Si bien Annan aceptó el retraso de la llegada de la comisión a Oriente Medio y no se opone a que se añadan, si es necesario, más expertos, sin embargo, aseguró que no cambiará a las personas designadas.
Después de diez días de intensos bombardeos, durante los cuales Israel prohibió la entrada a organizaciones humanitarias y a medios de comunicación, el campamento de refugiados palestino de Jenín, en Cisjordania, quedó arrasado.
Ello provocó duras críticas contra Israel y la sospecha de que su Ejército había perpetrado matanzas y otros crímenes de guerra.
Ante la presión internacional, el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Simón Peres, informó a Annan el viernes pasado de que Israel tenía «las manos limpias» y que «no tenía nada que esconder», por lo que le daba la luz verde para que enviara a quien quisiera.
Más tarde, el gobierno israelí vetó la presencia en la comisión de investigación de la alta comisaria de Derechos Humanos, Mary Robinson, del alto coordinador de la ONU para Oriente Medio, Terje Roed-Larsen, y del responsable de la agencia de la ONU para ayuda a los refugiados palestinos (UNRWA), Peter Hansen.
Pese a ello, Annan anunció ayer una comisión presidida por el ex presidente finlandés Martti Ahtisaari, la antigua alta comisaria de la ONU para los Refugiados Sadako Ogata y el ex presidente del Comité de la Cruz Roja Cornelio Sommaruga.
A los tres se unirían, un experto militar, el general estadounidense, William Nash, un asesor policial, el comisionado irlandés Peter Fitzgerald, y varios especialistas jurídicos, forenses y de seguridad.
La comisión fue alabada por el mundo diplomático y político.
El embajador de España ante la ONU, Inocencio Arias, que este semestre representa a la Unión Europea (UE) ante la ONU, la calificó de «competente y sólida», mientras que su colega ruso, Sergey Lavrov, que este mes preside el Consejo de Seguridad, decía que se trataba de funcionarios «muy conocidos y muy respetados por la comunidad internacional».
Según la ONU, Annan no se opone a la llegada de los expertos, pese a que no se entrevistarán con los investigadores, que ya están en Ginebra.
Annan obtuvo el inmediato respaldo del Consejo de Seguridad, que en una declaración a la prensa hizo saber que quería «el rápido cumplimiento» de la resolución 1405, aprobada el pasado viernes, en la que se acoge con beneplácito la iniciativa de Annan de enviar investigadores a Jenín.
En la declaración, el Consejo también muestra su «completo respaldo al secretario general de la ONU».
En opinión del embajador palestino ante el organismo internacional, Naser al Kidwa, lo que Israel pretende con todas esas condiciones es «chantajear» a la comisión de investigación y a la ONU.
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