Itongadol.- El secretario general de la Confederación Latinoamericana Macabi (CLAM), Oscar Jaroslavsky, se refirió, en diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN), al Primer Congreso del Deporte Macabeo Latinoamericano, que se llevó a cabo en Buenos Aires del 29 de octubre al 2 de noviembre, como “una posibilidad para alinear y uniformar la vida deportiva del continente”.
Según el dirigente brasileño, la iniciativa surgió hace aproximadamente un año y por ello realizaron “una primera etapa de evaluación sobre la situación del deporte en cada país, para llevar más deportistas a la Macabeada”.
De esa manera lograron convocar a más de 1300 atletas, con la participación de países que fueron por primera vez -como Cuba, Guatemala y Ecuador-, además de México, Argentina, Brasil, Chile y Venezuela.
“Batimos el récord de participación”, se enorgulleció.
“Tenemos que tener la conciencia de que el deporte es un instrumento de reunión de nuestros muchachos y buscamos que los chicos que vengan a practicarlo se lleven, además, enseñanzas de sionismo, cultura e identidad judía”, destacó Jaroslavsky, para quien “no es lo mismo hacer un deporte en un club judío a la competitividad nacional”.
“Queremos promover que la gente se junte para el deporte y adquiera identidad porque en los mismos hay Kabalat Shabat, se conocen parejas, amistades… Lo principal del pueblo judío es la continuidad.”
Por otro lado, consultado sobre el objetivo de la organización, el dirigente afirmó que “50 años atrás era luchar contra la asimilación en América Latina y hoy es el mismo; el continente nunca tuvo tanta unión como ahora”.
Así como existen rikudei am o encuentros internacionales de madrijim, la intención de la institución es dedicarse a realizar eventos deportivos.
“Como la única Macabeada es la de Israel, cada cuatro años, y hay varios Juegos Macabeos en Latinoamérica -cada país hace el suyo-, lo que necesitamos es internacionalizar los eventos locales”, expresó.
Por último, el secretario general de CLAM enfatizó: “Tenemos que ser más consecuentes y traer más muchachos judíos al deporte. Muchas veces la Ley del Retorno es una trampa para nosotros mismos porque tenemos integrantes que tienen una bisabuela judía, pero no poseen tradición judía. Vienen y hacen goles, pero ese caso prefiero no hacer un gol y tener a todos los muchachos judíos”.