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Ocho años luego del entierro del Rais palestino, Yasser Arafat, en la mañana de hoy martes, se retiró el cuerpo de la tumba de Ramallah con el fin de investigar las acusaciones de que fue envenenado. Un grupo de expertos internacionales de Suiza, Francia y Rusia tomaron muestras del cádaver de Arafat para determinar si el mismo fue envenenado o no.
Horas después del levantamiento del cádaver en la ceremonia militar en Ramallah, el mismo fue devuelto, también bajo acto militar, luego de la toma de muestras. “El procedimiento terminó. Cerramos de nuevo la tumba, y entregamos las muestras a los expertos rusos, franceses y suizos”, dijo una fuente palestina a la agencia de noticias francesas, AFP.
Los teléfonos móviles de los participantes en el acto fueron tomados durante el proceso “para resguardar el respeto a los muertos y el respeto a la tradición islámica y árabe”. El procedimiento se llevó a cabo sin la presencia de los medios de comunicación. La tumba fue tapada por una gran tela azul la cual impidió a los periodistas tomar fotografías.
En el mes de agosto se inició en Francia una investigación para determinar si hubo homicidio en la muerte del ex presidente palestino. Fuentes involucradas confirmaron a AFP que el proceso se realizó en base a una petición de la familia Arafat a Francia, luego de la muerte en un hospital cerca de la capital francesa. Según sostiene la familia, Arafat murió por haber sido envenenado con polonio- un material muy raro y radiactivo.
Las razones y causas de la muerte del líder palestino llegaron a los titulares en los últimos meses, debido a una investigación de la cadena “Al-Jazeera” la cual reveló pruebas de que Arafat fue envenenado. En la investigación afirma que de las pruebas que se hicieron en Suiza sobre sus pertenencias personales- ropas, cepillo de dientes, e incluso su famoso kefiyeh- se encontraron niveles anormales de toxina polonio.
La investigación, la cual ya lleva 9 meses, muestra que la salud del rais era normal hasta que se deterioró de pronto el 12 de octubre de 2004. Tras la publicación, el actual presidente palestino, Abu Mazen, exigió establecer una comisión investigadora internacional para examinar las circunstancias de la muerte de Arafat.