Esclavos de la memoria
Estamos atravesados por la historia. Nuestra dimensión humana adquiere sentido al sabernos existencias no solo con una carga genética y producto de un complejo proceso físico-químico, sino seres con una larga sucesión de generaciones y producto del misterio y del milagro.
Somos portadores de un mandato. Al pueblo de Israel se nos ordena recordar: recordar que fuimos esclavos en Egipto, recordar el Shabat. Recordar nuestro pasado, recordar el tiempo. Esta planteado como orden, como ley.
Al ser liberados de la esclavitud de Egipto, nos transformamos en esclavos de la memoria. Y entonces tal como dice Borges “…Todas las cosas le suceden a uno precisamente ahora. Siglos de siglos y sólo en el presente ocurren los hechos; innumerables hombres en el aire, en la tierra y el mar, y todo lo que realmente pasa me pasa a mí”. (en “El jardín de los senderos que se bifurcan”)
La Shoá no debe ser interpretada solo como un evento histórico que narra la tragedia y el horror que alcanzó el hombre del Siglo XX. La Shoá debe ser comprendida como un acontecimiento que cruza las barreras de la historia para plantearnos nuestro lugar en el presente como humanidad. En nuestra dimensión espiritual, en nuestro encuentro con el otro, en lo sagrado de la vida, en el uso de la tecnología, en el abuso del poder, en el monopolio de la palabra, en la ausencia de solidaridades, en el mutismo ante el dolor, en la tragedia de llegar siempre tan tarde a darnos cuenta de nuestra misión en la tierra.
“…todo lo que realmente pasa me pasa a mí .” Con este nuevo imperativo categórico, y en un tiempo donde los esfuerzos mayores relacionados a este desafío están increíblemente orientados en tener que demostrar la veracidad de lo sucedido, aquellos que sentimos en el alma que aquello que pasó nos pasó a nosotros mismos, somos el compromiso de ser la historia que fue para legarle al futuro el mensaje de todo lo que podemos alcanzar a ser.
Resuenan entonces las palabras de Elie Wiesel,: "…Acuérdate que, sin la memoria, la verdad se convierte en mentira, puesto que sólo toma la máscara de la verdad". (en "El olvidado")