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La Universidad de Tel Aviv lucha contra el cáncer

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 Itongadol.- La Universidad de Tel Aviv cuenta con decenas de institutos y laboratorios que están trabajando arduamente para lograr una cura al cáncer. Algunos de estos científicos y clínicos de primera línea en investigación están desarrollando nuevas tecnologías como diminutos “misiles” que atacan directamente el tumor desde dentro del cuerpo. Los más promisorios y nuevos desarrollos en la lucha contra el cáncer incorporan investigaciones interdisciplinarias en varios campos como las ciencias biológicas, ingeniería, física, psicología, bio-informática y epidemiología.

 
Según el Prof. Nadir Arber, Jefe del Centro de Investigación en Biología del Cáncer, del Instituto de Oncología Djerassi-Elias de la Universidad de Tel Aviv, el cáncer sigue siendo un asesino escurridizo, sencillamente porque no puede ser abordado como una enfermedad simple o individual.  “La palabra ‘cáncer’ se refiere a 150 diferentes condiciones, clasificadas según el órgano en donde se origina el mal, los tipos de células en las cuales se desarrolla y los diversos procesos biológicos que participan en su crecimiento”, explica Arber, un profesor de gastroenterología y Médico en actividad. 
 
El Prof. Yoav Henis, Vicepresidente de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Tel Aviv e investigador en cáncer en el Departamento de Neurobiología de la Facultad George S. Wise de Ciencias de la Vida de la Universidad de Tel Aviv, hace hincapié en que “el abordaje multidisciplinario es donde la Universidad de Tel Aviv brilla. Tenemos 60 grupos de laboratorio de talla mundial y cerca de 250 clínicos trabajando juntos en investigación, que llevan los descubrimientos del laboratorio al hospital y viceversa”.  
La conexión endocrinológica:
El cáncer de mama constituye el foco de estudio en la carrera del Dr. Ido Wolf, miembro de la Facultad de Medicina Sackler y Director del Departamento de Oncología Médica del Centro Médico Tel Aviv Sourasky, asociado con la Universidad de Tel Aviv.  
 
En 2008, Wolf identificó cómo una hormona llamada Klotho – una hormona natural emitida por el cerebro y los riñones – impide que las células del cáncer de mama se multipliquen. Más tarde, demostró que las mujeres que portan una forma mutada de klotho tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar cáncer de mama. Su trabajo más reciente – también relativo al cáncer de mama – fue reconocido con el Premio Kline a la Excelencia 2014 de la Fundación de Ciencia de Israel.   
 
“Estoy interesado en endocrinología del cáncer, que es un estudio de las hormonas, como el estrógeno, que las células tumorales necesitan para crecer”, dice Wolf. “Las drogas pueden obstruir la producción de estrógenos, o limitar su habilidad para alcanzar el cáncer, pero algunos pacientes son resistentes. En nuestro laboratorio, hemos demostrado cómo una mutación genética específica, que no se ve en el tumor primario y que sólo aparece cuando el cáncer degenera en metástasis en hígado, tiene como resultado un cambio estructural que hace que estas células cancerígenas se vuelvan resistentes a la medicación con terapia hormonal. Ahora que sabemos acerca de esta mutación, podemos buscar formas de prevenirla, de modo tal que la terapia hormonal pueda hacer su trabajo”. 
 
Estudio profundo sobre metástasis
Durante su investigación post-doctoral, la Dra. Neta Erez del Departamento de Patología recibió, por parte de su equipo de laboratorio, el sobrenombre de “Bruce Willis”, debido a su determinación férrea y “dura-de-matar”. Como directora de su propio laboratorio en la Facultad de Medicina Sackler, Erez se dedica plenamente a dilucidar qué ocurre cuando sobreviene la metástasis o cuando el cáncer se esparce y se vuelve mucho más letal. Haciendo que la ciencia de un paso más hacia una eventual estrategia para la prevención de la metástasis, Erez ha identificado un proceso por medio del cual algunas células “se tornan ‘defectuosas’” y brindan apoyo a la metástasis. 
 
“Cuando el cáncer se diagnostica antes de que el tumor primario haya tenido chance de diseminarse hacia otra parte del cuerpo, el pronóstico de los pacientes es, generalmente, bueno”, dice Erez. 
 
“Sin embargo, una vez que la metástasis se produce, el cáncer se vuelve mayormente incurable. En nuestro laboratorio, hemos demostrado que la inflamación – una respuesta del sistema inmune que puede estar asociada con el cáncer – es parte del trampolín que permite que las células metastásicas rudimentarias salten y sigan desarrollándose”. 
 
Erez estudia los factores inflamatorios que ayudan a que el cáncer se esparza hacia los pulmones. “Si comparamos células de tejido conectivo normal y aquellas asociadas al cáncer conocidas como fibroblastos, podemos caracterizar una activación temprana que se produce antes que la metástasis avance”. “Una vez que identifiquemos las señales moleculares que causan esta activación, podría ser factible que las ataquemos con drogas que bloquearían la metástasis”, expresa Erez.  
 
