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Itongadol.- The front door of a mosque was set ablaze Wednesday, in what could be an additional hate crime in the West Bank.
No people were injured when unknown assailants lit a fire at the base of a mosque door in Dir Aistia, south of Qalqilya. The words "Arabs out!" were spray painted on the door.
Additional graffiti was found on an adjacent wall reading "Best regards from Qusra,” a reference to an incident in which a group of settlers who entered the Palestinian village of Qusra were apprehended and beaten threatens by locals who then passed them on to the IDF. According to some reports, the settlers had entered Qusra with malicious attempt.
An additional graffiti was found on the scene, referencing Psalms 79:10: "Revenging of the blood of thy servants which is shed."
In response to the incident, the army said "The IDF views such events with the utmost severity, they divert the attention and efforts of security forces from the primary mission of fighting terror. Such events also work to destabilize the region."
Last week, eleven \’hill-top youth\’ settlers from the outpost of Esh Kadosh entered the Palestinian village of Qusra, just south of Nablus, and were apprehended by local Palestinians after clashes erupted between the two sides.
According to the settlers, the attack was the result of clashes that took place earlier between settlers and Palestinians over security forces\’ evacuation of an illegal structure near the Esh Kodesh outpost.
Palestinian residents of the village however said the settlers entered their village, and attacked a young boy, who sustained head injuries as a result. Once the boy was attacked, the Palestinians said, several Qusra residents rushed to his defense and stopped the settlers.
The settlers then fled the scene and entered a Palestinian house under construction. According to Palestinian activists for human rights, locals surrounded the house and were intending to attack the settlers.
The Palestinian activists then created a buffer between the villagers and the house in which the settlers were barricaded. According to the activists, they stopped locals from entering the house and avenging the boy\’s attack.
Several of the settlers sustained bruises as a result of the attacks and the Palestinian activists returned them to the IDF.
The incident sparked a row of price tag attacks, including one in which the tires of the Samaria Brigade chief, Brig. Gen. Yoav Yarom, were slashed while he was in a meeting with the head of the West Bank settlement of Yitzhar.
The targeting of an IDF general sparked unprecedented criticism by the IDF of settler violence.
"How can you harm those who guard you and put their lives at risk for you?" a combat soldier asked.
"We are here 24/7 – patrolling, guarding, arresting suspects – and this (vandalizing of the officer\’s vehicle) was just a spit in the face," the soldier added, referring to the tire slashing incident.
Murió Juan Gelman, el hombre que escribió la revolución, el dolor y el amor
Itongadol.- Fue uno de los poetas más importantes del país. Ganó el Cervantes en 2007. Visitó la Argentina por última vez en agosto, cuando presentó su libro "Hoy" en la Biblioteca Nacional. Supo hacer alta poesía con palabras comunes, como casi nadie, y llegar al corazón de millones.
Había decidido matar a la derrota y había dejado el compromiso por escrito: “Te nombraré veces y veces./me acostaré con vos noche y día./noches y días con vos./me ensuciaré cogiendo con tu sombra./te mostraré mi rabioso corazón./te pisaré loco de furia./te mataré los pedacitos./te mataré uno con paco./otro lo mato con rodolfo./con haroldo te mato un pedacito más./te mataré con mi hijo en la mano./y con el hijo de mi hijo/muertito./voy a venir con diana y te mataré./voy a venir con jote y te mataré./te voy a matar/derrota/nunca me faltará un rostro amado para matarte otra vez.” Así había prometido, cuando terminaba la década del 70, cuando tantos rostros amados (Rodolfo Walsh, Paco Urondo, Haroldo Conti) ya estaban bajo tierra, cuando el hijo ya había sido desaparecido. Así se había parado frente a la muerte Juan Gelman, que era poeta, que era militante, que usó las palabras como una palanca para mover las piedras del secreto. Con belleza las usó y eso las hizo eficaces. O tal vez fuera la eficacia su belleza. Juan Gelman, ese poeta argentinísimo, porteñísimo, murió ayer a las 16.30 hora de México, donde vivía. En los papeles dirá que sufría un síndrome mielodisplásico, una forma de leucemia. Su nieta Macarena, que nació en cautiverio y fue recuperada gracias a la acción de Gelman y de su primera mujer, Berta Shuberoff, viajaba anoche desde Uruguay para participar del velorio, que se hará hoy a las 9 en el DF. Gelman tenía 83 años. Nadie se atreva a hablar de derrota.
Gelman había nacido en Buenos Aires, para ser exactos, en la Villa Crespo judía e inmigrante.
“Pertenezco a una familia judía de origen ruso. Soy el único nacido en la Argentina”, contó alguna vez. Lo acunaron en ruso, con el hermano recitando versos de Pushkin. “Han pasado más de sesenta años pero todavía recuerdo algunos, sin saber el idioma”, contaba en 1996. Los versos y la política se le harían carne desde chiquito. El padre había estado en la Argentina y volvió a Rusia atraído por el triunfo de la Revolución, en 1917. Pero “el destierro de Trotsky marcó para él el fin de la esperanza. El pequeño espacio democrático se había acabado”.
