Itongadol/AJN.- “Hay grupos dentro de toda sociedad, especialmente las occidentales, que siempre han tenido prejuicios de judeofobia o antisemitismo, y ven alimentadas sus filas a través de lo que sucede allá (en Medio Oriente), lo usan como catalizador que borra las diferencias entre las distintas categorías”, explicó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) el profesor Mario Sznajder, director del Centro Leon Blum, del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalem (UHJ).
En una entrevista con la Agencia Judía de Noticias (AJN) el director del Centro Leon Blum, del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalem (UHJ), Mario Sznajder, se refirió a la situación del antisemitismo en la actualidad y realizó un análisis minucioso sobre la situación de Latinoamérica, en particular.
“No creo que sea la mayor crisis antisemita que ha habido en Latinoamérica. En investigaciones me he ocupado de este tipo de cosas, me acuerdo de la crisis que se produjo tras la captura de Eichman en Argentina, por ejemplo. Eso me parece una crisis más grave y que tenía una raíz local mucho más profunda. Hubo crisis relacionadas con antisemitismo en los 30, con movimientos que comulgaban con el fascismo y nacional socialismo”, recordó Sznajder.
Sin embargo, resaltó que “el problema es que eso se puede convertir en un tren. Si se calma la situación en Medio Oriente todos van a bajar la guardia, pero luego si hay otra crisis va a ser peor, una vez sentado el antecedente de que se pueden decir muchas cosas, aunque haya leyes de antidiscriminación. Hay una ignorancia alusiva, propagandista, para deslegitimar la existencia de Israel. Si Israel tiene una existencia legítima, ¿qué son los judíos? ¿Una categoría condenada a desaparecer por la fuerza?” “Esto ya lo vimos en el pasado. Y me parece que el hecho de que se repita con nuevos argumentos, y de distinta manera, es una barbaridad. Es algo que no debe ser y si esto no se frena, a través de la ley, entonces se va a repetir y va a ser peor en caso de otras crisis.”
En referencia al paso del antiisraelismo al antisemitismo, el director del Centro Leon Blum consideró que “hay que preocuparse porque esa mezcla es una buena base para la discriminación. Hay grupos dentro de toda sociedad, especialmente las occidentales, que siempre han tenido prejuicios de judeofobia o antisemitismo, y ven alimentadas sus filas a través de lo que sucede allá (en Medio Oriente), lo usan como catalizador que borra las diferencias entre las distintas categorías. Es discriminatorio porque es contra un grupo humano sin importar la posición personal de cada uno”. Y agregó: “Ahí se produce otro fenómeno, que lo vi en declaraciones en distintos medios de judíos, que no tienen nada que ver con Israel ni la vida judía, sea que son de izquierda o muy ortodoxos y antisionistas en su percepción religiosa, pero caen en la misma red. El detalle y la realidad se pierden cuando se produce un fenómeno grueso, que es borrar la diferencia y usar frases discriminatorias”.
Además, destacó la importancia de que estos comportamientos estén penados por la Ley: “Me parece que lo que no se dice, lo que no se denota como incorrecto, como criminal, queda en el aire y lentamente es digerido y aceptado por la sociedad. Entonces no le digo aquí a nadie que haga tal o cual cosa sino que el espacio público que no se ocupa, lo ocupa gente que tiene intenciones más allá de las declaraciones y se puede convertir en algo muy peligroso”.
Por último, como mensaje a las comunidades judías del mundo, expresó: “La crisis va a pasar, va a haber alguna mediación intermedia. Esto deja mucho que pensar. El mejor antídoto contra lo que no se conoce es el estudio, es la eliminación de la ignorancia. Una de las cosas más peligrosas que hay es tratar este tema a través de clichés, mucha gente lo hace. Creo que son problemas serios y hay que pensarlos seriamente. Hay que invertir trabajo, lectura, recursos. No es una cuestión de amateurs. Si uno quiere expresar públicamente una opinión debe ser fundada en los hechos y en un marco teórico”.
“La retirada de embajadores de algunos países funciona en forma contraria sobre la sociedad de Israel. Latinoamérica en este conflicto tiene un don neutral y luego ellos son perseguidos como países amigos. Me imagino que la sociedad y gobierno israelí estarían dispuestos a escuchar lo que ellos tienen para decir. Pero cuando hay un acto percibido como contra Israel, lo mismo con la parte palestina, entonces los dejan de escuchar. Piensan que tienen un prejuicio básico contra Israel y entonces se van. En vez de retirarlos los embajadores tendrían que estar insistiendo sobre las posturas de sus países”, concluyó.
En el marco del conflicto entre Israel y Gaza, Sznajder brindó una conferencia especial el 21 de agosto en el Colegio Tarbut, donde compartió un análisis académico del conflicto en Medio Oriente.
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