Por Ariel Said.-Fui miembro de la Comisión Bicameral desde que se inició hasta el año 2001.
La causa AMIA fue un gran teatro de operaciones con política interna, política internacional, también una gran madeja de complicidades y encubrimientos y sin investigación a fondo. No es ninguna novedad que toda causa criminal en la que no se reúnen las pruebas y en la que no se realiza una profunda investigación en los primeros meses de sucedido el hecho, transcurrido el tiempo resulta muy difícil esclarecerlo, sobre todo que transcurrido todo ese tiempo justamente para que no se esclarezca la responsabilidad interna local de cómo se organizó.
Es claro que fue una obra del fundamentalismo terrorista, esto está fuera de toda discusión, lo que no está claro es como se dio esto en el plano interno.
Si uno recuerda por ejemplo la desaparición de pruebas fundamentales como fueron el casete, que se echaban la culpa mutuamente la SIDE y la Policía Federal; la agenda de Telleldín; las desprolijidades en allanamientos del titular de automotores Alejandro; el tema del llavero que aparece vinculado a la persona que proveyó la camioneta que luego aparece en la AMIA; la no presencia o mejor dicho el retiro de policías de la puerta de la AMIA como así también de la Embajada de Israel; la propia actividad judicial. A mi me tocó un poco en soledad ser muy cuestionadota de la labor que desarrollaba el Dr. Galeano y desgraciadamente el tiempo me dio la razón, aunque me hubiese gustado equivocarme.
Finalmente ahora el juicio oral donde obviamente ya no es posible manejar la causa, una causa escrita permite ciertos manejos sobre todo cuando había también cierta protección del juez, en un rol absolutamente erróneo y equivocado, podía perjudicarse la buena marcha de la causa y es exactamente al revés, callarse las cosas, no decir la verdad fue lo que realmente perjudicó la causa, porque como yo lo digo en mi último informe: «Había que ver si se quería saber la verdad, o lo que se quería tener era un juicio y un expediente. Un expediente y un juicio lo hubo con un resultado que desentraña y toma luz cuando ya el procedimiento se torna oral, entonces el Tribunal Oral tiene mayor control social, control judicial, en un tribunal colegiado con control de todas las partes, de todos los abogados, tanto de las querellas como de los acusados, entonces la verdad va surgiendo, lamentablemente como digo yo, lo grave es lo que viene después.
Lo que sucedió con la policía y con la SIDE hay una hipótesis que dice que la SIDE podía estar en conocimiento de que se iba a producir el atentado y que hubo un seguimiento y que en algún momento se desenganchó a propósito o no por las propias razones operativas y después cuando se reencontraron con el operativo ya había explotado la Traffic en AMIA. Sostenían algunos que pareciera que se hubiesen dedicado a ocultar lo que sabían para evitar ser acusados.
Convengamos que todo lo que tenga vinculación con inteligencia sobre todo en este caso donde se mezclan intereses económicos, intereses del Estado, donde no es una sola cosa, una sola causa, es complicado, por eso tengo la clara sensación después de 10 años, la causa AMIA fue un teatro de operaciones de política interna y de política internacional, donde cada uno sabíamos de acuerdos, de intereses.
Encuentro con Hilary Clinton
La Senadora me planteó muy claramente en su carácter de representante del Estado de Nueva York, donde se encuentra una de las comunidades judías más importantes del mundo, su interés por el estado de la causa AMIA y yo me comprometí a mandarle toda la documentación que estaba a mi alcance.
También le informé todo lo realizado por el Gobierno del Presidente Kirchner lo que conocía y reconocía en materia de apertura de archivos de la SIDE para que sus integrantes testimoniaran y de esta manera estamos dando testimonio con los hechos, con un compromiso muy fuerte del Presidente Kirchner con el esclarecimiento de la verdad, tanto de la AMIA como de la Embajada.
Por eso digo que los gobiernos no se conocen por los discursos sino por los hechos.
Hemos testimoniado con decisión política clara y concreta, es un compromiso que tenemos de convicción.
La causa AMIA
Hay dos cosas que llaman la atención el tema de la AMIA no sólo por el hecho terrorista no es esto lo que llama la atención, lo que llama la atención es el comportamiento posterior del Estado, en la seguridad y la inteligencia respecto de éstos actos terroristas.
Al mundo civilizado le resulta incomprensible el tema de la impunidad, yo vinculo la impunidad del terrorismo de estado, de los años 76 en adelante, con los actos terroristas posteriores.
La impunidad crea la convicción de que todo es posible porque nada va a ser castigado, cuando una sociedad no vive de acuerdo a la ley, cuando no hay premios y castigos para quienes delinquen se rompen las reglas básicas del contrato social, que es lo que sucedió en la República Argentina.
El Gobierno del Presidente Kirchner está abocado en reconstruir en la Argentina.
La causa AMIA me llevó particularmente, a estudiar y a interiorizarme cerca del fundamentalismo terrorista y por eso tomé la postura del no envío de tropas a Irak.
Como ciudadana siento una profunda vergüenza por como se comportó el Estado argentino con posterioridad y se convierte según el Presidente en una vergüenza nacional, hay una convicción y una obligación personal por eso las medidas inéditas en el caso AMIA, donde decir la verdad debía haber sido la primera premisa, pero también y con esto quiero ser muy clara, hay que tener también en cuenta que muchas veces las autoridades que representaban a la comunidad judía no estaban a la altura de las circunstancias porque he tenido que ver como cambiaba algún representante de esa comunidad no en base a convicción sino en base a intereses tal vez personales como una entidad financiera, esto ya no me avergüenza como ciudadana argentina sino como ser humano. Que alguien pueda negociar cosas que están tan vinculadas a lo de uno, porque crímenes puede haber, hechos asesinatos, pero cuando estos crímenes son de lesa humanidad porque son la razón de la raza o de las ideas o de la religión, a mi me provocan mayor indignación, y muchas veces alguien de esa agrupación religiosa, esa misma convicción, esa misma etnia, traiciona a los suyos, eso me rebela como ser humano, por eso tengo sensaciones encontradas no solamente como miembro del Senado argentino, no como primera ciudadana, no como ciudadana, hay cosas que me repugnan a nivel de la calidad humana.
En todo esto hay algo que me desveló que rondaba en torno a la causa y que son los familiares.
Creo que perjudicó mucho la división entre os familiares, porque había mucha desesperación en algunos. Si había alguien insospechado era un familiar, muchas veces operaban sobre ellos para confundir o para no llegar al fondo de las cosas. Eso me dolió mucho ese es uno de los problemas que hemos tenido en la causa, tal vez si todos los familiares hubieran actuado mancomunadamente, hubiese sido un aporte un poco más fuerte para lograr el esclarecimiento de la verdad y para lograr presionar con mayor fuerza, con mayor fortaleza.
Pero la responsabilidad creo es estrictamente de las instituciones, no me cabe ninguna duda, y no hablo sólo de las instituciones del Estado hablo de las instituciones que representaban a la comunidad judía, quienes la representaban no estuvieron a la altura de las circunstancias.
Entonces también me parece que el juicio de la comunidad debe ser de igual gravedad sobre todo sobre quienes nos representan como ciudadanos argentinos y sobre los que nos representan como militantes o feligreses de la religión judía, porque creo que hay que medir a todos con la misma vara.
Fuente:Ariel Said para Itón Gadol
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