Itongadol/AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman).- Hoy, jueves, es el turno de la esperada declaración indagatoria del ex presidente de la DAIA Rubén Beraja (foto), en la novena audiencia del juicio oral y público por encubrimiento de autores o cómplices del atentado a la AMIA.
El polémico ex líder comunitario está imputado de partícipe -primario o secundario, según quién lo acuse- de peculado; esto es, sustraer fondos públicos de su destino original para dirigirlos a un fin ilícito, que en este caso fueron los 400.000 dólares de la entonces Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) que el ex juez Juan José Galeano negoció y le pagó a Carlos Telleldín, el último poseedor conocido de la camioneta-bomba Trafic que voló la sede comunitaria judía, para que señalara, se presume que falsamente, a un grupo de policías bonaerenses.
El juez Ariel Lijo le endilgó una “participación psicológica”, consistente en el hecho que el magistrado se habría sentido respaldado para obrar ilegalmente al contar con la anuencia intencional del máximo referente de las víctimas.
Beraja fue acusado por la Fiscalía y todos los querellantes, excepto la AMIA y la DAIA, que no conciben que un dirigente judío pueda ser acusado de complicidad o encubrimiento de los asesinos de sus hermanos, a diferencia del concepto generalizado entre los familiares, que no dudan en apuntar contra él tras años de enfrentamientos.
Esta divisoria también se da en el seno de la comunidad judeoargentina, entre acusadores y defensores de quien supiera acaparar una cuota muy importante del poder interno de esa colectividad, sumado al que le daba la titularidad del desaparecido Banco Mayo y sus discutibles y estrechos vínculos con el menemismo entonces gobernante.
La de Beraja sin dudas es una de las figuras más controvertidas de las últimas décadas dentro de ese colectivo, y supo cruzar a sefaradíes con ashkenazíes, religiosos con laicos, derechas con izquierdas, entre otros.
En lo que va del juicio oral, el ex líder judío fue sindicado como un importante apoyo para el juez y los fiscales y un defensor de la pista policial que incluso se reunió con Telleldín y su abogado, Víctor Stinfale, para convencerlos de declarar contra los uniformados, aunque este último lo negó.
A todo esto, su figura fue especial y directamente señalada por los últimos presidentes argentinos, Néstor Kirchner y Cristina Fernández, como cómplice y corresponsable de la impunidad en el atentado a la AMIA, lo cual tiñó su imputación de un dudoso tufillo político.
“A mí no me pregunten, pregúntenle a Beraja”, supo decir el primero ante los cuestionamientos de miembros de la comunidad judía.
“Puedo ir con carteles al frente de la AMIA para decirles que un ex presidente de la DAIA, Rubén Beraja, encubridor y vaciador de bancos, está procesado en juicio oral por haber traicionado a su religión y su nación”, afirmó la actual mandataria en su último embate, el 1º de marzo pasado, en el discurso de apertura del año legislativo, en el Congreso y por cadena nacional.
Sin dudas, su indagatoria es la más esperada por la colectividad judía y se dará desde las 9.30 hs., aunque aún se ignora si declarará y si responderá preguntas, y en tal caso, si lo hará a las de todas las partes o solo algunas de ellas.
Otra incógnita es si sus colegas dirigentes comunitarios, actuales o anteriores, invariablemente ausentes en este juicio oral, concurrirán a respaldarlo o, al menos, a ser testigos de sus dichos, que seguramente generarán mucha polémica…