EFE.-Unas 100.000 mujeres ultraortodoxas deberán renunciar a sus pelucas, que fueron confeccionadas con el pelo de feligreses hinduistas, cuya religión consideran pagana, si resulta válido el halajá (dictamen) del rabino Shalom Yosef Eliashiv.
La validez ritual de las pelucas que están obligadas a usar las mujeres muy observantes, ha sido cuestionada por el rabino Eliashiv, uno de los exegetas bíblicos más respetados de su generación.
Conforme al dictamen rabínico, bastaría con que 50 de los aproximadamente 5.000 cabellos con los que está confeccionada una peluca hubieran sido recogidos en un templo hindú para que una mujer judía caiga en pecado.
Este, en rigor, sería el pecado en que, sin saberlo hasta el dictamen de Eliashiv, habrían cometido esas mujeres confiadas en que sus pelucas eran kosher, esto es, aptas desde el punto de vista del judaísmo.
Según la legislación religiosa, las mujeres judías casadas deben cortarse el cabello y cubrirse con un pañuelo, lo que hacen las más adustas, o una peluca, pues al ser el cabello uno de los factores de la atracción sexual femenina podrían caer en el adulterio.
Las muchachas de la comunidad ortodoxa, que suelen casarse a edad temprana, se cortan el pelo al cero antes de la boda y ese día ya van al palio nupcial cubiertas con una peluca o un sombrero.
El conflicto creado por el dictamen se agrava en estos días pues la comunidad ortodoxa se halla en vísperas de la temporada de las bodas, que comienza siete semanas después de la Pascua judía, el Pésaj, en el período de Shavuot, Pentecostés, que es cuando los judíos recuerdan la revelación de los Diez Mandamientos.
La «crisis de las pelucas» ha desencadenado una histeria colectiva que afecta a los talleres dedicados a confeccionarlas con pelo humano de India, el mayor exportador del mundo, o a importar _las más lujosas_ de Italia.
India, que vende 70% del pelo para pelucas en el mundo, exporta anualmente unas 45 toneladas, que se cortan decenas de miles de hindúes en sus templos como parte del ritual religioso, y que se vende a entre $ 180 y $ 250 por kilo.
El religioso envió a un rabino y a algunos expertos a India para investigar el origen del cabello empleado en las pelucas y estos le informaron de las ceremonias hindúes.
Según el diario Yediot Ahronot, 600 peluqueros se turnan durante las 24 horas del día para cortarles el pelo a los feligreses en los templos.
Ante las dudas sembradas por el rabino Eliashiv, no sólo los vendedores de sombreros están haciendo negocio, sino también los vendedores de pelucas sintéticas, que han aumentado su precio.
De momento, el dictamen está en estudio ante el gran número de mujeres afectadas pues es un gasto que les exige una notable inversión.
El precio de una peluca de pelo natural, que con frecuencia las hace mucho más atractivas que el suyo, puede oscilar entre mil y dos mil dólares en Israel, pero en Nueva York, donde se encuentra la principal comunidad ortodoxa del mundo, también alterada por la halajá del respetado rabino, su costo es de miles de dólares.
Las de fibra sintética, las «pelucas de los pobres», que son la gran mayoría entre los miembros de la comunidad, cuestan en Israel alrededor de 80 dólares, pero hay que cambiarlas cada seis meses a diferencia de las de pelo humano, que duran años. Además, son pesadas y ofrecen pocas posibilidades de peinado.
Fte El universal.