La congelación de la construcción de asentamientos no genera sensaciones solamente en los colonos judíos, sino que también en los vecinos palestinos.
Uno de los trabajadores, residente palestino de Jerusalem, dijo que quiere “solamente construir”.
”Al final del día ambas partes tienen que ganarse la vida, y aunque son rivales, la necesidad de poner alimentos en la mesa de alimentos anula todo lo demás”, agregó.
”No tengo ningún problema con la construcción de asentamientos, yo estuve haciéndolos desde hace veinte años ", describió.
"Queremos la paz verdadera y justa, como todo el mundo”, continúo diciendo el trabajador palestino y adhirió "no me importa si el acuerdo es quedarme aquí. La cosa más importante es que podamos vivir en paz, ¿qué hay de malo en eso? No creemos que el boicot sea buena solución que vaya a durar. Los trabajadores no pueden sobrevivir un largo período sentados en casa sin hacer nada, lo que ha sido el caso durante casi un año".
La mayoría de los trabajadores de las construcciones de los asentamientos son palestinos y a modo de bicot se les prohibió trabajar para los colonos.
"Ellos están siendo amenazados con cinco años de prisión si trabajan para nosotros después del 1 de enero", dijo Shaul Goldstein, Jefe del Consejo Regional de Gush Etzion.
"La convivencia real, después de todo, pasa acá, y la Autoridad Palestina está tratando de sabotear esto. Yo soy el que quiere la paz y ellos son los que quieren la guerra. Esta es la diferencia entre nosotros ", agrego Goldstein.
A su vez, el dirigente contó que en el comienzo de las construcciones se festejó con una barbacoa conjunta que incluía los 80 trabajadores palestinos y los 40 judíos.
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