Inicio NOTICIAS Elecciones/DAIA. El “nuevo modelo comunitario” se presentará el 28 de junio

Elecciones/DAIA. El “nuevo modelo comunitario” se presentará el 28 de junio

Por
0 Comentarios

 Una veintena de dirigentes comunitarios se reunió ayer, domingo, en un hotel céntrico porteño para avanzar en la consolidación del “nuevo modelo comunitario”, que aspira a ganar la presidencia de la DAIA en las elecciones del 5 de noviembre y cuyo lanzamiento sería el 28 de junio, según anticiparon a la Agencia Judía de Noticias (AJN).

De la entrevista participaron, Waldo Wolff, y del Club Náutico Hacoaj, Ricardo Furman;  Jorge Knoblovits; y dos hombres que actualmente se desempeñan en la representación política comunitaria, Leonardo Feiguin, secretario de actas por Plural Jai, y Alejandro Donzis.

P- Se provocó una gran ola con el anuncio de la formación de vuestro movimiento, después hubo un silencio y resulta que están en pleno funcionamiento. ¿Qué está pasando? ¿Dónde se encuentran después de ese silencio?

WW– El silencio fue mediático y estuvo dado porque fue un tiempo de trabajo, que no correspondía publicitarlo, pero siempre estuvimos “vivos”. Somos un movimiento que se construyó como tal hace poco y ha sido muy coherente: dijimos que no negociaríamos cargos y que íbamos a trabajar en pos de una convocatoria amplia, multifacética, multidisciplinaria y multiespacio.

P- Hoy había 20 personas comprometidas con el proyecto…

WW– El silencio mediático quizá tuvo que ver con un primer esbozo técnico de un proyecto programático que hoy, después de un tiempo de trabajo, sacamos a la luz.

RF– Hubo muchos ausentes. Básicamente -todavía no está terminado- es una presentación que parte de un diagnóstico no político, sino de gestión de las cosas muy buenas que tiene la DAIA y las que quizás haya que mejorar, con propuestas en cuatro o cinco ejes. Una tiene que ver con el tema económico, que es de preocupación permanente; otro es político, un tercer tema sobre cómo están manejados los asuntos jurídicos y el Centro de Estudios Jurídicos y estaríamos incorporando dos ejes nuevos: uno que tiene que ver con el proyecto “La comunicación y el marketing de la imagen de la comunidad judeoargentina”, cómo podemos trabajar desde la DAIA para asumir esa responsabilidad, y el último tiene que ver con cuestiones que se hablaron en Pinamar sobre trabajar juntos en el MATE en el desarrollo de un nuevo modelo organizacional, un proyecto para la comunidad judeoargentina que pueda atacar varios de los problemas que tiene, como el decrecimiento vegetativo, la asimilación, la falta de funcionalización, la falta de discusión de un proyecto común y un modelo organizacional que a veces luce superpuesto, con una duplicación de funciones quizá poco eficiente. Todo este período hablamos con distintas personas que está o estuvo en la DAIA, leímos muchos documentos y ya estamos elaborando el primer documento de propuesta programática.

P- ¿Estamos hablando de un antes y un después de lo que va a ser la DAIA?

JK– Sí, pero no necesariamente porque esta conducción haya fallado en todo, sino que entendemos que uno va llenando de contenidos los proyectos: algunos van a mejorar, otros van a ser distintos, seguro que algunos que no están en funcionamiento los queremos sistematizar para hacer una DAIA económicamente sustentable, visible, participativa y federal, que contemple situaciones de instituciones femeninas -por ejemplo- que no tienen la cabida necesaria. Queremos tener una mesa rabínica, representativa de todos los sectores de la religiosidad judía de la Argentina, de consulta sobre situaciones que se dan en el ámbito comunitario. Este silencio fue de laboratorio: funcionamos en comisiones y después enviamos esa nota a la DAIA pidiendo información porque ya tenemos un power point que vamos a presentar ante todas las afiliadas, creo que el 28 de junio, a confirmar, para presentarnos en sociedad y debatir públicamente.

