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¿Que los chinos renuncien a la soja por el falafel y el humus?

La república de la Pita.
¿Que los chinos renuncien a la soja por el falafel y el humus?

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“Yo traje la pita a China”, declara Shaike Ronen orgullosamente, minutos después de haber freído falafel en la cocina del Mediterranean Sandwich Bar, un restaurante israelí en Shangai manejado por su esposa Haya.
El padre de Ronen era cocinero y él quiso continuar la profesión pero tuvo que dedicarse a un negocio más rentable: la venta de joyas.
“Encontrarás tu verdadera vocación con las joyas”, le dijo el padre antes de morir, sin dejar a nadie para continuar en el negocio de la cocina.
El tiempo pasó y Shaike se encontró la mayor parte del tiempo haciendo tratos en China, hasta que renació su pasión por la comida.
Su actual emprendimiento no fue su primer intento. Ocho años atrás, empezó a considerar la idea de producir pita en China. En el tiempo libre que le dejaba la venta de joyas, se asoció con un empresario taiwanes, abrió una panadería y esperó que lo mejor ocurriera.
Sin embargo, no funcionó como el quería y pensó que no podía abrir un negocio tan ambicioso sin la ayuda de su familia (que vivía en Israel).
Dos años atrás, Ronen logró reunir a su mujer y sus tres hijos en China, y se dispuso a realizar su sueño de las pitas y la cocina junto al menor de los tres, Amnon.
En abril se mudaron a un local más grande y volvieron a inaugurar el Mediterranean Sandwich Bar, ahora con la entrada oficial de Haya al negocio.
Ronen posee el registro de oficial de la producción de pitas, pero no de manera exclusiva. 1300 kilómetros al norte de su restaurante se encuentra el de Shuli Shabtai, en la ciudad de Beijing.
Luego de que su familia tuvo que mudarse a China por trabajo, Shuli decidió que algo le faltaba a la comida local. “Observé que no había ningún pan aquí que valiera la pena y pensé que la pita sería un gran éxito. Incluso queda bien con la comida china”.
Dos años después de abrir su panadería “Bite-a-pita”, importó un set de cocina y un horno para servir el pan, hummus, falafel y algunos otros manjares israelíes.
Ambos emprendedores israelíes se conocen y no se consideran competidores, aunque evitan pedirse ayuda. Ninguno de los dos denomina a sus restaurantes como israelíes aunque sí a la tradicional comida que allí sirven.

Fuente: Haaretz
Traducción: Leila Mesyngier

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