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Rosh Hashaná 5775 y unas Altas Fiestas con mayor unidad ante la crisis

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 Falta muy poco para dar comienzo a los Iamim Noraim, los “días terribles” de Rosh Hashaná (Año Nuevo Judío) y Iom Kipur (Día del Perdón). Las sinagogas de la comunidad judía argentina se preparan para oficiar los servicios y sus rabinos y seminaristas enfatizaron a la Agencia Judía de Noticias (AJN) que este 5775 “no será como cualquier otro” año, sino que tendrá un propósito adicional: implicará el inicio de una época de mayor reflexión y unidad comunitaria ante los latentes conflictos internacionales y la crisis económica que se vive a nivel local.

 
El Rosh Hashaná de este año comenzará al atardecer del miércoles 24 de septiembre y contará con la característica presencia del sonido del shofar, el cuerno de carnero que llama a los judíos a la meditación, el autoexamen y el arrepentimiento durante diez días de oración, penitencia y caridad que terminan el sábado 4 de octubre al anochecer, con Iom Kipur.
 
Los rabinos y seminaristas de los templos de Buenos Aires coincidieron en que este nuevo año judío resultará una “oportunidad de unión de la comunidad frente a estos tiempos de crisis” que se vivencian, principalmente por el conflicto entre israelíes y palestinos en la Franja de Gaza y la inminente crisis económica que atraviesa la Argentina.
 
“La sinagoga es un lugar de encuentro y plegaria al que cada judío lleva sus sentimientos, preocupaciones, recuerdos, proyectos… y este año es especialmente importante la necesidad de estar juntos luego del operativo ‘Margen Protector’ y la guerra en Israel, así como las graves consecuencias y las reacciones antisemitas que resurgieron en todo el mundo”, remarcó a AJN el rabino Darío Feiguin, del Seminario Rabínico Latinoamericano.
 
En el mismo sentido se ubicó Sergio Brukman, presidente de la Fundación Judaica: “Los recientes acontecimientos en Israel y el rebrote antisemita afectan a todos, al igual que la crisis en la Argentina. Todo ello repercute en las sinagogas y esperamos que la gente sienta el espacio comunitario como un ámbito de contención y de acercamiento, ya que ésta es una época del año donde estamos espiritualmente bien predispuestos y receptivos para generar momentos de encuentro”.
 
Desde Natán Gesang, su seminarista y líder de Estudios Judaicos, Gabriel Pristzker, manifestó que “resulta notable cómo la gente se acerca buscando vínculos ante estos tiempos de crisis y conflicto” y que es por ello que estas festividades “permitirán abrir la puerta de la casa de cada judío para consolidar un efecto de familia extendida en el templo”.
 
En tanto que el rabino de la Comunidad Amijai, Alejandro Avruj, destacó la necesidad de “trabajar todos juntos para enfrentar este momento difícil de la Argentina a nivel económico”, ya que “durante las épocas de crisis es cuando más uno tiene que ayudar al otro”. También auguró que este 5775 “sea un año bueno, dulce y pleno de proyectos y que traiga paz a los barrios de la Argentina y de Israel”.
 
“Los momentos de crisis son oportunidad y generan un acercamiento a la espiritualidad del templo, y eso lo queremos capitalizar en la comunidad en un cien por ciento”, declaró a AJN el rabino Marcelo Bater, de la Comunidad Dor Jadash, más conocida como “el shil de Murillo”.
 
En la Comunidad Bet- El, su rabino Daniel Goldman deseó que “se pueda consolidar un poco la paz que estamos empezando a hallar en este momento”.
 
Mientras que el rabino Fabián Skornik, del Centro Comunitario, Religioso y Cultural Lamroth Hakol manifestó que “la unión resulta vital en un año muy sensible y muy especial por lo ocurrido en Israel y lo que pasa en el mundo en general con los judíos a partir del conflicto con los palestinos”, así como por la situación que está viviendo la Argentina.
 
“Todo nos afecta significativamente: hay gente que se queda sin trabajo y es muy necesario unirnos y ayudar”, completó.
 
Por su parte, el rabino Jonás Shalom, de la Comunidad Bet-Am Medinat Israel, hizo hincapié en la escalada de violencia e intolerancia que se vive tanto a nivel local como mundial y destacó que este nuevo año 5775 será el momento de replantear las soluciones y así “concretar los lazos que empezaron a trazarse dentro y fuera del judaísmo para erradicar estas problemáticas que devienen en antisemitismo y conflictos, y lograr la convivencia aceptándonos el uno al otro”.
 
En tanto que desde la Comunidad Benei Tikvá, su rabino Marcos Perelmutter consideró que este 5775 “no será como cualquier otro”, en relación al año que nos deja, que fue “muy especial para la Argentina, el mundo y el pueblo israelí”.
 
Es así que “hay mucha gente unida, esperando un mensaje de paz en Israel y Medio Oriente, éxitos para todos y, sobre todo, un año distinto, en el que la promesa de redención de los profetas esté más cerca”, auguró.
 
La preparación en las sinagogas
Las ceremonias de Rosh Hashaná están gestándose con muchas expectativas en los templos de las comunidades de Buenos Aires.
En algunos casos, los servicios se reducirán a leer la Torá, tocar el shofar y cantar oraciones religiosas, mientras que otros contarán también con la típica cena de Año Nuevo, con un costo de sitiales que va de los 250 a los mil pesos, según la sinagoga.
 
Los más jóvenes de cada kehilá (comunidad) tendrán papeles destacados en el desarrollo de la ceremonia.
 
Tal es el caso de la Escuela Comunitaria Arlene Fern, de la Fundación Judaica; el shil de Murillo y Bet-Am Medinat Israel, donde los chicos tendrán un rol protagónico en el desarrollo de los servicios, a fin de compartir entre todos la vivencia de un servicio realmente orientado al ciclo de vida en comunidad, según apuntaron sus rabinos a AJN.
 

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