El juicio por la AMIA empezó el 24 de setiembre de 2001, es decir que el jueves habrán pasado ya casi tres años. Mucho tiempo, según las visiones más críticas, aunque era demasiado lo que había que repasar de la cuestionadísima investigación del atentado. Fue una tremenda explosión que, el 18 de julio de 1994, mató a 85 personas. El acto terrorista más grande en la Argentina y hasta ese momento el mayor de este tipo en Occidente.
El veredicto se está escribiendo en el séptimo piso de los Tribunales de Comodoro Py, en Retiro, donde tienen sus despachos los camaristas Miguel Pons, Gerardo Larrambebere y Guillermo Gordo. A pesar del hermetismo de los miembros del tribunal, trascendió que el veredicto «ya tiene unos cien puntos de lectura», según confiaron a Clarín.
Los primeros puntos serán los más previsibles: la absolución o condena de cada uno de los acusados. Cinco de ellos como partícipes primarios del atentado y de otros delitos comunes, además de otros 15 acusados por delitos conexos o menores.
El resultado más esperado es, a la vez, el más cantado: los ex policías de la Bonaerense Juan José Ribelli, Irineo Leal, Raúl Ibarra y Mario Bareiro serán absueltos. Aunque en las últimas semanas se estuvo especulando con que serán beneficiados por «falta de pruebas», un hombre que conoce de cerca a los jueces dijo a Clarín que podían ser aún más directos: serían absueltos por inexistencia de pruebas.
Si eso se confirma, los policías detenidos en 1996, dos años después del atentado, habrán ido presos injustamente y podrán, como anticipan, iniciar demandas al Estado.
Una suerte parecida le espera a Carlos Telleldín, el reducidor de autos robados al que apuntó toda la carga del Estado. Fue detenido a los pocos días del atentado acusado de haber provisto una camioneta Trafic usada como coche bomba. En la hipótesis de la Fiscalía, Telleldín les entregó la camioneta a los policías y ellos se la pasaron a los terroristas.
Hay, sin embargo, un mínimo margen de duda respecto a Telleldín. Los jueces deben decidir, además, si creen o no en la hipótesis de todos estos años sobre cómo ocurrió el atentado. Es decir, si lo que derrumbó la AMIA fue un coche bomba, armado con la camioneta que tenía Telleldín. Los miembros del tribunal han sido respecto a esto más cerrados que con los acusados y es, tal vez, el mayor interrogante para el jueves.
La gran mayoría de los puntos del veredicto, sin embargo, estarán dedicados no a los acusa dos sino a quienes debían investigarlos. Encabezará la lista el juez federal Juan José Galeano, quien manejó la investigación desde el primer día hasta el año pasado, cuando fue apartado por la Cámara Federal. Galeano ya enfrenta un pedido de enjuiciamiento por mal desempeño ante el Consejo de la Magistratura, pero el veredicto se detendrá, según trascendió, en los delitos en los que pudo haber incurrido.
Tampoco quedarán fuera de estas denuncias el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy ni los fiscales y agentes de Inteligencia y policías que participaron de la investigación. Pero habrá lugar para nuevos pedidos de investigación y de informes, con la idea de que del juicio no sólo queden ruinas sino algunas nuevas pistas.
Los jueces tendrán luego de leer el veredicto 60 días para dar a conocer la sentencia, con los fundamentos de su decisión. Pero como saben que el momento histórico será este jueves, intentarán descargar allí todo lo que tienen para decir. Es por eso que la lista de denuncias y pedidos de nuevas pistas para investigar será bien detallada. Cientos de expedientes, años y años de una investigación casi sin resistencia quedarán lejos del éxito y a un paso del papelón. El veredicto, como buen drama de este siglo, se podrá ver por la tele.
Fte Clarin. Gerardo Young