta que era el Colón. Exigencia.

Sergio Kuche:
¿Qué te pasaba a vos en esa época?

Raúl Alesón:
Estaba fascinado porque un joven… yo creí que sabía dibujar, había entrado también a la Predilian Pueyrredon, estaba haciendo escultura, así que me encantaba que me pidieran cosas y poder demostrarlo. No me daba cuenta, yo lo demostraba, creía que cumplía con un deber, Y ellos también… Saulo Benavente, Roque Funes, grandes maestros que un día te dicen: “no, usted tiene condiciones, a fin de año del primer año, ¿no?”

Sergio Kuche:
Les quiero contar a los que no conocen que él está nombrando a los maestros ilustres de la historia del Teatro Colón. Recordemos siempre que es uno de los pocos teatros en el mundo que tiene ni más ni menos que la capacitación adentro mismo del teatro, ¿no?

Raúl Alesón:
Sí, yo estaba haciendo bellas artes, luego hice la Cárcoba, pero siempre había un concepto de gran realizador, en las materias, en escultura, por suerte en la en la cárcoba estaban Germán Gelpi y Mario Banarelli, eran directores y vice directores, o sea, gente de teatro, de escenografía, eran de cine ellos, cuando la cárcoba.
Cuando llegué al Colón de escenografía, me miraban como diciendo, ah, hay alguien que viene, también ahí, que era compañero mío de bellezas artes, antes estaba Hugo de Ana, que hizo también la cárcoba, él es un maestro. Después nos reencontramos acá hace 20 años, bueno, él es un maestro.
El Colón te daba disciplina. Si vos sabías hacer algo… ¿Vieron ustedes el ensayo de ballet? ¿Cómo ensayan? Día tras día, y se esfuerzan, y nadie los aplaude, la gente que los dirige, y después los ve que salen a la escena a hacerlo. Ahora, disciplina, esforzate. Si vas a llorar porque te esforzas, y qué raro, no te das cuenta cómo el baile se esfuerza. Si el tiene que hacer un boceto, una planta, una elevación, una maqueta, nene, hacela, ¿para qué estás acá? ¿No te da placer hacerla? Te cuesta, por supuesto que te cuesta, para eso está. Cuanto más te cuesta es que estás aprendiendo, y ahí te entraba el oficio.

Sergio Kuche:
Se nota, ¿no? Raúl es docente. Les quiero decir a todos, pero es así.

Raul Alesón:
jajajaja pero era así…vos explicás algo, lo explicás, y esperas que la otra clase te traiga el trabajo, y que te lo cuente con lágrimas, o sea que con placer, como yo te lo cuento. Si no, no entras a este mundo. En el mundo del arte, no es que hago yo lo quiero, no, acá usted no hace lo que usted quiere…, Mirá hace unos años en aquel momento tuve una maestra de pintura japonesa Sumi, Tatsuko Nijimura, su abuelo hacía los diplomas del emperador Hirohito, ella vino acá con su marido, por la guerra, y ella nos contó cuando se explicaba la técnica, que es una barrita negra de tinta que se frota sobre una placa de piedra, se va frotando lentamente y te dice ….bueno te ponía la mano encima, entonces yo te tomo tu mano y te voy enseñando, porque así aprendí yo, mi maestro me enseñó así, mi maestro aprendió de un maestro, él de otro maestro, él de otro maestro, él de otro maestro, él de otro maestro, él de otro maestro, él de otro maestro y ese maestro aprendió de Buda, así es sagrada la cosa, y esto es lo mismo, si vos te metes en el mundo del teatro, en la actuación, se supone que vos no vas a inventar, vas a respetar al anterior, en tu obra tiene que notarse un trazo del otro, vos también, tiene que notarse que de Raúl algo aprendiste, porque esto es una herencia de miles de años, miles de años, que se enseña también en el Colón, disciplina y esfuerzo, esforzate, si no, no vengas acá.

