Mientras que los palestinos mantienen grandes esperanzas en la opinión de la CIJ, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, ya se ha apresurado a calificar de «inútil» el dictamen de la Corte y ha hecho saber que, sea cual sea, proseguirá con la construcción del muro.
Previsto con una longitud de más de 700 kilómetros, este muro, que en algunos de sus puntos consiste en una valla de varios metros de altura y en otros en un cierre dotado de sistemas de detección electrónica, penetra profundamente en Cisjordania con el objetivo de englobar el mayor número posible de colonias judías. Israel insiste en que su construcción es necesaria para protegerse de los kamikazes palestinos. El Tribunal Supremo israelí exigió recientemente una modificación en 30 kilómetros de su recorrido para preservar el derecho de 35.000 palestinos.
EL DERECHO INTERNACIONAL
Según varios expertos independientes interrogados por AFP, en el caso de que los quince jueces de la CIJ se declarasen competentes para opinar sobre este asunto, lo normal sería que se pronunciasen a favor de la ilegalidad del muro. «Si deciden responder al tema, no puedo imaginar que lleguen a la conclusión de que su construcción es legal, teniendo en cuenta el derecho internacional», afirmó Heikelina Verrijn Stuart, una jurista holandesa que sigue los procedimientos ante la CIJ.
«A grandes rasgos, en caso de que se pronuncien, los jueces deberían concluir que el muro es una violación del derecho internacional, aun cuando introdujesen matices sobre el derecho de Israel a defenderse», destacó Phon van den Biesen, un abogado experto en la CIJ.
En todo caso, los jueces de la CIJ aún podrían declararse no competentes para responder sobre este asunto, lo cual satisfaría a Israel. El Estado hebreo, que se negó a comparecer en las audiencias públicas del pasado mes de febrero, rechazó la competencia de la Corte en un memorándum por escrito en el que se afirmaba que el tema del muro es ante todo político y no jurídico.
Estados Unidos y los países europeos, que también se negaron a comparecer, creen que la opinión de la CIJ sobre el muro es inoportuna y podría poner en peligro la posible reanudación de las negociaciones de paz, todo ello a pesar de las condenas expresadas por los europeos contra el muro, que consideran ilegal, y de las reservas expresadas por Estados Unidos sobre su construcción.
Durante las audiencias públicas, los palestinos afirmaron que «el muro destruirá las esperanzas de la comunidad internacional de que se llegue a una solución que prevea la convivencia de dos Estados (palestino e israelí)». Las conversaciones políticas entre israelíes y palestinos se encuentran actualmente en un punto muerto.
NO VINCULANTE, PERO CON CONSECUENCIAS
Aunque la opinión de la CIJ no sea vinculante, podría tener consecuencias importantes en la opinión pública y en el proceso político. Israel teme que un dictamen negativo conduzca a una nueva resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU que exija el desmantelamiento del muro. La semana pasada, el Gobierno de Ariel Sharon pidió a Estados Unidos que imponga su veto a cualquier resolución que vaya en ese sentido.
«Si la más alta instancia jurisdiccional de la ONU declarase ilegal la construcción, Israel se vería ciertamente aún más aislado», declaró Olivier Ribbelink, investigador del Instituto TMC Asser de La Haya.
Fte E.Press