P- Waldo, sé que venís del conservadorismo y en alguna entrevista dijiste que pudiste compartir un momento con el rabino Shmuel Levin, referente de la ortodoxia, lo cual muestra una postura bastante amplia, ¿hacia ahí apunta lo que se está tratando de constituir?

WW– Nuestro mensaje siempre ha sido convocar a la unidad y reconocer a todos como hermanos. Es hora de que la única institución de tercer grado de la comunidad tenga una asistencia rabínica en cuestiones que tengan que ver con consultas a todos los movimientos, siendo parte de una mesa oficial. Es reconocer el pluralismo y el lugar que tienen que tener todos los movimientos que integran nuestra comunidad.

P- ¿No compite con la AMIA?

WW– No, porque les vamos a dar participación en cuestiones que tienen única y exclusivamente que ver con nuestra misión: la lucha contra la discriminación y la xenofobia. Si hay algo que somos es respetuosos de las misiones de cada uno y bajo ningún concepto vamos a tocarnos con la de otra institución.

P- En las últimas horas se supo que formalmente han presentado una carta a la DAIA, que -entre otras cosas- dice que vienen a constituirse y a ser parte del proceso eleccionario. ¿Qué hubo detrás de esa carta? ¿Por qué se gestó? ¿Cuál fue la expectativa?

WW– La carta es algo lógico: nos constituimos en un movimiento interesado en conducir la DAIA y, teniendo en cuenta que hoy no somos parte de la conducción, tomar conocimiento sobre qué proyectos van a trascender a la gestión actual, así podemos analizarlos, profundizar los que están bien, corregir los que consideramos que no y tomar conocimiento de la situación actual. Entendemos que es una carta lógica. Antes de mandarla nos fijamos cómo nos sentiríamos si la recibiésemos; la hubiésemos tomado con total naturalidad y seríamos colaboradores. Entendemos que con este semblante fue tomada en el seno de la DAIA.

P- Leonardo, actualmente sos parte de la DAIA y me alegra verte en esta mesa. ¿Qué opinás de esta iniciativa? Sé que creés que algunas cosas deben cambiar.

LF- Éste es un proyecto que entusiasmó a quienes, como ellos, no participan de la conducción y a quienes sí estamos. Debería entusiasmar a la comunidad porque significa un cambio en la forma de conducir las instituciones judías, en la forma de organización de la comunidad y las instituciones comunitarias, que durante cien años fue útil y ha dejado de servir. Me entusiasma que quienes están en este tema hayan entendido esa necesidad de cambio. Por eso nos sumamos a este proyecto, que representa que la DAIA tenga la posibilidad de entender esta nueva realidad de la sociedad argentina en general y poder llegar a cambiarla.

P- Algunas voces dicen que sería bueno que la propuesta de Waldo espere tres años porque una derrota ahora sería un fracaso grave para la juventud, difícil de reparar, porque rompería un futuro político. ¿Eso los asusta?

WW– Hay un tema que no es menor: no conocemos, formalmente, la existencia de otro candidato. Los únicos que hemos expresado nuestra intención de ser parte de la jerarquía y vamos a ir a elecciones somos nosotros. Si hubiese otro candidato, que va a existir, no tendremos inconveniente en ser democráticos y transparentes con nuestros hermanos porque nos conocemos todos y tenemos una aspiración legítima, con un proyecto para conducir. Tenemos un proyecto, vamos a seguir con eso. Podemos conciliar este proyecto.

P- Finalmente, estamos hablando de que éste es un momento de decisión, que las sociodeportivas van a tener participación en las políticas comunitarias.

