Itongadol.- En el salón de actos del Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall T. Meyer se celebró el 47º aniversario de la reunificación de la ciudad de Jerusalem, Iom Ierushalaim, ocurrido el 28 de Iyar de 5727, coincidente con el 7 de junio de 1967.
El acto se inició con un rikud (baile) a cargo del conjunto Darkeinu de la Sociedad Hebraica Argentina y la entonación del Himno Nacional Argentino, a cargo del jazán Fernando Sragowicz y el Hatikva cantado por Natalia Arazi.
La embajadora del Estado de Israel en Argentina, Dorit Shavit, se dirigió a los presentes manifestando que ella está muy vinculada con Ierushalaim, pues es nativa de esa ciudad, al igual que sus hijos. Contó además que su padre luchó en la Guerra de la Independencia en Jerusalem y su esposo lo hizo en la Guerra de los Seis Días, para después afirmar “el mismo 7 de junio visite Jerusalem”, para a continuación expresar “Jerusalem tiene un sentido especial, es una ciudad sagrada para tres religiones: la judía, la cristiana y la musulmana; y en guematria el número 47 significa que todas las religiones pueden convivir en paz, y después de la visita del Papa tal vez podamos lograr esto”.
La Embajadora se refirió luego a la historia de la ciudad, destacando que para el judaísmo Jerusalem es la ciudad desde la época del Rey David que es la capital espiritual y política mientras que para las otras dos religiones es una de sus ciudades sagradas, y que “Jerusalem fue la capital política del pueblo judío cuando fue soberano en su tierra, y durante los dos mil años de la diáspora todos los judíos rezaron mirando a Jerusalem(…) A partir de 1948, durante 19 años Jerusalem estuvo dividida entre el régimen jordano e Israel. Para nosotros, aunque era solo una parte de la ciudad, fue la capital política del Estado, mientras que Jordania no hizo nada por esa ciudad. Durante los dos mil años en que el pueblo de Israel estaba en la diáspora ningún otro pueblo estableció a Jerusalem como su capital política. Los musulmanes dominaron esa área más de mil trescientos años y nunca fue su capital política. Es importante destacar que en el islamismo no existe esa identificación entre el lugar sagrado y la capital política, por ejemplo en Arabia Saudita La Meca y Medina, ciudades sagradas no son la capital política. Para nosotros los judíos es importante mencionar, subrayar y recalcar este hecho político que no es menos importante que la característica de ciudad sagrada. La reunificación de Jerusalem es importante y trabajamos para construir Jerusalem”.
En nombre de los movimientos juveniles sionistas se dirigió a los presentes Diego Chulak, acompañado por Matías Dovzevich y Guido Sanfman. Chulak, destacó que lo que mantuvo unido al pueblo de Israel fue su deseo de tener su propio estado donde poder vivir en paz y tranquilos. Este anhelo, expresó, comenzó a cumplirse con los primeros jalutzim (pioneros) que partir de instalarse fuera de las murallas de Jerusalem, 1860, “expresaron un nuevo proyecto: que Ierushalaim vuelva a ser un centro de producción y desarrollo para el pueblo judío, empezando por el famoso molino de Montefiore en Yemin Moshe y llegando hoy en día a tener una de las mejores universidades del mundo, la Universidad Hebrea de Jerusalem”; hizo a continuación una relación entre lo nuevo y lo antiguo de la ciudad de Jerusalem, mencionando que “En Ierushalaim se encuentran los símbolos de la democracia israelí: la Kneset (Parlamento) y la Suprema Corte de Justicia, y es por todo esto que Ierushalaim mantiene su grandeza celestial de la mano de una esencia terrenal”.
Luego de ambas alocuciones se proyectó un video que resume la historia de la ciudad de Jerusalem desde el TaNaJ (Biblia hebrea o Antiguo Testamento) hasta la actualidad.
Posteriormente se dio lectura a dos poesías alegóricas y se invitó a los máximos directivos de todas las instituciones presentes a subir al escenario donde el Rabino Rubén Saferstein leyó el Salmo 132 y pronuncio la Bendición por el Bienestar del Estado de Israel, escuchándose a su finalización el tradicional sonido del Shofar, tocado por Rafael Kurzrok.
Durante el transcurso del acto la artista plástica Jacqueline Charrua pintó un cuadro evocativo de la ciudad de Jerusalem, que la embajadora Shavit y el presidente de la OSA, Víctor Chama, entregaron al director de la Escuela Nº 6 del Distrito Escolar 17 “Estado de Israel”, de la ciudad de Buenos Aires “Estado de Israel”, Guillermo Modarelli, quien agradeció la atención y la deferencia que han tenido hacia la escuela y a mi persona como representante de la escuela Estado de Israel. Quiero que sepan que para nosotros es una responsabilidad muy grade, porque educamos a los niños siempre en el sentido del respeto por todas las culturas y el respeto por todos los seres humanos, y que pensamos que toda vida es posible en la medida que podamos convivir en paz y armoniosamente entre todos los seres humanos en un mundo de paz y alegría”.
Posteriormente Natalia Arazi canto una serie de melodías dedicadas a Jerusalem y el acto finalizó con todos los asistentes entonando Ierushalaim Shel Tzaav, Jerusalem de Oro.
El acto fue conducido por Liliana Dubrovsky junto a Emiliano Joab y organizado por la OSA, FEDECC, Mercaz, Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall T. Meyer, Depto. de Actividades para la Diáspora de la OSM y los movimientos juveniles sionistas, con el auspicio de AMIA, DAIA, FACCMA, OSM, Agencia Judía para Israel, KKK y CUJA.