Inicio PERSONAJES Israel. La peculiar tradición de un sobreviviente de la Shoá: comer falafel para celebrar su salvación

Israel. La peculiar tradición de un sobreviviente de la Shoá: comer falafel para celebrar su salvación

Por Martin Klajnberg
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Itongadol/Agencia AJN.- Cada 27 de enero, en Israel y en todo el mundo se conmemora el Día del Recuerdo del Holocausto, día en el cual las tropas soviéticas liberaron en su totalidad el campo de concentración y exterminio Auschwitz-Birkenau, quebrando las líneas de defensa nazis y marcando el fin de la Segunda Guerra Mundial. Una parte significativa de los prisioneros, en su mayoría judíos, que pasaron por el frío infierno polaco, decidió emigrar a Israel para formar una nueva vida allí, intentando dejar atrás el horror vivido durante la ocupación alemana.

Sin embargo, David «Dugo» Leitner, de 91 años, tiene su celebración aparte. Cada 18 de enero, día en el que fue liberado de las «Marchas de la Muerte» de los nazis, se come un falafel. De esa forma, celebra el haber sobrevivido y el haber podido llegar a Israel.

En 2019, Leitner compartió su almuerzo con el presidente de Israel, Reuven Rivlin. «Su costumbre de comer falafel cada año nos conmovió. Desde que escuché su historia, he estado esperando sentarme y comer falafel con usted», había expresado Rivlin en su encuentro.

El año pasado, el invitado de honor para compartir su falafel con Leitner fue Aviv Kochavi, el comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), quien le aseguró que el ejército israelí jamás permitiría que algo como el Holocausto vuelva a ocurrir.

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Leitner vive en el poblado religioso de Nir Galim, en el centro del país. Su historia y su tradición se hizo popular entre los israelíes, muchos de los cuales han adquirido la costumbre de comer un falafel cada 18 de enero en celebración. Según él mismo asegura, las pequeñas bolas de garbanzo salvaron su vida.

«Durante la Marcha de la Muerte, después de tres días y noches de invierno de marcha a través de bosques helados, con los más pequeños trozos de pan como alimento y nieve como agua, los judíos que se derrumbaron fueron dejados para que murieran. Débil y tembloroso, me obligué a seguir caminando, pero el agotamiento me venció y también me desplomé», relata Leitner en una entrevista realizada por The Jewish Press el año pasado. «Podía oír pasos y gritos de los soldados alemanes, pero luego no oí nada hasta que la voz de mi madre me llamó en un sueño y me devolvió a la vida. ‘David, no te rindas ahora. ¿No querés comer los panecillos redondos de Sión? La Tierra de Israel te está esperando. Levántate, hijo mío, y vive’. Desperté de mi agotamiento y me obligué a ponerme de pie».

«Cuando finalmente llegué a Israel, en mi primera visita a Jerusalem, paseando, me encontré en el mercado de Machane Yehuda al lado de un puesto de falafel, mirando una pila de panes de pita. Instantáneamente recordé mi sueño de la Marcha de la Muerte y la voz de mi madre. Por eso es que como falafel el día de mi liberación», explica Leitner.

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