WW– En realidad, las sociodeportivas nos fuimos dando cuenta de que tenemos un caudal muy grande de la comunidad judía. Es un hecho. Si bien históricamente puede ser que hayan participado esporádicamente, ya hace dos años -se vio en Pinamar, con el encuentro- se tomó la decisión de participar activamente porque podemos aportar capacidad de gestión. Nuestras instituciones son bastante grandes, con temas parecidos a los que tendría una empresa. Sabemos gestionar y armar equipos de trabajo. La DAIA es una institución de tercer grado, y tenemos experiencia en otras. Puede ser que haya mucha gente que nunca haya estado en la DAIA y otros que sí. Me parece que hablar de que no tenemos experiencia en la dirigencia comunitaria es erróneo: tenemos experiencia en haber manejado instituciones muy grandes, complejas y vinculadas a la problemática judía, y no nos fue mal. Me parece que si hacemos una buena mezcla entre muchos de los que han estado en la DAIA y otros en cargos muy importantes en distintos shules y templos…

P- ¿No les asusta la crisis económica que atraviesa la DAIA? ¿Cómo se paran frente a un elefante enorme difícil de controlar?

WW– Primero, con la verdad: hay que sincerar el estado de la DAIA. Los mismos socios no sabemos cómo se financia estructuralmente la DAIA. Hasta que no hagamos una gran reunión de sinceramiento no hay posibilidad alguna de hacer un diagnóstico para encontrar una solución, que la tenemos. El primer acto de diagnóstico es abrirlo, para que todos sepan. Mucha gente está trabajando, y la verdad tranquiliza. En varias de las sociodeportivas había una forma filosófica de volver al modelo en el cual había una cantidad de gastos e ingresos fijos y cuando no alcanzaba, sacabas un búngalo o una publicidad. Eso no es un modelo sustentable. El modelo sustentable de cualquier institución es tener unos ingresos fijos sustentables y buscar el equilibrio. En la DAIA hay ingresos fijos con una cantidad de gastos. Hoy es un hecho claro que los ingresos son menores a los gastos, entonces hay que cubrirlos con una serie de cosas. Proponemos un sistema sustentable, que no es fácil. El rumbo es que tu estructura de gastos fijos para mantener la DAIA -no hablo de proyectos- tiene que tener un sustento en cuotas de instituciones y publicidades recurrentes. Todos los proyectos restantes tienen que ser financiados por un departamento de fundraising. No puede ser que se llegue al día 30 con pánico, a ver si se pueden pagar los sueldos. Si los sueldos tienen que adecuarse a los ingresos, se adecuarán, como en cualquier empresa. El modelo es fácil: ingresos recurrentes con lo que las instituciones puedan pagar, que es un acuerdo entre ellas, que son las dueñas.

P- Waldo habló de la independencia que le genera a una institución la parte económica…

WW– Lo único que no puede perder la DAIA es independencia, y cuando uno trata permanentemente con hipótesis de conflicto de emergencia, no se puede trabajar en proyectos, ni a mediano ni a largo plazo. Por eso hay que sincerar lo que está pasando. Sería poco profesional y éticamente correcto hacer un diagnóstico sin saber lo que está pasando, razón por la cual, con nuestros pares hicimos lo mismo que haríamos si nuestras instituciones estuvieran en elecciones. Si termino mi gestión y los presidentes quieren ver qué está pasando, les abro la mesa porque está todo sobre la mesa. Las actas hay que darlas, es lo que corresponde. Está bueno empezar a ser coherentes con el proyecto.

P- ¿Cómo se están viendo frente a algo que no es menor: representar al brazo político de la comunidad judía?

WW– Creo que desde el primer momento en que decidimos que esto iba para adelante, y cuando desaparecimos un tiempo, fue para poder responder estas cosas e integrar a gente diversa. Todos los que integran el movimiento tienen experiencia. Si uno mira los perfiles, todos tenemos experiencia. Estando acá presidentes de instituciones y gente relacionada con la DAIA o que está en esta gestión es ilógico plantear una falta de experiencia. Antes de ser papá no tenía experiencia, hay que terminar con ese argumento. Hay que valorar otras cosas: proyectos, trayectoria de la gente… El gran problema que hay es que ese argumento es una respuesta cuando se quedan sin argumentos. Estamos contemplando la creación de un marco de notables que puedan asesorarnos en un montón de temas, que son necesarios y debería existir hace años. Nos parece importante estar asociados a un grupo de notables de presencia judía en la sociedad argentina. Es la diferencia de funcionamiento entre un trabajo en equipo y un dueño de la institución.

