Itongadol.- No existe un rol más complejo dentro de las tareas sinagogales. Se requiere memoria visual y auditiva, un alto nivel de lectura hebraica y una comprensión profunda de lo que se está leyendo.
A su vez, casi no existe una tarea como esta: que pase tan desapercibida para la mayoría del público.
La lectura de la Torá en el Beit Hakneset es la forma más antigua y difundida de estudio, que congrega a judíos de todo el mundo semanalmente a comentar y repensar los textos milenarios.
Hace más de veinte años que nuestra Shoshana, Z”L, leía la Torá en nuestra kehilá. Lo hacía ad honorem y sin honores. Silenciosamente, le huía a todo tipo de kavod y se enojaba, con su estilo personal,cuando alguien insinuaba algún tipo de reconocimiento.
Para ella, leer la Torá era mucho más que un trabajo que le tomaba varias horas semanales de preparación. Era una imposición y un desafío personal. Nunca faltaba, siempre llegaba temprano. Su perfeccionismo no le permitía cometer errores. Su sentido del humor era ya parte del modo de ser del minian.
Por todo esto Shoshana, Z”L, será por siempre un ejemplo a seguir. Ihei Zijrá Baruj
Rab. Ari Bursztein
Fundación Judaica