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Itongadol.- Investigadores de la universidad de Tel Aviv lograron desarrollar una suerte de escarbadientes que se puede meter en la gaseosa, y que advierte a la posible víctima si alguien metió una sustancia extraña para atontarla y abusar de ella.
Con este dispositivo se pone fin a los delitos cometidos con drogas como la quetamina y el G.H.B., que son el terror de muchas mujeres.
La universidad de Tel-Aviv se comprometió a poner coto a este flagelo, y como resultado diseñó un dispositivo que, al colocarse en la gaseosa, advierte si se puede tomar la bebida con tranquilidad.
De acuerdo con el profesor Fernando Patolsky, creador de este sensor, “dado que este detector funciona en tiempo real, se podrán evitar la mayoría de los delitos que se cometen de esta forma”. El dispositivo cambia de color en caso de detectarse la presencia de droga en el trago.
Durante años, los investigadores trataron de desarrollar un dispositivo de esta naturaleza. Patolsky tiene la intención de comercializar el detector en formato de escarbadientes a un precio accesible a todo el público.
Tan sólo en el 2007 se denunciaron 250 mil casos de violación empleando esta funesta metodología, y esa es apenas la punta del iceberg, señala Patolsky.
La violación mediante el empleo de drogas como la quetamina y el G.H.B. preocupa a la policía, ya que se trata de substancias que resultan fáciles de importar y que desaparecen del cuerpo rápidamente después de su administración, lo que dificulta demostrar la comisión del delito.
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