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Entrevista al rector de la Universidad de Haifa sobre la situación actual de la pandemia en Israel

Por Iton Gadol
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Itongadol.- Gustavo Mesch, argentino y rector de la Universidad de Haifa, mantuvo una entrevista con ItonGadol sobre la situación que está atravesando tanto la institución como el país a raíz de la pandemia del coronavirus.

Mesch destacó que el escenario es “muy complicado” y que las autoridades de Salud Pública no han permitido el regreso a las clases presenciales.

Asimismo, subrayó el gran esfuerzo que encaró la universidad para seguir enseñando a pesar de todo, con la implementación de capacitaciones para los profesores, equipamiento tecnológico en las aulas para brindar clases a distancia y contratación de profesionales especialistas en evaluación en este contexto, entre otras herramientas.

-En la actualidad, ¿cómo desarrollan el tema académico y cómo se trabaja con el tema de la pandemia?
-Está complicado. Hasta el día de hoy no tenemos autorización para hacer clases presenciales. Así de simple. Nosotros empezamos el año lectivo y teníamos pensado comenzarlo en forma hibrida, es decir, con aulas que sean presenciales, manteniendo las distancias, pero al final, de acuerdo a las resoluciones, pasamos completamente a aulas virtuales. Estamos enseñando completamente a la distancia, porque no está permitida la presencia de estudiantes en la universidad. Incluso tratamos de ver si podían dejar entrar a los estudiantes a los laboratorios de estudio en las carreras de Ciencias Biológicas. Pero nos han comunicado que el ministerio de Salud Pública no autoriza ni siquiera el uso de laboratorios para enseñanza.
Hemos mejorado mucho la infraestructura, hemos hecho muchos cursos de capacitación para los profesores, hemos construido también clases virtuales, en especial para todo lo que tiene que ver con la enseñanza de la estadística y la matemática.

-¿Cómo trabaja el personal de la Universidad?
-Hoy en día en la Universidad están permitidos nada más que el 50% de los empleados. Así que parte de los empleados, incluso administrativos, trabajan la mitad de la semana a distancia y la mitad de forma presencial. Rotamos las guardias cada tres días, para que un grupo de trabajadores se vaya a la casa y venga el otro grupo. Los profesores sí pueden venir a la Universidad, pero muy pocos vienen.

-¿Cómo funciona una clase a distancia?
-Tenemos aulas en las cuales hemos instalado tecnología y el profesor puede dictar sus clases desde allí, sin usar la computadora, a través de una cámara y también de un micrófono. Y si no, lo puede hacer desde su casa con una computadora. Hemos realizado un acuerdo con el sindicato de profesores para grabar las clases, en especial porque los estudiantes pueden tener dificultades tecnológicas y a pesar de que vieron las clases, quizás no la escucharon bien o se les cortó el sistema en la mitad. Entonces las clases están a disposición de ellos todo el semestre, y pueden volver a escuchar una clase que está grabada. Ahora qué más. Usamos la tecnología de zoom conjuntamente con una plataforma con todo el material académico. El estudiante puede al mismo tiempo alternar los materiales del curso y el zoom.

-¿Cuál es la respuesta de los estudiantes?
-Yo creo que en este semestre la respuesta es más positiva, porque durante los meses de julio, agosto, septiembre y octubre hemos hecho muchísimas capacitaciones a los profesores. Los profesores han concurrido en forma constante a cursos de capacitación de cómo dictar clase a la distancia, cómo pasar la pantalla y cómo alternar la clase de tal forma que sea interesante. Hemos incrementado la calidad de la enseñanza. Con respecto a los estudiantes, todavía es muy temprano decir cuál es la respuesta de ellos. Tenemos trabajos que hemos realizado el semestre anterior, en el cuál cuánto más avanzado el estudiante, más satisfecho está. La falta de satisfacción y la complicación es para los estudiantes de primer año y los de las licenciaturas. Los estudiantes de las maestrías, que son estudiantes más maduros y más mayores, expresaron mucha más satisfacción que los estudiantes de las licenciaturas y los estudiantes del preparatorio. Aparentemente hay que tener en cuenta que hace falta un proceso de más integración para los estudiantes más jóvenes, que para los mayores. Fuera de eso, uno de los elementos más importantes de la satisfacción de los estudiantes, que hemos notado en los trabajos que hemos hecho, es que el profesor cree una “sensación de clase”, de comunidad. Es decir, que haya una sensación de interacción entre el profesor y los estudiantes, y de los estudiantes entre ellos mismos. Incluso si el material es pesado, que el profesor haga un esfuerzo para involucrar a los estudiantes en discusiones, en preguntas, de tal forma que ellos se sientan que no es una trasmisión, como por televisión, sino que participen, se sientan parte de una clase.

