Itongadol/AJN.- Esta semana se cumplen diez años del tremendo huracán Katrina, que entre las muchas tragedias generadas obligó a evacuar a miles de judíos de Nueva Orleáns, que se dirigieron al Oeste -Baton Rouge, Lafayette, en el corazón de los pantanos de Louisiana; Lake Charles, Beaumont y Mont Belvieu- en busca de lugares más altos hasta llegar a Houston, a más de 560 kilómetros de distancia.
Allí viven 40.000 hermanos que les abrieron sus puertas y con quienes establecieron vínculos personales y comunitarios que se fortalecieron a lo largo de esta década.
Les ofrecieron vivienda, espacio para instalar oficinas, apoyo moral, asesoramiento, membresía gratuita a sinagogas, matrículas escolares, dinero, libros rituales y otros objetos religiosos, y cientos de los evacuados de Nueva Orleáns eligieron quedarse a vivir en Houston.
A fines de mayo, esta ciudad vivió las peores inundaciones de su historia y el daño fue especialmente duro en el barrio judío; sus hermanos de Nueva Orleáns fueron los primeros en ayudarlos.