P- Waldo, te va a tocar ir a saludar a un Papa, viajar a Israel, interactuar con los gobiernos de un lado y otro. Desde ese lugar, ¿hay una crítica a lo que ocurrió hasta ahora? ¿Tenés claro cómo debería ser tu gestión si llegaras a presidirla?

WW– No es una respuesta que te voy a dar en soledad. La comunidad se va a tener que acostumbrar a que el destino de la representación política de la sexta comunidad del mundo, compuesta por ciento y pico de instituciones que representan a cientos de miles de judíos, no va a recaer en mi visión personal. Va a haber un grupo de trabajo, en el cual voy a tener un peso específico entre otros, y vamos tener una visión colegiada y representativa. El gran error que podemos cometer es repetir el modelo paternalista, supeditado a la impronta de la persona que va a dirigir.

P- ¿Creés que vas a poder consensuar la respuesta orgánica también en el día a día? Hay momentos en los cuales la cosa no será tan así.

JK– Estamos tratando de tener un trabajo en equipo. Sabemos lo que haría Waldo: si durante un discurso siente que la dignidad de la comunidad judía está en juego, él sabrá lo que tiene que hacer. No necesita consultarlo. Hay una exhibición del trabajo en equipo. Para saber si tu actitud representa el espíritu de equipo se tiene que transitar un entrenamiento de trabajo en equipo. Si alguien presiona al presidente, se le dice que fue una respuesta colegiada. Nuestro mayor desafío es lograr que cuando haya que tomar una decisión, ésta esté sustentada en un trabajo y el desafío permanente es que la decisión de esa persona no sea tomada en el momento, sino tras haber recogido por un tiempo determinado el semblante de lo que pasa en el grupo de trabajo.

P- Para el próximo acto del 18 de julio, la cosa está difícil y la AMIA está decidiendo en absoluta soledad, es porque no quiere recibir ayuda o porque la DAIA no le interesa. ¿En tu gestión tendrías un acercamiento como para compartir el proceso, que es responsabilidad de todos los judíos?

WW– El acto del 18 de julio es de toda la comunidad, no solamente de la AMIA, así como el de Iom HaShoá no es sólo de los sobrevivientes, como mi padre. La Shoá fue para todos y el atentado a la AMIA fue a la comunidad judeoargentina, aunque desde ya que la AMIA tiene que tener un peso específico porque fue determinado físicamente hacia esa institución. Dejar sola a la AMIA implica no hacerse cargo de que el atentado fue contra todos los judíos.

P- ¿Cómo futuro presidente de la DAIA tendrías una actitud diferente?

WW– Tiene que quedar en claro que así como todavía no se ha presentado otra lista, nosotros aún no tenemos candidato a presidente. Yo estoy liderando este proyecto desde FACCMA, pero somos una mesa y no hemos resuelto cargos. Esto es importante porque habla del modelo, así como dije en su momento que no jugamos a dos puntas y en absoluto hay posibilidad de que no nos presentemos porque nuestro proyecto trasciende las posibilidades de éxito y tiene que ver con un proyecto estructural. El éxito es una de las variables y es muy importante, pero no es el sustento del proyecto. Si no, ya habríamos negociado porque nos han hecho ofertas para hacerlo, y no lo vamos a hacer.

AD– Nosotros les abrimos las puertas del grupo a todos. Había una única condición: tener ganas de trabajar en serio para la comunidad, en un nuevo modelo, comprometidos. ¿Saben lo difícil que es juntar a la gente cuando le decís que no hay cargos (preestablecidos)? Todos pensamos que iba a ser imposible. Toda la gente con la que hablé vino porque “compró” los objetivos y entiende que es necesario un cambio.

  

También te puede interesar

Este sitio utiliza cookies para mejorar la experiencia de usuario. Aceptar Ver más