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Itongadol/Agencia AJN.- Después del tiroteo masivo en la sinagoga Tree of Life en Pittsburgh, la Agencia AJN dialogó en exclusiva con Mario Rojzman, rabino argentino al frente de la comunidad Beth Torah Benny Rok Campus en Aventura, Miami, desde hace 15 años.
Después del tiroteo masivo en la sinagoga Tree of Life en Pittsburgh, la Agencia AJN dialogó en exclusiva con Mario Rojzman, rabino argentino al frente de la comunidad Beth Torah Benny Rok Campus en Aventura, Miami, desde hace 15 años. “Una vez que pude reponerme me di cuenta que se cayó el mito de la seguridad que la comunidad judía americana y los americanos creían que tenían garantizada”, aseguró conmovido el dirigente. Rojzman compartió con la Agencia AJN sus sensaciones sobre el ataque, cómo se está organizando la comunidad judía estadounidense para hacer frente a la tragedia y qué impacto tendrá a futuro. “Es un fenómeno que llegó para quedarse”, se lamentó el rabino. Y aseguró “Estados Unidos sin sus judíos es impensable”.
¿Cómo está viviendo este momento?
De golpe entró un voluntario en la sinagoga, enseguida me contó lo que pasó y sentí un flechazo en el medio del pecho. Fue un dejavu, mi cabeza de repente se fue al atentado de la Embajada de Israel y de la AMIA y me cayeron las lágrimas. Una vez que pude reponerme me di cuenta que se cayó el mito de la seguridad que la comunidad judía americana y los americanos creían que tenían garantizada. Inmediatamente los teléfonos de emergencia entre los dirigentes comunitarios empezaron a circular para organizarnos y decidir qué medidas vamos a tomar respecto a la seguridad de la sinagoga. Porque muchos tenemos la sensación que este fenómeno vino para quedarse. Ojalá no de esta magnitud pero sí que llegó para quedarse, porque estas ratas que estuvieron escondidas durante décadas se sienten empoderadas con el clima de fracción que se logró en los Estados Unidos en los últimos dos años. Entonces la gente y las sinagogas tenemos que organizarnos.
La vida judía en Miami no es muy diferente de la zona donde fue el atentado. ¿Nota un relajamiento por parte de la seguridad en las sinagogas?
Sí, definitivamente hay un relajamiento en la seguridad. Cuando vos escuchás a los rabinos eméritos de la sinagoga, que no estaban en la sinagoga sino en sus casas y fueron al lugar para dar unas notas, decían “durante la semana hay seguridad, pero sábado a la mañana, si no hay un evento grande como un Bar Mitzvá, esperamos sólo 70, 80 personas…”. Pero ese relajo no se aplica sólo a esta sinagoga que tuvo la tragedia. A nosotros, los argentinos que vivimos en esta parte del mundo, todavía se nos eriza la piel cuando vemos lo vulnerable de la seguridad comunitaria. Por un lado el americano tiene sus fuerzas de seguridad, que saben cuidar bien sus lugares y su gente. Pero a mí su presencia no me alcanzaba, yo veía esto después de haber pasado lo que vivimos nosotros y se me desarrolló un tic de mirar de reojo para atrás, para abajo, para los costados. Yo estoy acá hace años, me construyeron una sinagoga, el valor de la propiedad bajó, nunca me voy a mudar porque nadie va a comprar. Y acá en Estados Unidos vivir al lado de una sinagoga daba una sensación de seguridad y el valor de la propiedad era más caro porque el judío observante podía ir caminando a la sinagoga, llevar a los hijos al colegio sin perder tiempo. Yo no sé cómo va a ser la sensación ahora de los que vivimos cerca de sinagogas. Lo de ayer demostró que el mito de que en el barrio con presencia de la comunidad judía hay más seguridad no es real. Es un capítulo que ya se va a empezar a ver.
¿Dónde encaja la pieza de este atentado en el rompecabezas mundial del antisemitismo?
