La explosión se registró a las 8.30 horas (6.30 hora española) de hoy domingo, primer día de la semana laborable en Israel, por lo que a esa hora miles de personas acuden a sus puestos de trabajo.
Entre las víctimas, según la policía, hay niños que habían tomado el autobús para ir a la escuela.
Fuentes médicas informaron de al menos 10 heridos en estado grave, entre los evacuados a distintos hospitales de Jerusalén.
Según la televisión de Hizbulá, el suicida pertenecía a los Mártires de Al Aqsa.
Tanto el líder de la Autoridad Palestina, Abu Ala, como el ministro palestino a cargo de las negociaciones de paz con Israel, Saeb Erekat, han condenado el atentado. Este último, además, ha exhortado al Gobierno del primer ministro Ariel Sharon a reanudar las negociaciones de paz.
Abu Ala ha emitido un comunicado en el que dice que este ataque «tendrá efectos negativos para la causa palestina» porque «va en contra de los intereses de ambos pueblos, de los israelíes y de los palestinos».
Este atentado se produce la víspera de la apertura de las audiencias ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya sobre el muro de Cisjordania.
El ministro israelí de Exteriores, Sylvan Shalom, ha declarado que el atentado justifica la construcción del muro de Cisjordania.
«Este ataque demuestra cómo es indispensable el muro. Allí donde no hay, llega el horror. Sin embargo, donde ha sido construido, los resultados son claros», ha añadido Shalom.
El pasado 29 de enero, 10 personas -nueve israelíes y el suicida palestino- murieron y más de 40 resultaron heridas en la explosión registrada a bordo de un autobús que circulaba por el centro de Jerusalén, en concreto por la calle de Gaza. El atentado se produjo cerca de la residencia oficial del primer ministro israelí, Ariel Sharon.
Fte El Mundo