Se hizo de Atlanta, leyó, creció, estudió en el Nacional Buenos Aires, entró al Partido Comunista.
A mediados de los ‘50, en el país gobernaba la dictadura de Aramburu y Gelman fundaba, con Juana Bignozzi, José Luis Mangieri y otros, el grupo Pan Duro. Querían hacer “poesía en armas”. Querían poesía política, popular, con aires de tango. Desde ahí salió, en 1956 su primer libro: Violín y otras cuestiones.
“A través del poeta, porteño, nacional, muy nuestro, se ve al ciudadano del mundo”, definía Raúl González Tuñón en el prólogo. El libro empezaba casi con un deseo: “¡Quién pudiera agarrarte por la cola/ magiamanfasmanieblapoesía!
” Un par de años después llegó El juego en que andamos, un libro con poemas de amor, con versos a Roberto, Antonio, Juan, Esteban, que “ bajo sus nombres de albañil/ se fueron de la vida ”, con una descripción del juego que es la vida: “Si me dieran a elegir, yo elegiría/ este amor con que odio,/esta esperanza que come panes desesperados./Aquí pasa, señores/que me juego la muerte ”.
En 1962 salió Gotán, un libro clave, un manifiesto desde el título “al vesre” que arranca con un poema de amor que sacude hormigones y que arranca “Esa mujer se parecía a la palabra nunca” para cerrar “Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,/con un cuchillo brusco me maté,/voy a pasar la muerte tendido con su nombre,/el moverá mi boca por la última vez ”. Y hay Cuba en ese libro y hay Fidel: “ fidel es un país/yo lo vi con oleajes de rostros en su rostro” . El, que se iría al exilio algo más de una década, decía entonces: “Hay que aprender a resistir./ Ni a irse ni a quedarse, a resistir,/ aunque es seguro/ que habrá más penas y olvido” .
Mucho después, el mexicano Carlos Monsiváis escribiría que “La obra de Juan Gelman es un ir y venir entre las atmósferas de todos los días y la reflexión sobre la escritura poética”. Su amigo Francisco Urondo había dicho que la poesía de Gelman hacía pensar en alguien que silba lejos. Con el paso del tiempo y de los libros se fueron definiendo rasgos por los que ese silbido se reconoce de lejos: hace un fraseo coloquial, puede usar muchos diminutivos, puede romper la sintaxis y torcerle la conjugación a un verbo hasta hacerlo regular.
En octubre de 1967 escribió Pensamientos, allí hablaba del Che Guevara: “El comandante Guevara entró a la muerte/ y allí andará según se dice” , escribía y dejaba clara su ruptura con el PC, que había ocurrido en 1964: “pero/ahora nomás/el comandante Guevara entró a la muerte/ y allá andará según se dice/ pregunto yo/ ¿quién habrá de aguantarle la mirada?/ ¿ustedes momias del partido comunista argentino?/ ustedes lo dejaron cae r/ ¿ustedes izquierdistas que sí que no?/ ustedes lo dejaron caer.
” Para entonces, ya era un militantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, peronistas-guevaristas. Y de ahí pasaría a Montoneros.
Amenazado por la Triple A, sale del país en 1975 como una especie de embajador de Montoneros.
Nunca volverá a vivir en el país. Su exilio lo llevó a Roma, a Madrid, a Managua, a París, a Nueva York y a México. Trabajó como traductor de la Unesco.
En 1976 desaparecieron su hijo y su nuera, lo que marcaría su vida. Se ha dicho de sobra que no hay palabras para nombrar a quien pierde un hijo, pero el poeta la buscó: “deshijándote mucho/deshijándome”, escribió en 1980.
En 1982 murió la madre; Gelman estaba exiliado, no podía volver, no pudo conseguir un pasaporte falso. En 1989 escribiría versos en los surcos de ese desgarro: “ vos / que contuviste tu muerte tanto tiempo / ¿por qué no me esperaste un poco más? / ¿temías por mi vida?” En el año 2000 ganó el Premio Juan Rulfo y en 2007, ese Nobel de las letras en castellano que es el Cervantes. Cuando se lo dieron mencionó a Marina Tsvetaeva: “La gran poeta rusa aniquilada por el estalinismo, recordó alguna vez que el poeta no vive para escribir. Escribe para vivir”, dijo, hablando de sí mismo, claro.
El año pasado le preguntaron cuál era la palabra representaba a los argentinos. “Boludo”, dijo el poeta, coloquial hasta el fin.
Hay más libros, más poemas, todos con la tristeza amable que llevaba en los ojos. Lo creman mañana.