438
Itongadol/AJN.- El periódico palestino ´Al Resalah´, vinculado a la organización Hamás, publica hoy datos sobre los gastos del gobierno de la Autoridad Palestina, gobernada por el partido Fatah.
Según el diario, hay gastos que no se explican y no son supervisados, especialmente en el despacho del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, y los ministerios de Defensa, Relaciones Exteriores y Planificación. El informe revela que en el transcurso de 2015 el total de gastos del despacho de Abbas fue de 165 millones de dólares, de los cuales 95 millones de dólares se destinaron a salarios de los funcionarios que trabajan en esa oficina. Los denominados “gastos corrientes” se estiman en 30 millones de dólares y 18 millones más fueron “gastos en desarrollo”.
La deuda pública de la Autoridad Palestina en el año 2015 se estima en 2,5 billones de dólares. Esta situación se registra, a pesar del anuncio que realizara en agosto pasado el primer ministro de la AP, Rami Hamdallah, sobre medidas para reducir los gastos del gobierno. Hamdallah dio instrucciones de reducir, entre otras cosas, los gastos en vehículos para funcionarios, combustible, y teléfonos celulares.
También había anunciado la suspensión de nuevos nombramientos en cargos oficiales y oficinas gubernamentales. Sin embargo – según destaca el periódico palestino – a seis meses de esas declaraciones, el gobierno no parece tener ningún apuro en llevar a la práctica dichos anuncios.
Según ´Al Resalah´, el Ministerio de Finanzas en Ramallah no revela los datos completos, y si lo hiciera, además de los altos gastos se conocerían otros datos sumamente problemáticos. El diario señala que, si se tomara la cifra de 95 millones de dólares en salarios y se dividiera por el salario promedio del sector público de casi 1.000 dólares al mes, la conclusión sería que 8.000 personas reciben un salario mensual de la oficina de Mahmoud Abbas.
Asimismo, el diario argumenta que el hecho de que el despacho presidencial esté gastando un total de 30 millones de dólares para los gastos corrientes sin informar ni rendir cuentas de ello de una manera ordenada, además de otros 18 de millones de dólares en desarrollo, plantea muchas y serias preguntas con respecto a la conducta del gobierno en Ramallah.