Itongadol.- El Dr. Yosi Goldstein, Prof. de la Universidad Hebrea de Jerusalem, dictó una conferencia en el auditorio de los Amigos Argentinos, sobre la campaña de desprestigio y boicot académico que está atravesando Israel.
Este tema está muy politizado y en “Israel se lo suele definir como una campaña de deslegitimación y negación total del Estado de Israel, tanto a nivel periodístico como en el mundo académico”, dijo.
Para los judíos “el término boicot no es novedoso y no está solamente relacionado con el Estado de Israel, ya que a fines del siglo XIX las ligas antisemitas europeas propulsaban el boicot a los negocios de judíos, y también los nazis en la década del ’30, impulsaron un boicot comercial y económico contra los judíos y se generó una reacción de contra boicot a los productos alemanes. Esa campaña ente 1933 y 1936 llevó a la creación del Congreso Judío Mundial en 1936, cuyo principal objetivo era combatir el antisemitismo”.
“Después de la creación del Estado de Israel hubo varios intentos de boicot por iniciativa de la Liga Árabe que continúan hasta hoy en día, excepto por parte de los países árabes que mantienen relaciones diplomáticas con el Estado de Israel: Egipto y Jordania.
Otro momento de boicot ocurrió luego de la Guerra de Iom Kipur de 1973, donde una campaña de boicot de la Liga Árabe, según su opinión, fue lo que llevó a que las Naciones Unidas dictaran la resolución equiparando el sionismo con el racismo. Años después fue derogada, pero es un antecedente para la actual acusación, que el Estado de Israel es un país que segrega a la población no judía”.
Al referirse específicamente al movimiento BDS: Boicot, Desinversiones y Sanciones, afirmó que “es una iniciativa que aglutina desde el año 2005 a distintas organizaciones propalestinas, afirmando que la más conocida es la que intenta que artistas israelíes no actúen fuera de Israel.
La rama cultural del BDS está presidida por un ciudadano árabe israelí, Omar Barguti, doctorado en la Universidad de Tel Aviv, quien declaró hace unos meses que “la fase actual de la lucha del boicot tiene todas las propiedades emblemáticas de lo que puede considerarse el último capítulo del proyecto sionista, y que estamos siendo testigos de la rápida desaparición del sionismo y nada se puede hacer para salvarlo”.
El Prof. Goldstein manifestó que la actividad de Barguti demuestra la democracia israelí. Los rectores de las universidades israelíes se reunieron con el Presidente del Estado de Israel, Reuven Rivlin, y solicitaron que se organice una contra campaña a fin de enfrentar el boicot que el BDS promueve contra las universidades israelíes.
“Lo que busca el BDS es deslegitimizar al Estado de Israel como estado judío sionista, utilizando como medio de difusión las redes sociales. La posibilidad para enfrentarla es la hasbará, el esclarecimiento que el Estado de Israel es un estado democrático, pero esta tarea está muy debilitada por un lado y por otro, hay situaciones políticas muy concretas. Si bien lo que se propugna en lo económico es boicotear a los productos producidos en los asentamientos judíos de Judea y Samaria, en la práctica se incluye a todo lo que produce el Estado de Israel”.
Uno de los métodos utilizados por los líderes del BDS es no ser violentos, no apoyar a los fundamentalistas ni las acciones terroristas. Y uno de sus grandes logros es que la Unión Europea exija que el Estado de Israel identifique dónde se producen los productos que exporta. Noruega y Suecia son los países donde más ha prosperado el boicot, mientras que en América Latina no tiene presencia por el momento. Si bien actualmente no es una amenaza a la existencia del Estado de Israel, puede llegar a serlo.
La respuesta de los intelectuales israelíes no es uniforme, pues hay muchos que plantean un modelo “laico” para el país y aceptan que deje de ser un Estado Nación judío, para ser un Estado Nación laico, algo que está en crisis tanto en Europa como en los países árabes.
Como conclusión, para el Prof. Yosi Goldstein la lucha contra el BDS tiene que ser una política de estado, ya que sólo una solución política respecto a los asentamientos, permitirá enfrentar con posibilidades de éxito a los grupos que propugnan el boicot.