En otro área de su investigación, por la cual Erez recibió un importante subsidio del European Research Council (Consejo de Investigación Europeo), está investigando el modo en que el cáncer de piel hace metástasis en el cerebro. 
 
“Hemos demostrado cómo las células cerebrales en los tejidos circundantes son secuestradas y corrompidas de modo tal que, en vez de cumplir su función original de mantenimiento y reparación del tejido lesionado, ayudan a que los tumores secundarios se establezcan en el cerebro. Nuestro próximo desafío será encontrar moléculas que puedan ser atacadas por medio de drogas para desbaratar este proceso”.  
 
En busca de una droga para prevenir la metástasis


El Prof. Shamgar Ben-Eliyahu también está trabajando en una droga para prevenir la metástasis. En su caso, sin embargo, las drogas que se están investigando están bien establecidas, son seguras y se pueden conseguir fácilmente. Sólo es necesario administrarlas en la dosis correcta, en el momento correcto.   
 
Curiosamente, este proyecto se inspiró no sólo en el entrenamiento académico de Ben-Eliyahu en campos tales como la matemática, la ciencia de la computación y la biomedicina, sino también en su investigación doctoral y post-doctoral en el área de psico-biología y la respuesta de la personas al stress emocional. 
 
“La Micro metástasis – la primera etapa de la diseminación del cáncer – es común que exista incluso antes de la extirpación quirúrgica de un tumor primario”, dice Ben-Eliyahu, quien además es miembro de la Escuela de Neurociencias y de la Escuela de Ciencias Psicológicas Sagol de la Universidad de Tel Aviv. “Después, la cirugía misma puede liberar células cancerígenas hacia el torrente sanguíneo y el sistema linfático. Algunas, eventualmente, crean tumores secundarios en otros tejidos”. 
 
Ben-Eliyahu explica que la cirugía tiene efectos secundarios, tanto químicos como psicológicos. “La cirugía está asociada con la liberación de hormonas de stress que afectan el nivel de dolor experimentado por un paciente, inhibe la respuesta inmunológica del cuerpo y claramente hace que las células tumorales se vuelvan más agresivas”. 
 
“En mi laboratorio, hemos demostrado cómo las drogas antiinflamatorias –administradas justo antes y después de una cirugía – pueden contrarrestar esta respuesta de stress quirúrgico. El resultado es un índice de metástasis dramáticamente más bajo y mejor supervivencia a largo plazo”. 
 
Diminutos “misiles anti-cáncer” en la guerra contra el cáncer
La Universidad de Tel Aviv está desarrollando transportadores a nano escala que acarrean las drogas directamente hacia las células enfermas de un paciente, desarrollados por científicos asociados con el Instituto Marian Gertner para Nanosistemas Médicos de la Universidad de Tel Aviv, están haciendo que el tratamiento para el cáncer alcance nuevos niveles de efectividad y personalización, al tiempo que reducen los dañinos efectos secundarios. 
 
“Investigadores de todo el mundo están trabajando en el desarrollo de terapias personalizadas que adecuarán la medicación contra el cáncer correcta al paciente correcto”, dice el Prof. Dan Peer del Departamento de Investigación Celular e Inmunología de la Facultad de Ciencias de la Vida George S. Wise. “En nuestro laboratorio hemos diseñado un sistema de transporte de drogas a nano-escala que no sólo ataca los puntos enfermos de un modo más exacto, sino que su carga de drogas se realiza según la condición de cada paciente en particular, su receptividad y su composición genética”.    
 
El sistema desarrollado por Peer y su equipo utiliza materiales naturales a base de lípidos que se encuentran en el cuerpo como transportadores de drogas. Una vez inyectado en el torrente sanguíneo del paciente, los transportadores localizan y actúan únicamente sobre las células cancerígenas – sin dañar las células y tejidos sanos que están alrededor.
 
“Los primeros resultados de laboratorio han sido muy alentadores”, dice Peer, que es Director del Laboratorio para Nanomedicina, en el Centro para Nanociencia y Nanotecnología de la Universidad de Tel Aviv, y también dirige el Fondo de Investigación en Nanotecnología M. y Harry B. Helmsey. 
 
“En cáncer de ovario, logramos aumentar en 25 veces la efectividad en el suministro de medicación en la zona afectada, disminuimos la resistencia de las células cancerígenas a las drogas aplicadas, e incrementamos la destrucción del tumor; las células cancerígenas comenzaron a extinguirse dentro de las 24-48 horas”. Peer y su emprendimiento biomédico Quiet Therapeutics, empezarán próximamente las pruebas clínicas para la tecnología.
 
Estas son sólo algunas de las historias de los muchos investigadores de la Universidad de Tel Aviv que dedican su esfuerzo, tiempo y conocimientos para luchar contra esta enfermedad que año a año afecta a millones de personas en todo el mundo.
 
 
 
 

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