Itongadol/AJN.- El Dr.Richard Prasquier fue presidente de la Confederación de Comunidades Judías de Francia, la representación política de la comunidad, entre 2007 y 2013. Es un miembro muy activo y destacado de la comunidad judía francesa. Promotor del diálogo interreligioso e intercomunitario, Prasquier es también un fuerte defensor de Israel, en todos los ámbitos, incluidos los medios de comunicación.
El Dr. Richard Prasquier dialogó con la Agencia Judía de Noticias en el marco de la Junta de Gobernadores de la Agencia Judía para Israel, que se lleva a cabo en la ciudad de Tel Aviv.
¿Cuál es la situación real de la comunidad judía en Francia? Porque hay mucha información y a veces no es muy clara.
La comunidad judía en Francia tiene miedos, temores. Una gran mayoría de la comunidad está ligada a Israel, se siente muy cerca e identificada con Israel. Pero los miedos que tiene se pueden dividir en diferentes categorías. En primer lugar, los que comparte con la población de Francia: el miedo a los ataques terroristas. Hubo una cantidad de atentados dirigidos contra la comunidad judía y los dirigidos contra la población francesa. Recién ahora la ciudadanía francesa comienza a comprender que se trata de una agresión contra la civilización occidental. El segundo motivo de temor proviene del hecho de que muchos judíos viven en zonas donde hay una gran población musulmana y gran cantidad de jóvenes musulmanes, con problemas sociales y un fuerte adoctrinamiento radical. Muchos judíos sufren esta situación y muchos de ellos son víctimas directas de agresiones físicas, insultos, acoso. Nosotros llevamos un registro de estos ataques y podemos ver cómo van en aumento desde hace unos años. Y no solamente cuando hay una situación crítica o de guerra en Israel, últimamente los ataques aumentan incluso cuando no hay situaciones de este tipo en Israel.
Estos sectores de la comunidad judía están hartos de tener que pedir a sus hijos que sean cuidadosos o que escondan la Kipá (solideo) y no muestren que son judíos.
La tercera razón, es que muchísimos judíos están hartos de ver cómo la situación política en Israel y todo lo que tiene que ver con Israel es presentado por la mayoría de los medios de comunicación. Siempre hay una única víctima, los palestinos, y siempre un opresor, Israel, más allá de lo que cada uno haga. La realidad se presenta de una forma “torcida”, inexacta, y esto sucede no solamente en Francia. Para los judíos franceses esto es inaceptable. La delirante manera de presentar la realidad, asegurando que si Israel acepta todas las condiciones palestinas habrá paz y entonces todos los conflictos de Medio Oriente se resolverán, y las consecuencias que trae esta postura, son inaceptables. Estas son las razones que hacen que muchos judíos franceses estén evaluando la posibilidad de hacer aliá, de inmigrar a Israel.
La mayor parte de la prensa internacional dio un trato muy distinto al atentado terrorista contra la revista Charlie Hebdo y el del supermercado judío, que sucedió 48 horas después ¿Cómo fue esto en Francia?
Lo que sucedió en Charlie Hebdo fue absolutamente extraordinario. Los periodistas asesinados allí eran algunas de las más famosas figuras nacionales y eso shockeó a todo el mundo. Digamos que el ataque al Hypercasher de alguna manera – y esto es muy significativo – fue considerado no diría que como algo natural, pero algo que ya sabemos que sucede. No es cierto que la mayoría de los franceses piensa que como se trata de judíos, “es así”. Hay prejuicios clásicos sobre los judíos en la población francesa como los hay en muchas otras: los judíos son ricos, son cerrados, son poderosos, controlan los medios de comunicación, tienen más influencia de lo necesario, etc, etc. Pero las encuestas en Francia muestran que la gran mayoría de los franceses piensan que los judíos forman parte integral de la sociedad, que no existe un “problema judío”, y una encuesta mostró que más del 80% de los franceses manifestaron que no tendrían ningún problema en que uno de sus hijos se case con un judío o judía. Por supuesto, está el porcentaje que mantiene sus prejuicios, pero eso no los lleva a tomar ninguna acción.