Sergio Kuche:
¿Que hacemos con Raúl? ¿Lo dejamos permanente, cómo hacemos? me da ganas de aprender más…

Raul Alesón:
Pero yo te digo que lo aprendí en el Colón, más que nada en el Colón, estos maestros, yo no sabía que Saulo Benavente era Saulo Benavente, pensé que, además él es famoso, hay libros sobre él que son muy divertidos, venía con Oberol, venía con esas camisetas color kaki, pantalón grafa y zapatos y hojotas, sandalias, entonces entraba, yo pensé que era que trabajaba en el teatro, no sabía muchas cosas, pensé que en el teatro, era un operario del teatro, que nos enseñaba cosas de escenografía,jajajaja. Daba clases en La Plata acá, montaba obras todo el tiempo, era un laburador, pero un creador, tomaba un papel, las luces no? …, a ver, espera, esto va acá, la obra está así, la obra está así, yo la hice, espera, decía, es así, mira, estaba esto acá, esta es la elevación, acá estaba tal cosa, acá estaba la escalera, todo en un papelito, por supuesto se lo guardaba, no teblo daba, solo te lo mostraba.
Ah, otra cosa, en ese boceto, en ese papel, bueno, estaba en el espacio de verdad, estaba en el papel.
Si vos ves una obra clásica de cualquier maestro, ah, una cosa linda de esa época del Colón, al principio, unos años antes, se veía la cúpula sin la pintura de Soldi. Y nos dijeron que Soldi la iba a pintar, y yo memoricé cómo era la cúpula, todavía como era originalmente. que tenía esos colores ocres, viste, eran como cinco o seis paneles de línea, nada más, muy simple. Y durante mucho tiempo estuvo cerrada, porque el maestro Soldi hizo la famosa pintura que ustedes ven, que fue una maravilla, otro señor que se esforzaba, ¿saben lo que le costó hacer eso? Lo que le costó, un hombre grande, tirado casi de espaldas pintando, ¿eh?

Sergio Kuche:
¿Cuánto tiempo le llevó eso?

Raul Alesón:
Hay que averiguarlo, no me acuerdo, creo que estuvo cerrado dos, tres años. Pero creo que se inauguró, para un aniversario del Teatro. Hablando de teatro, por supuesto todos hemos ido a teatro, no lírico, ni ballet, sino prosa y teatro argentino en las salas que están en torno. Pero hay algo que tiene este lugar, hablamos del Colón, que es el impacto del espacio que tiene y la reacción de la gente. Nunca lo vi como un lugar lujoso, sino como un espacio al cual ingresar. Y el mismo edificio, la manzana que ocupa, el entorno que tiene, a mí me invitaba a entrar corriendo. Yo había sido del campo, todos los caballos van entrando a la cuadra, este es mi lugar. Me pasó una cosa en estos años, Sergio, que es que iba al teatro de miserable, nunca fui arriba de todo porque me mareé un poco, pero tertulia por ahí sí… Y cometí un error antes de la pandemia, un amigo nuestro de Montevideo tiene abono en Platea, entonces él iba a Platea y yo me saqué en tertulia, gran error. Yo calzo 46, no me entran los pies, es una tortura.

Sergio Kuche:
Estoy de acuerdo con vos, hay que hablar para que lo haga un poquito más largo el espacio, jajajaja

Raul Alesón:
Y este muchacho una vez no podía viajar porque no había barco, entonces tenía acá la entrada y me la dio. Era la última función antes de la pandemia, que era Cascanueces, abajo.
Cuando me senté en Platea, una de las filas de adelante, y pude estirar los pies, digo, pero yo soy un tremendo tarado, ¿cómo no me pago un abono? Dejo de comer tres días y me saco un abono para llevar al mar, tengo que estar sentado cómodamente, soy un hombre grande. Y me hago sacar una foto en el medio de la escalera con la cámara, en la escalera con la sombra roja, me sacaba una foto porque tengo mi abono por fin, estiro mis piernas. Hablando con alguien del teatro que se estrenaba una obra Finta Giardinera y que ya estaba en cartel ba, era diciembre ya, así que volví, me saqué la entrada, bueno no podía en ese momento pagarme lo plantea, me saqué tertulia pero en el medio, y la vi….mamita, Mozart, yo conocía como todo tarado, Mozart por cd, por peliculitas, no, no, escuchar a Mozart en el Colón, es como que un río pasa por la platea, un río que no se detiene, mientras todos cantan, pero la orquesta, la música, se empieza el clave, es como que pasa un río, pasa por debajo del teatro y por la platea, sentís que la música de Mozart, madre mía!!

