Itongadol.- Tiempo de mirar atrás. Momento de poner manos a la obra y construir el futuro. Nuestra Escuela Comunitaria Arlene Fern llega a sus 20 años de vida y nos planteamos este desafío de rescatar y resignificar los principios ideológicos fundacionales para que se palpen cada vez más en nuestras acciones. Estamos no solo ante una oportunidad de festejar por lo vivido y lo que va a venir, sino también de trabajar con alumnos, docentes y padres, con la comunidad toda, esos principios.
“La escuela hizo una terrible evolución en estos 20 años”, apuntaron desde la Dirección. Y marcaron: “Hace 20 años era solo una idea, pensada desde lo teórico. Hoy es un proyecto sólido de una escuela judía pujante e innovadora, inclusiva y de excelencia académica. Trabajamos para que la brecha entre lo teórico y lo que en realidad pasa sea cada vez menor, que se plasme en cada acción cotidiana aquello que se pensó. Tenemos que revisar que todo responda a un modelo ideológico y que cada uno sea consciente de ese modelo en sus acciones”.
Hoy la proyección a futuro abre una nueva etapa, en la que se reivindica cada principio y se vuelve a la génesis, donde escuela, templo y comunidad conviven bajo un mismo techo. “Con miras a la construcción del Centro Comunitario Judaica Belgrano también estamos haciendo una gran evolución. Trabajando intensamente entre comunidad y escuela. Porque los edificios son solamente paredes, lo importante es qué sentido le da uno a las paredes que habita”.
A 20 años de su fundación, el sentido que le da Arlene Fern a las paredes que habita se fortalece, se sustenta en lo transitado hasta acá y se traslada a lo que vendrá. El pasado, el presente y el futuro van de la mano, en la misión de seguir construyendo comunidad.
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