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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reiteró ayer su compromiso con la seguridad de Israel en una ceremonia festiva de Janucá que se llevó a cabo en la Casa Blanca. “El apoyo de América por nuestro amigo y aliado Israel se mantiene inquebrantable durante estos tiempos difíciles“, dijo.
Al evento asistieron líderes de las comunidades judías e israelíes de Estados Unidos, el embajador israelí Michael Oren, dos jueces judíos de la Corte Suprema de Justicia, Ruth Ginsburg y Elana Kagan, y miembros del gabinete y congresistas americanos.
Un coro de cadetes judíos de la Academia Militar West Point lideró a la multitud en una canción.
Con su mujer Michelle a su lado, Obama dijo: “Esta noche mientras nos juntamos para encender la sexta vela de Janucá, recordamos la historia de resistencia y optimismo. Hace más de 2.000 años un tirano prohibió a los israelitas practicar su religión y sus fuerzas profanaron al Templo Sagrado. Entonces Judas y los macabeos reunieron a una pequeña banda de creyentes para luchar contra la supresión y prevalecieron contra viento y marea“, dijo.
“Los macabeos liberaron a Jerusalem, restauraron la fe de su pueblo. Cuando fueron a reclamar el templo el pueblo de Jerusalem recibió otro regalo de Dios – el aceite que debería haber durado solo una noche pero estuvo encendido ocho“, agregó.
Para el servicio, la Casa Blanca usó un menorá de 90 años de la sinagoga Templo Israel en Long Beach, Nueva York, que había quedado muy dañado después del Huracán Sandy. “Rezamos para que este luz les lleve a las víctimas de Sandy y todos los americanos un mañana más brillante“, expresó.
Luego de encender las velas, la multitud cantó canciones de Janucá y el presidente se saludó con sus invitados.
Los 600 huéspedes disfrutaron de comida Kosher que les llevó un emisario de Jabad en Washington, el Rabino Levy Shemtov.