-¿Cómo es el sistema de evaluación?
-Hemos hecho también una transformación muy grande en nuestro sistema de evaluación. En primer lugar, hemos contratado a dos especialistas de campo de evaluación de cursos a distancia, de tal forma que tratamos de dividir la evaluación del curso en una forma menos tradicional, que no sea solamente a través de un examen final, sino que la evaluación sea constante, a través de trabajos y pequeños exámenes. Esta gente que hemos contratado está trabajando intensamente con los profesores para que haya una evaluación constante y no solamente a fin de año. Empezamos a hacer evaluaciones cada tres semanas. Por supuesto que eso requiere más cuerpo humano, más gente que trabaje, más asistentes de cátedra. No hay otra cosa que hacer más que eso. Por otro lado, durante el semestre anterior desarrollamos un sistema y podemos realizar exámenes virtuales, es decir a través de la cámara del celular del estudiante y la cámara nuestra. Podemos controlar mientras el estudiante está sentado haciendo el examen en su casa. Hemos tenido muy pocos problemas de chicos que se copian u otras cosas. Así que usamos dos sistemas: por un lado incrementar las evaluaciones durante el semestre y, por otro lado, si es necesario a fin del semestre tenemos una tecnología que nos permite controlar al estudiante mientras está haciendo el examen en su casa.

-¿La pandemia tuvo algún efecto en cuanto a cantidad de estudiantes?
-Todas las universidades de Israel tenemos un aumento de la inscripción de estudiantes en las universidades. La inscripción ha subido el 20% en todas las universidades de Israel. En la Universidad de Haifa tenemos este año un 10% más de estudiantes que el anterior.

-¿Cómo es la situación de los estudiantes que llegan del exterior?
-Ahí tenemos un problema. Tenemos dos tipos de estudiantes: están los estudiantes que vienen por un periodo corto, un semestre. Nosotros en especial recibimos estudiantes de Europa y un poco de Estados Unidos. Ahora las universidades han cortado los planes a corto plazo por los problemas de viaje, porque los aeropuertos están cerrados. Es muy dificultoso el movimiento entre países. Por otro lado, en el campo de los estudios internacionales no tuvimos ningún efecto. Los estudiantes internacionales que han llegado acá, la mitad están en los dormitorios nuestros y la otra mitad no ha podido llegar y están tomando clases a distancia el primer semestre. Esperemos que para el segundo semestre ya las cosas estén mejor y puedan llegar, pero no ha afectado la inscripción en ese sentido. No ha subido pero tampoco ha bajado, en especial son maestrías internacionales.

-¿Cuál es la perspectiva a futuro?
-La situación está muy complicada. Nosotros estamos entrando en el invierno. La gran preocupación tanto en Israel como en Europa es que en este invierno la cuestión del coronavirus y la gripe se junten, así que tanto los gobiernos como los ministerios de Salud Pública son muy cautelosos y no dan más perspectivas. En realidad no sabemos dónde estamos. Es muy difícil planificar para el futuro, ni siquiera para el próximo mes puedo decir qué va a pasar.

-¿Cómo describiría usted el efecto que tuvo la pandemia en la sociedad israelí?
-Todavía es muy difícil evaluarlo. El impacto de la pandemia en la sociedad es muy similar en todos lados. Tenemos un aumento de problemas sociales. Hay un aumento en el uso de la línea de los servicios de salud mental, con un aumento en los pensamientos de suicidios; hay un aumento en la violencia doméstica y familiar. Hay mucha preocupación económica y recién este domingo van a volver a abrir los negocios en la calle, que estuvieron cerrados alrededor de un mes. Hay manifestaciones tres veces por semana en todo el país, algo que en Israel no es común, a diferencia de Argentina que siempre hubo manifestaciones. Estamos en una situación un poco difícil de evaluar, todo puede cambiar, pero cada mes que pasa, deja más y más problemas para solucionar después.

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