El director del departamento de sismología del Instituto Nacional israelí de geofísica, Rami Hofstetter, afirmó a la televisión que el seísmo, cuyo epicentro se situó al norte del mar Muerto, no debería causar réplicas en las próximas semanas.
La sacudida telúrica se notó en Jerusalén y en el centro de Israel, asi como en el valle del Jordán, de donde no procedieron indicaciones acerca de posibles víctimas o daños materiales. En Jordania, el terremoto se sintió en Amán, así como en las localidades de Madaba y Sal, al sureste y el noroeste de la capital jordana, respectivamente.
Una sacudida de amplitud similar se percibió el pasado 11 de febrero en Israel, Jordania y los territorios palestinos, causando el pánico en Amán, donde se cortaron las líneas telefónicas.
El valle del río Jordán, el mar Muerto y, más al sur, el desierto de Arava y el mar Rojo se encuentran en la falla sirio africana, una de las zonas sísmicas más sensibles del globo.