También es cierto que, si hubiese sucedido sólo el ataque contra el supermercado kosher y no el de Charlie Hebdo casi al mismo tiempo, probablemente no hubiéramos visto la increíble reacción que tuvo la población francesa, con millones de personas manifestando en las calles con la consigna “Je suis Charlie”.
Usted era titular del CRIF cuando los ataques terroristas en Toulouse…
Yo era presidente del CRIF y pude ver de cerca las dificultades para generar una reacción generalizada. Esto me golpeó muy duro, y para mí fue un punto de inflexión en mi manera de ver las cosas.
Las organizaciones no gubernamentales querían hacer una gran manifestación en contra del racismo y yo, como presidente del CRIF, no quería ser parte de eso. No es que yo sea racista, todo lo contrario, toda mi vida he luchado contra el racismo. Pero en ese contexto significaba que estaban evitando manifestar contra el antisemitismo, y hasta pronunciar la palabra. Antisemitismo era la palabra adecuada para los asesinatos que Mohammed Merah cometió contra judíos sólo por eso, porque eran judíos. Y el hecho de tener que esconderlo, bajo la imagen del racismo, fue muy significativo.
Nosotros estamos en una situación especial, porque en Francia se encuentra la mayor comunidad judía de Europa y la mayor comunidad musulmana del continente. Claro que la comunidad musulmana es diez veces más grande que la judía, pero no debemos ver la situación como una lucha entre judíos y musulmanes. Es una lucha contra la tremenda facilidad con la que la ideología nazi-islamista es inculcada en una gran parte de los jóvenes musulmanes en Francia. Y el hecho de que no vemos una reacción adecuada. La sensación de indefensión de los judíos hace que pensemos que el futuro no será mejor.
Respecto a su presencia ahora en Israel, en el marco de la Agencia Judía, ¿Cómo siente que la situación de la comunidad judía de Francia es tomada en cuenta, el apoyo de Israel?
La principal base para mí – y que fue y es el pilar de mi labor institucional – es que somos un solo pueblo judío. Un solo pueblo, con judíos en todo el mundo e Israel en el centro, como núcleo. Y la ayuda mutua es parte de ese principio. Pero también la interferencia debe ser medida. En todo esto hay un delicado equilibrio y creo que, en este sentido, es excelente el trabajo que hace la Agencia Judía. La institución no tiene una política de decirle a la gente que debe abandonar el país, porque está en peligro, porque no sabemos qué sucederá. Ellos no plantean las cosas así, y yo valoro y aprecio esta actitud, porque para hacer aliá – que no es algo sencillo – es necesario un sentimiento positivo. La persecución no puede ser el único motivo, Israel tiene que representar algo para quien toma esa decisión.
También es necesario que cuando la gente llega a Israel se tomen en cuenta sus necesidades específicas y sus capacidades. Por ejemplo, había problemas con los diplomas de médicos y otros profesionales, durante años y años, que ahora se comienzan a tomar en cuenta y a buscar la manera de resolver. Yo creo que la Agencia Judía hace su labor de la mejor manera posible, y yo tengo una experiencia personal, ya que mi hijo, mi nuera y mis cuatro nietos hicieron aliá el año pasado. Todo estuvo muy bien organizado por la Agencia Judía en París, y fue muy exitoso y me alegra poder decir que ellos son muy felices aquí.
Pero respeto, absolutamente, a todos los judíos que no deciden o no quieren venir a Israel y quieren vivir su vida como judíos en el lugar donde se encuentran, quieren luchar por sus derechos. Y para mantener estrechos y fuertes vínculos con Israel, para ayudar a Israel a luchar contra sus enemigos dondequiera que se encuentren.