Inicio ISRAEL Coronavirus: La desobediencia civil y la violencia interna pueden ser más peligrosas que la pandemia (por Daniel Gazit)

Coronavirus: La desobediencia civil y la violencia interna pueden ser más peligrosas que la pandemia (por Daniel Gazit)

Por Gustavo Beron
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Itongadol/AJN (por Daniel Gazit*).- Bajo la presión de la pandemia y junto con el problema económico surgieron en Israel unos comportamientos muy preocupantes. Hablamos antes de todo de la violencia física y verbal, y de la aparición de una cierta desobediencia civil.

La violencia física aparece en la ola de manifestaciones antigubernamentales que proliferan por la situación económica. Las manifestaciones se organizan principalmente en Jerusalem cerca de donde vive el Primer Ministro Benjamin Netanyahu, y en varios otros lugares de Israel. Se suman también a los manifestantes unos grupos políticos quienes aprovechan la situación para salir en contra de Netanyahu. Los manifestantes mismos no son violentos. La policía hasta ayer solía usar la fuerza brutal para terminar la manifestación y dispersarlos.

De otro lado son atacados por pequeños grupos de extrema derecha quienes son muy violentos. Solamente en las manifestaciones de ayer la policía impidió esos enfrentamientos. Hasta ahora hubo unos heridos leves, pero el sentimiento antigubernamental se está instalando.

A la violencia en la calle se suma la violencia verbal que viene de todos lados. Tiene su expresión más nociva en las redes sociales pero también en los medios convencionales de comunicación como la televisión, la radio y la prensa escrita, y hasta en la Knesset, el parlamento israelí.

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La desobediencia civil surgió como reacción a las restricciones decretadas por el gobierno. Al gran público parecía que estas decisiones, que afectan la vida cotidiana de cada ciudadano, fueron tomadas sin estudios profundos. Se dijo, hasta en la Knesset, que el gobierno decide sin consultar datos relevantes, cede a presiones de los grupos económicos y políticos, los más fuertes o de quien grita más.

Surgió entonces un clima de desconfianza en el gobierno y en la policía que parecía dedicada a reprimir manifestaciones y cobrar multas enormes a ciudadanos honestos.

Es evidente que hay que luchar hoy, principalmente, en contra de la pandemia. Del otro lado una sociedad democrática sana no puede soportar altos niveles de violencia interna y de desobediencia a las autoridades electas. Estas dolencias no son menos peligrosas que la pandemia misma. Si no se las tratan ahora, con amor al prójimo, con esfuerzo político a calmar los ánimos y con el objetivo de unir al pueblo, dándole confianza y esperanza, estas dolencias pueden ser, a largo plazo, aún más peligrosas a la salud pública que la pandemia.

*Daniel Gaizt, ex embajador de Israel en la Argentina.

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