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Respuesta de una mujer judía librepensadora a Samuel Levin

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Itongadol.- (Por Martha Wolff). (En respuesta al reportaje que hizo Gabriel Ziblat en Perfil.com el 23/3/20013 a los cuatro posibles futuros presidentes de AMIA). La mujer es una ama de casa y los hombres están para los negocios. Y nadie está en contra de la mujer, que en las casas religiosas es como una reina. Pero no todas pueden estar en igualdad con los hombres, es difícil que tengan la fuerza para manejar la comunidad”, explicó a PERFIL Samuel Levin ante la pregunta de un periodista por la ausencia en su lista de mujeres.
¿La pregunta que me hice al leer esto es cómo teniendo 90 miembros como candidatos no encontraron aunque sea una mujer para ocupar un cargo comunitario? La respuesta que encontré es que como la mujer es el sexo débil para ese puesto hay que ser por lo menos la novia de Tarzán o se debería crear un Golem femenino.
Escribo estas reflexiones porque sus declaraciones me han indignado y lamento que usted todavía viva en un gheto del medioevo y participe y opine como un dirigente.
Levin: en el mundo actual la mujer es ama de casa y ama de todo. Desde su cuerpo, su mente y sus seres queridos hasta su vida social, su profesión y su participación comunitaria aunque a usted no le guste y nos discrimine. Yo ni ninguna mujer librepensadora acepta ser la costilla de un hombre sino su esqueleto paralelo completo y por eso somos las reinas de nuestras vidas por derecho propio.
Si el lugar de las mujeres es la casa, como dice usted, el lugar de los rabinos es el templo.
Y para hablar de las pocas fuerzas que tiene una mujer para manejar la comunidad, lo invito a que se reparta como lo hacen ellas y se embarace, críe hijos, estudié, trabaje, participe políticamente, gane dinero, cocine, haga deportes y ocupe cargos directivos como lo hacen y muy bien siendo el orgullo de sus hijos y hombres. Además no necesito que usted me ponga en igualdad con los hombres porque ese derecho ya lo tengo y lo tenemos las que elegimos a nuestros hombres para amarlos y reproducirnos; las que vamos al templo y nos sentamos a su lado; las no ortodoxas que subimos a la Habimá, leemos la Torá, nos ponemos el talit y bailamos con ellos; las que discutimos y también disentimos con sus ideas; las que a su lado cantamos el Hatikva.
Somos las que en las próximas elecciones de AMIA el 7 de abril más que nunca votaremos por la democracia después de sus denigrantes e inquisidoras declaraciones. Somos las que participamos políticamente al contario de su lista sin ninguna mujer. ¡Increíble Levin! ¡Eso es discriminacion!. Y por todo esto también me duele y avergüenza que algunos miembros del movimiento conservador (no ortodoxo), al que pertenezco orgullosamente, tanto hombres como mujeres, se alíen con usted a cambio de la ambición de poder traicionando a quienes le confirieron el mandato de sus votos.
Podría seguir contestando, y la lista sería infinita, ya que no me quedé en casa sino que salí a luchar y ver el mundo con ojos de mujer y me sobran argumentos para responderle.
Por lo pronto le resumo: ¡Ni Usted ni nadie me autoriza a ser judía!-¡Lo soy!-
MARTHA WOLFF- Judía, ama de casa, periodista, escritora, documentalista, conferencista, conductora radial, directora de cine, abuela y activista en listas plurales con los mismos derechos y obligaciones que los hombres en las elecciones del 7 de abril de 2013.

Este es un espacio de Acción Plural Comunitaria


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