Itongadol/AJN.- “El antisemitismo no existe hasta que estalla una guerra en Gaza y empiezan a aparecer todo tipo de expresiones en las redes sociales, las calles e incluso los medios que terminan pasando todas las líneas rojas de la crítica legítima al gobierno de Israel a hablar directamente del no derecho de los judíos a tener su propio Estado, y si viene otra, creo que va a ser aún peor”, aseguró a la Agencia Judía de Noticias (AJN) Marcos Peckel (foto), director ejecutivo de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia y coordinador del Grupo de Educación del Foro Global contra el Antisemitismo en América Latina, organizado el domingo y lunes pasados por el Congreso Judío Latinoamericano, en el marco del 22º aniversario del atentado a la AMIA, que provocó 85 muertos y cientos de heridos.
– ¿Qué significa para usted estar presente en el Foro Global contra el Antisemitismo en América Latina?
– Significa mucho. El Foro Global en Jerusalem es muy amplio: se tratan muchos temas y a veces es difícil aterrizarlos. Acá que estamos tratando de hacerlo. Soy el coordinador del Grupo de Educación y estoy viendo la dificultad de colocar en el piso las ideas y los conceptos en un plan concreto de acción medible, realizable y realista para decir en un año: “Logramos esto” o “nos faltó aquello”. Ése es el gran reto y me parece que estar en el contexto latinoamericano es mucho más fácil.
– ¿Cómo vive el antisemitismo la comunidad judía de Colombia?
– El antisemitismo no existe hasta que estalla una guerra en Gaza y empiezan a aparecer todo tipo de expresiones en las redes sociales, las calles e incluso los medios que terminan pasando todas las líneas rojas de la crítica legítima al gobierno de Israel y hablando directamente del no derecho de los judíos a tener su propio Estado. En 2014 se tornó todo muy difícil, y si viene otro “Gaza”, creo que va a ser aún peor. Creo que en América Latina pasa lo mismo.
– ¿Dónde estamos parados respecto a este tema?
– Creo que los judíos llevamos 2.000 años construyendo sobre lo que los demás vivieron, sufrieron o hicieron, y más adelante habrá otros que construirán sobre lo que estamos haciendo. Estamos tratando de adaptarnos a las realidades actuales; por ejemplo, un mercado mucho más segmentado, una educación que ya no solo se recibe en el espacio formal, sino también en las redes sociales y grupos de convivencia o pertenencia, y una realidad en la cual Israel forma parte de la ecuación. Me parece que el principal desafío que enfrentamos ahora es cómo metemos a Israel y el sionismo en la ecuación del antisemitismo.
– ¿Esclarecer los atentados afecta a la hora de educar?
– Creo que van por líneas separadas: la educación sirve para mucho, pero no evita todo. La educación no va a evitar el terrorismo ni un ataque como el de Paysandú porque el tema es hacia dónde tendríamos que enfocarla: no hacia el que nos odia visceralmente, ahí no vamos a perder el tiempo, al que vamos a educar es al grueso de la población, que no conoce o no sabe o tiene algunos prejuicios que yacen en parte de la narrativa y vamos a tratar de contrarrestar. Ahí creo que está nuestro gran desafío.
– ¿Cuál es el mensaje a los líderes latinoamericanos?
– El mensaje es que no tener antisemitismo no significa que no se deba hacer… El tema es realmente importante dentro del contexto de los derechos humanos y los conceptos de discriminación y aceptar la diversidad.