Itongadol/Agencia AJN.- El presidente de Israel Isaac Herzog exhortó a la población a dejar de lado la división y trabajar por la paz y la unidad en la sociedad durante la ceremonia anual del Día de Recordación de los Caídos en Guerras y Atentados en el Muro Occidental, en la Ciudad Vieja de la capital, Jerusalem.
Abrió su discurso con un mensaje a los 59 rehenes que permanecen cautivos en manos de terroristas palestinos de Gaza: “Toda una nación los extraña, se preocupa por ustedes, llora vuestro llanto”.
Israel es “una nación atormentada inconmensurablemente. Una nación que sabe, en lo más profundo de su alma, abrasada por el anhelo y la ansiedad, que la herida no sanará hasta que regresen”, declaró el Presidente.
“Aquí, en el lugar donde nuestros soldados juraron defender la patria y la libertad de Israel, nosotros también juramos, juro, no descansar ni quedarnos quietos. Ni un instante. Actuar con todas nuestras fuerzas, por todos los medios, para dar un paso más, y otro más, hasta que todos regresen a casa”, prometió.
El Presidente se centró luego en compartir las historias de varias familias que perdieron a dos o más miembros en combates o ataques terroristas.
“Hemos visto cómo las palabras ‘autorizado para publicación’ pueden destruir un mundo entero”, dijo Herzog, refiriéndose a las declaraciones que publican el Ejército y los medios de comunicación cuando un soldado muere en combate. “Y, horrorosamente, cómo a veces, dentro del mismo hogar, otro mundo se destruye. Cómo una familia debe soportar pérdida tras pérdida, vivir una vida tras otra llena de añoranza.”
Dijo que es gracias a esas familias, “que lo dieron todo y luego lo dieron todo nuevamente”, que Israel perdura.
“Amadas y queridas familias en duelo, la verdad debe ser dicha: Nunca hemos buscado vivir bajo la espada. No somos un pueblo amante de la guerra”, afirmó Herzog.
“Al contrario: la paz fue, y sigue siendo, nuestro mayor anhelo. Nunca renunciaremos a buscar la paz. Nunca. Al mismo tiempo, nunca renunciaremos, ni por un instante, a nuestro deber de defendernos y a nuestro derecho histórico y natural a existir, como toda nación, soberanos en nuestra patria”, prometió.
Herzog afirmó que la paz “no es solo una aspiración hacia el exterior, hacia nuestros vecinos, sino un deber supremo e ineludible hacia nuestro interior, en nuestro propio hogar”.
“A lo largo de esta difícil guerra he conocido a miles de familias en duelo. Un mensaje, una súplica, un grito surgió de cada corazón, de cada alma, una y otra vez: bajen las llamas. Reparen los corazones. Mantengámonos como un solo pueblo.”
«¡Basta! ¡Basta de división! ¡Basta de polarización! ¡Basta de odio! -imploró el Presidente-. No debemos, por nuestras propias manos, provocar la destrucción de nuestro hogar nacional.»
Concluyó con un llamamiento al público para que «retire a las FDI de las disputas políticas» y «ponga al Shin Bet, el Mossad, la Policía y todos los servicios de seguridad por encima de todas las disputas».