Itongadol/AJN.- El titular del Departamento de Asuntos Jurídicos de la DAIA, Santiago Kaplun, fue mencionado en los últimos días como un cuarto candidato a ocupar la presidencia de la institución a fin de año, junto con Julio Schlosser, Jorge Knoblovits y Ariel Cohen Sabban. Al respecto, en diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN), afirmó que está “construyendo un espacio, no solamente como una decisión propia, sino como el resultado de la gran cantidad de espacios vacíos que hay hoy en la dirigencia”.
-En estos últimos días estuvo circulando su nombre como posible candidato a la presidencia de la DAIA.
-Para mí es muy grato y muy importante que se me mencione como un candidato a la presidencia de la institución; y también es importante que gente con tanta trayectoria en la institución haya pensado en mí para ese cargo. En definitiva, calculo que termina siendo el corolario de tres años de un trabajo en la secretaría de asuntos jurídicos de la institución, que fue un sector de la DAIA que tuvo mucho movimiento.
-Es usted un hombre muy joven, ¿sostiene aceptar esta posibilidad?
-Para mí es muy importante destacar de dónde vengo yo. Yo vengo de una institución sociodeportiva, que es Macabi, con una fuerte identidad entre sus participantes, entre sus asociados y su historia. Macabi siempre fue una institución que marcó la tendencia de la comunidad, no sólo en lo deportivo, sino en el sentido ideológico que tiene su pertenencia. La realidad también indica que en muchísimo tiempo en Macabi no conocemos lo que es una contienda electoral, porque concebimos a la comunidad como tal y entendemos que las contiendas entre compañeros, a veces en lugar de enriquecer a las instituciones, como todo proceso democrático debería hacerlo, muy ocasionalmente lo hacen y muy a menudo le dan el efecto contrario, que es perjudicarla. Entonces, es muy complicado concebir a la política comunitaria como una contienda electoral entre compañeros. Teniendo en cuenta que la DAIA es una organización horizontal, que abarca a toda la comunidad, es lógico que se presenten elecciones y es lógico también que haya muchos factores de poder de la comunidad que quieran conducirla. Pero contestándote la pregunta, hay que construir mucho espacio para poder llevar adelante a la institución más importante de la comunidad.
-Debe ser difícil sentirse reconocido y con la posibilidad de dirigir una institución como la DAIA. Tal vez no es el momento. Se trata de construir un espacio para el futuro.
-Estamos construyendo un espacio, no solamente como una decisión propia de poder llevar adelante el espacio, sino como el resultado de la gran cantidad de espacios vacíos que hay hoy en la dirigencia, no solo de la comunidad central DAIA, sino en otras instituciones importantes para la vida comunitaria. Entonces nosotros, desde Macabi, consideramos siempre que las instituciones debían mandar a sus referentes, a sus mejores exponentes a las instituciones centrales, y no a aquellos que, de alguna manera, ya están desgastados en sus propias instituciones. Al contrario, yo renuncié a mi cargo de secretario general para poder sumarme a un proyecto que iba a ser y que fue en la medida de sus posibilidades, en el contexto de país y comunidad que tuvimos en esta cadencia, una renovación. La realidad hoy es que esa renovación se tiene que materializar definitivamente con una renovación generacional de los dirigentes, una renovación que yo estoy preparado para encabezar, porque me siento preparado, conocedor de la institución. Y sería muy interesante que las instituciones preponderantes de la comunidad puedan ser usinas generadoras de dirigentes jóvenes que puedan liderar estas instituciones. Hoy, la realidad es que brilla por su ausencia la juventud capaz, con ideología y con voluntad de liderar en la comunidad.
-Usted está hablando de un equipo. ¿Hay nombres propios, gente que podamos conocer?
-Lógicamente, para poder gestionar. La DAIA es una institución con una penetración en la sociedad argentina increíble. La DAIA es un símbolo de la comunidad judía argentina. La DAIA es la institución que lucha contra la discriminación y que aboga por la diversidad. En un país como la Argentina, la DAIA desarrolla un papel más importante que la defensa de los interese políticos y la representación política de la comunidad argentina. La DAIA tiene, por ejemplo, un programa de capacitación en diversidad que está orientado a las personas que atienden al público y que dirigen a otras personas. Ese producto, llamándolo en el buen sentido de la palabra producto, es el sello que debería tener la DAIA para poder legarle a la comunidad su razón de ser.
Concretamente, lo que quiero significarte es que en estos días estamos construyendo un espacio, un espacio que yo considero que necesita la comunidad. La comunidad está hoy viendo alianzas de personas para ocupar cargos. Y muy probablemente, luego de tener ocupados esos cargos, están hablando de qué harán con la institución, cuando en realidad debería ser al revés. Debería ser objetivamente analizar qué es lo que necesita la institución. La coyuntura argentina actual, en relación a la comunidad judía, está en un momento crítico que bajo ningún aspecto necesita contiendas electorales entre nosotros. Esto es lo que yo quiero especificar. Entonces, presentarme como un cuarto candidato para decir necesito los votos, para decir que gano la elección, es un acto de responsabilidad.
-¿Qué análisis hace respecto de lo que esta pasando en estos días con la elección?
-A mí me da vergüenza, me da vergüenza propia, no ajena, mejor dicho. Me da vergüenza propia y no quiero alimentar esto que estoy criticando. Entonces, en el momento crítico que hoy vive la comunidad judía argentina, en el entorno de país que estamos viviendo, es un acto de irresponsabilidad que los dirigentes de una comunidad, de una institución como la DAIA, hoy estemos hablando de un tema tan banal como la electoralidad de los votos, o de esto o lo otro. Deberíamos tener la altura como para poder liderar una elección sin partidismo.