Itongadol/AJN.- La Misión Permanente israelí honró ayer, martes, en la sede de las Naciones Unidas, “las historias no contadas de 850.000 refugiados judíos de tierras árabes”, como Yemen, Siria, Argelia, Irak y Libia, cuya expulsión tras la creación de este Estado se recuerda cada 30 de noviembre, el día siguiente a la aprobación de la Partición, en 1947.
El embajador Danny Danon destacó (foto) que ellos sufrieron una “injusticia histórica” ya que luego de “enfrentar violentos e incluso luctuosos disturbios y la confiscación gubernamental de sus riquezas, casi un millón de judíos fueron obligados a huir de lugares que sus familias habían llamado ‘hogar’ durante generaciones”, pero es un deber “asegurar que el mundo finalmente reconozca las historias de estos refugiados olvidados”, que “no tienen una agencia especial ni varias organizaciones de la ONU que hagan lobby en su nombre” como los palestinos.
“La razón es simple: mientras que los países árabes se negaron a absorber a los refugiados palestinos, el Estado de Israel abrió sus puertas a sus hermanos judíos”, diferenció.
Al evento, copatrocinado por el Congreso Judío Mundial y la Conferencia de Presidentes de entidades judeoestadounidenses, también asistieron la ministra de Igualdad Social, Gila Gamliel, cuyos padres emigraron de Libia y Yemen, y los periodistas Ben Dror Yemini y David Suissa, cuyas familias huyeron de este último país y de Marruecos, respectivamente, y todos ellos contaron sus historias personales frente a líderes judíos, representantes israelíes y otros diplomáticos de la ONU.