Sergio Kuche:
Raúl, una pregunta, vos hiciste algunos diseños, de algunas óperas en aquel momento, contanos un poco el proceso.

Raul Alesón:
Saulo Benavente nos dijo que había la posibilidad de participar en la producción, esto era bohème, y pues ya viendo la historia esta, nos dijo que trajeramos los bocetos, por eso en las clases siguientes eran 15 bocetos, la verdad, está muy bien, dice, ¿has visto la partitura? yo digo, Dios mío, claro, partitura, musical, no, no, maestro, no, ¿dónde la consigo? dice, anda mañana abajo a la biblioteca que te la van a dar, yo que había estudiado piano de chico, algo sabía de música, bueno, fui, me traen la partitura, la que tiene el director, la general, claro, ahí empecé a ver lo que involucra, si vos querés hacer una esceonografía de algo, tenés que, al menos, saber algo de música para tratar de leer la partitura y ver en qué parte se divide, además, ahí me di cuenta, que nunca había pensado, que el que compone, la hace para los obores, la hace para el sello, la hace para el piano, separa, no le puede dar al que va a tocar el sello la partitura de alto de la orquesta, le da a lo suyo, se dividen por partes, ahí te das cuenta de la dimensión, lo que es, lo que involucra todo esto, hablé con algunos de los músicos, y acá no puse color, porque el color lo dan ellos porque a la vez que se reúne con el director, ellos mismos deciden si el fondo ese va a ser verde, va a ser azul, va a ser nacarado, o no sé….. va a ver durante la parte principal, porque la cantante dice, cuando yo hago mi área, quiero mayor oscuridad, o al contrario, quiero mayor luz, para que no se me vea…., depende de la silueta, no son caprichos, son cosas que tienen que ver con la presencia de escena, del tenor, el barito, la soprano, el metso soprano, todo converge, exigen tal tipo de iluminación, el barito no, no, para mi escena quiero estar en sombra, quiero que solo se escuche mi maravillosa voz y ella quiere que se la mide, claro, depende de lo que quieran destacar, pero tu proyecto escenográfico va a ser cambiado por cosas que vos no te vas a enterar, y no tienes por qué enterarte, tiene que ser algo que puede ser modificado, a no ser que como otros maestros, que hacen la Regí, que hacen iluminación, hacen la escenografía, que dominan toda la técnica y la pueden encarar. No todos los pueden hacer. Por lo tanto te enseña a acercar, ¿no? Acercar una propuesta, una propuesta.

Sergio Kuche:
Nos está mostrando un dibujo que es impresionante…

Raul Alesón:
Bueno, luego los despieces, las distancias… El que maneja el coro dice, no, este telón, este fondo, va a opacar las voces. Quiere que me liberen el fondo. Porque así el coro… O al contrario, quiero que cierren más la escenografía, los primeros planos, que la cierren con la construcción, sino la voz del coro que tiene que entrar. Ahí el maestro del coro te dice, no… Una ida de 360… No, ¿esto qué es? Esto opaca toda la voz. Bueno, te metes en un universo que requiere mucha preparación. Se puede hacer, si consultás. Si ves que sos pichón pero que estás dispuesto a escuchar, te enseñan. Ahora, si vas con cara de… No. No, no va. Es un trabajo en equipo. Y se te van del escenario, no siquiera del escenario, del costado del escenario, que es donde te entra el plano, te dejan solo. No es decir que no te quieran, no. Te das media vuelta y te dicen no. Es un mundo difícil. Pero si te va en la sangre, si te va en la sangre esto… ¡Navegas! ¡Navegas!

Sergio Kuche:
Qué buena frase. Sos un libro abierto. Docente de alma. Qué honor, señor. Tenemos que seguir invitándolo.

Raul Alesón:
Son muy amables, muy amables.

Sergio Kuche:
Estas lleno de sabiduría. Aparte en tus manos se ven rastros de pintura. Estás macerado en teatro.
Un agradecimiento enorme para vos, Raúl Osvaldo. Por tu visita en EsKuche, Ópera y Lírica

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