Itongadol/AJN.- Los restos del sobreviviente de la Shoá y filántropo mexicano Marcos Katz (en el centro de la foto de una ceremonia en el memorial Yad Vashem), reconocido por construir puentes entre la Halajá (ley judía) y la modernidad, fueron enterrados ayer, jueves, en el cementerio de Har Hamenuhot, en Jerusalem.
Nacido en 1927 en Cracovia, Polonia, en una familia jasídica, a los 14 años huyó de la ocupación nazi rumbo a la Tierra de Israel bajo el Mandato Británico.
En 1947, Marcos se trasladó con su familia a México, donde se convirtió en un prominente industrial y dirigió una escuela judía en Monterrey.
Se casó con Adina, tuvieron cuatro hijos y apoyaron decenas de proyectos en el mundo judío e Israel para fortalecer la relación de éste con la Diáspora.
En 1975 ambos crearon el Premio Katz para distinguir a individuos y empresas dedicadas a la aplicación de la Halajá en la vida moderna con obras escritas y emprendimientos prácticos.
Diez años después fundaron la ieshivá Emuná, que constituye una fuente de ortodoxia moderna y educación sionista para niños de primero a duodécimo grado.
Marcos Katz, galardonado con doctorados honorarios de las universidades de Nueva York y Bar-Ilan, falleció en la noche del martes, a los 89 años.