Por otro lado, los militantes pacifistas internacionales que se encuentran dentro de la basílica pudieron por primera vez subir al campanario sin provocar los disparos de los francotiradores de élite del Ejército israelí.
La noche pasada, ambas partes llegaron a un acuerdo, negociado por diplomáticos norteamericanos y europeos, que prevé la expulsión de trece palestinos de los más buscados por los servicios israelíes hacia Italia, en tanto que otros 26 deben ser enviados a una prisión de Gaza. El resto serán puestos en libertad.
Por su parte, el movimiento de la resistencia islámica Hamás rechazó hoy un acuerdo sobre el levantamiento del asedio de la basílica. «Este acuerdo es extremadamente grave, es una gran catástrofe», declaró en Gaza Abdelaziz Rantissi, un dirigente de Hamás, en declaraciones a la cadena de televisión Al Yazira.
«El enemigo israelí se dispone a privarnos de nuestra legitimidad, de la legitimidad de nuestra presencia en Palestina. La Autoridad Palestina está a punto de aplicar esta política», explicó Rantissi.