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Jonatan Zitzer, al igual que sus padres, estudió en el colegio primario Scholem Aleijem y este año comenzó su etapa secundaria en Ort Yatay, de Buenos Aires. Su hermana Yael, de 16, estudia en el colegio Ort de Belgrano. Su padre, Alejandro, Ingeniero en Energía Solar, trabaja también en forma voluntaria en el Shule, y su madre, Nora, es morá de rikudim y ballet. Se auto definen como familia tradicionalista. Los viernes asisten al Kabalat Shabat de su comunidad, y participan asiduamente en las actividades de la vida judía de Buenos Aires.
Todo comenzó en el año 2011, al realizarse un concurso organizado por Campaña Unida Judeo Argentina entre alumnos de colegios judíos, y al cual Jonatan decidió presentarse y regalarle a su padre el premio, con motivo de su cumpleaños. Dicho premio consiste en 2 pasajes a Israel, estadía de 4 días en Jerusalén, y un día de visitas a diferentes proyectos de Keren Hayesod, todo esto para enriquecer los conocimientos del acreedor del premio, y fortalecer sus lazos con el judaísmo y el Estado de Israel.
Infelizmente, Jonatan llegó al cuarto lugar, lo que lo frustró enormemente.
Dicho concurso es fruto del arduo trabajo realizado por la División Femenina de esta organización, la cual ve en la educación y la continuidad judía su meta principal. Está auspiciado por Raquel Friedman, llevando su nombre en agradecimiento a su fructífera labor.
Cuando en el 2012 se volvió a realizar el concurso, Jonatan decidió que esta vez lo ganaría, y efectivamente, así fue. Salió en primer lugar, de entre 50 participantes.
No es la primera vez que se propone algo y lo consigue. Hace unos años se le detectó cáncer en un ojo, y luchó contra él hasta vencerle, en todos los frentes. Sus padres, emocionados y orgullosos, lo califican de perseverante y decidido, poseedor de una memoria magistral.
Los preparativos para el concurso reunieron a los integrantes de esta cálida familia alrededor de Jonatan. Su padre se sentó con él horas, días y semanas, para profundizar en los temas de Israel, Sionismo y Keren Hayesod, tópicos centrales del concurso. Su madre obró de igual manera, y por supuesto también Yael. Todos sabían lo importante que era para Jonatan ganar esta vez.
Jonatan, próximo a festejar su Bar Mitzvá el próximo Agosto del corriente año en la sinagoga Hertzlía, inquieto ya por conquistar su próxima meta, concluye nuestro relajado encuentro con una conclusión bien madura para un niño de su edad: "Yo sólo quise demostrarme y demostrar a todos que SÍ SE PUEDE."
Por Mónica Rabotnicoff