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Itongadol.- Trece activistas judíos fundaron la Unión General de Trabajadores Judíos de Lituania, Polonia y Rusia, en idish, popularmente conocido como “Bund”, el 7 de octubre de 1897 en la ciudad de Vilna (Lituania). Este fue un movimiento político judío que tuvo un importantísimo accionar en las comunidades judías de Europa Oriental hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial y también en los lugares donde los bundistas (miembros del Bund) se radicaron, como consecuencia de las migraciones judías de la época.
Autodefinido como un partido social demócrata, sustentado en el marxismo, planteaba la necesidad de luchar con el fin de obtener la emancipación cívica para todos los judíos, a los que consideraba una entidad nacional autónoma en los países en los que residían que tenía su idioma, el idish, y su propia cultura, la cual tenía que tener una activa participación en los movimientos sociales que postulaban el cambio de sistema político y social en la Rusia de los zares y los territorios por ella gobernados. En esos años su meta era la unificación de todos los obreros judíos del imperio ruso, por lo que actuaba tanto como partido político y como sindicato judío.
La fundación del Bund fue el resultado de un movimiento ideológico, en su mayor parte clandestino, desarrollado desde varias décadas antes del inicio del siglo XX por diversos sectores de la población judía de Rusia, Lituania y Polonia, tanto obrera como intelectual, que se alejó de la observancia religiosa y luchaba por un mejoramiento de la situación económica y social en la que se veían obligados a vivir bajo el régimen zarista. Esto hizo que, ya organizado como partido político, se uniera meses después, en marzo de 1898, al Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), que hasta 1903 lo reconoció como único representante de los trabajadores judíos dentro de su estructura.
Su postura ideológica lo contraponía tanto a quienes consideraban al judaísmo una religión con su peculiar forma de vida como a aquellos que postulaban que el pueblo judío debía regresar a su tierra ancestral, Eretz Israel (la tierra de Israel), a fines del siglo XIX. Esto lo condujo a ser opositor al sionismo, aunque se unió a ellos en la formación de grupos de autodefensa para defender a las poblaciones judías de los ataques antisemitas (pogromos).
El planteo de que los judíos debían ser reconocidos como una “nación autónoma” en los lugares en los que residían motivó serias diferencias con los partidos socialistas, que si bien se definían como internacionalistas, sostenían la necesidad de la unificación nacional.
Luego de que la Revolución de 1905 fuera derrotada por el gobierno zarista, el Bund centró su actividad en el accionar cultural, difundiendo su ideología mediante diversos periódicos que sus miembros fundaron y editaron en idish, a la vez que normalmente apoyaba la postura de los mencheviques, que se oponían a los bolcheviques.
Luego de la Revolución de Octubre (1917), cuando el poder pasó a manos de los bolcheviques, el Bund – al igual que el resto de los partidos políticos –dejó de existir oficialmente en la URSS. Muchos de sus miembros se unieron al partido gobernante, otros emigraron y algunos intentaron que continuara existiendo como un movimiento interno de las masas judías. Muchos de los bundistas que permanecieron en la URSS fueron apresados y eliminados por el régimen stalinista.
A partir de 1918 la actividad del Bund se desarrolló principalmente en las comunidades judías de Bielorusia, Polonia y Lituania hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Pero cuando el primero de estos estados se integró a la URSS, el partido dejó de existir legalmente.
Tanto en Polonia como Lituania el Bund tuvo una activa militancia política y cultural en las diversas comunidades judías existentes, en las que mantuvo su ideología secular y nacionalista, si bien luego del advenimiento del nazismo al gobierno de Alemania y principalmente la imposición de las leyes de Nuremberg en 1935 lo hicieron más permeable a admitir la existencia del sionismo.
En 1925, en la ciudad de Vilna, sus partidarios fundaron el Instituto Judío de Investigaciones conocido como IWO, una entidad socio-cultural que utilizó el estudio académico como un medio para la comprensión y el enriquecimiento de la vida judía, para que ésta sirviera para el desarrollo de una sociedad más justa.
A los pocos años de su creación, el IWO tuvo filiales en Nueva York, Viena, París, Londres y Buenos Aires, las que a partir de la destrucción por parte de los nazis de la entidad en Vilna se convirtieron en instituciones autónomas.
Como consecuencia de las migraciones, miembros y dirigentes del Bund se radicaron desde principios del siglo XX en los Estados Unidos, alcanzando a tener una importante participación en la comunidad judía de Nueva York, donde sus miembros tuvieron relevancia en la fundación de algunos sindicatos, en especial en el del vestido.
Durante la Segunda Guerra Mundial participaron activamente en la resistencia al nazismo. Uno de sus dirigentes juveniles, Marek Edelman, fue co-fundador de la Organización Judía de Combate que dirigió el levantamiento del Gueto de Varsovia en 1942.
Finalizada la contienda bélica, en la que un altísimo porcentaje de los miembros del Bund integró la nómina de los 6.000.000 de judíos eliminados durante el genocidio nazi, los dirigentes que sobrevivieron a la Shoá reorganizaron el Bund, si bien su incidencia en las diversas comunidades judías en las que actuaron, y todavía lo hacen, ha sido menor a la de los años anteriores a 1939.
En la Argentina sus partidarios fundaron o tuvieron activa participación en la fundación – además del IWO – de diversas instituciones, entre las que podemos mencionar el teatro IFT, la escuela Zhitlowsky, el Idisher Cultur Farband (ICUF) en la ciudad de Buenos Aires y el Centro Literario Israelita y Biblioteca Max Nordau de La Plata.