La primera sensación de que en los últimos dos meses Estados Unidos tenga un 60% más incidentes antisemitas, que van de lo más chiquitito hasta lo más monstruoso que es lo de ayer, es que esto se empieza a parecer a Europa. Yo estuve en Praga y vi esos blindados alrededor de los sitios de cultura judía de la ciudad, la seguridad en las sinagogas para entrar, y yo creo que Estados Unidos se está empezando a parecer más a Europa y va a tener que tomar medidas para que sus judíos sigan confiando en el sistema. Me parece que el gobierno y sus fuerzas de seguridad van a tener que empezar a desmantelar a los lobos solitarios, porque una vez que pasa esto y se emite en los medios sociales te das cuenta que el tipo no era solo un antisemita. Detestaba el amor al prójimo, que muchas organizaciones judías desarrollan en actividades por ejemplo para inmigrantes. Él escribe en sus medios sociales “estoy harto que ustedes destruyan el país” porque HIAS estaba acomodando algunas familias que se escaparon del desastre sirios. El antisemita no es que odia a los judíos. El antisemita odia, punto. Y después deposita su odio en lo más distinto que es el judío.
¿Cómo es la red de colaboración entre comunidades judías americanas, para ayudarse mutuamente a superar esta tragedia?
Una de las cosas que aprendí a valorar desde que llegué a Estados Unidos es la solidaridad entre distintas ramas del judaísmo, que yo en casa no lo tenía. Aquí conservadores, reformistas y ortodoxos aprenden a convivir en aquellas cosas que los unen, no en el ritual pero sí en su amor por la educación judía, el Estado de Israel y su lealtad por Estados Unidos. La Federación Judía de Miami mandó un comunicado ayer. Sigue siendo el motor de la vida judía de todas las organizaciones que están aliadas, y por supuesto va a empezar la necesidad de aumentar el presupuesto de seguridad, más cámaras, acuerdos con las fuerzas de seguridad locales para dar tranquilidad. Me acuerdo que cuando voló la Embajada de Israel hicimos una reunión de emergencia en la sinagoga y los padres te decían “yo no sé si mando a mi hijo mañana al colegio”. Como esto pasó un fin de semana y no fue en mi ciudad, todavía no tuve gente que se acercó a preguntar. Pero nosotros sacamos un comunicado avisando a la gente lo que venimos haciendo en seguridad sin que la gente sepa, garantizando que vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance.
¿Qué cambió a partir de ayer?
Cambió algo adentro mío. Yo sentí, como ya tengo dos atentados en mi espalda, que para mí fue un tercero, porque mi alma volvía a esos horrores, imaginando un hombre entrando a una sinagoga y matando a mansalva. La primera víctima tenía 71 años y su agenda espiritual pasaba por ir a la sinagoga todos los días. Ahora las víctimas van a empezar a tener nombre, apellido y edad, y es cuando la tragedia empieza a tomar la dimensión exacta.
¿Cuál es su mensaje para el mundo a raíz del ataque?
Mi mensaje es que nosotros ya pasamos esto. El grito de “Todos los judíos tienen que morir” nosotros lo venimos escuchando desde hace muchos siglos, y debería escandalizar a la sociedad toda. Cuando alguien grita “Todos los judíos tienen que morir”, si yo soy gay, tengo que escuchar “Todos los gays tienen que morir”. Si yo soy católico, tengo que estar escuchando “Todos los católicos tienen que morir”. Si soy musulmán, tengo que escuchar “Todos los musulmanes tienen que morir”. En ese grito había puro odio, depositado en el pueblo judío. Nosotros ya empezamos a sentir los gestos de seguridad. En Pittsburgh la gente de las iglesias de las cercanías empezaron a hacer vigilias, estaban desconsolados diciendo que los judíos no están solos. No hay que escuchar sólo judíos cuando gritan “Todos los judíos tienen que morir”, porque en el fondo el odio con los judíos nunca termina con los judíos. En los Estados Unidos de América hay judíos desde el año 1674 y este es el atentado antisemita más grande desde ese día, pero murieron 11 personas. Y hubo judíos que entraron a la sinagoga para salvar judíos. Es todo un fenómeno distinto. Si bien todavía está toda esa parte de la tragedia, de este nuevo fenómeno que vino a instalarse, también es cierto que este es un país que le dijo al judío “yo quiero tenerte acá” desde el primer día. Hoy es domingo y la gente sigue estando en la sinagoga, la gente quiere estar ahí. La primera reacción de la gente no fue ir a esconderse a sus casas sino reunirse en los espacios de oración que es lo que fue atacado. Esa idea de que el judío siempre tiene esa imagen de desprotegido fuera de su tierra ancestral no llegó a Estados Unidos porque acá estuvo muy bien cuidado durante mucho tiempo. Esperamos que sigamos siendo cuidados porque Estados Unidos sin sus judíos es impensable.