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Hajnasá de un nuevo Séfer Torá en la Escuela y Comunidad Wolfsohn Tabacinic

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La Escuela y Comunidad Wolfsohn Tabacinic celebró ayer, miércoles, el hajnasá (ingreso) de un nuevo Séfer Torá al Aarón Hakódesh (Arca sagrada) de su Beit Haknéset (sinagoga).
La hajnasá se inició luego de que medio millar de alumnos y padres de la escuela y miembros de la comunidad culminaran la escritura del Séfer Torá guiados por el sofer (escriba) Mijael Esquenazi en uno de los salones del jardín de infantes de la institución, para luego trasladarlo al edificio central de la escuela, que se encuentra cruzando la calle, acompañado por el resto de los Sifréi Torá del Beit Haknéset, con bailes y canciones.
Amenizada por la orquesta Samaj, la fiesta continuó en el salón de actos, donde siguieron bailando los asistentes, entre quienes se contaba gran cantidad de alumnos del establecimiento educativo, que también recitaron diversos versículos de la Torá.
El rabino de la comunidad, Mendy Gurevitch, les agradeció a todos los que ayudaron para que la institución pudiera tener un nuevo Séfer Torá, en especial a su antecesor, Shmuel Kiesel.
“Esta noche podemos celebrar con las dos cosas más importantes que tenemos: la Torá y nuestros hijos, y digamos un lejaim (brindis) por los chicos, que son quienes van a continuar por el camino correcto; vamos a recibir nájat (satisfacción) de nuestros hijos y ellos recibirán nájat de nosotros”, expresó.
Gurevitch contó que el proyecto del nuevo Séfer nació “cuando un alumno de la escuela, Meir Brian Kozba se curó milagrosamente de una terrible enfermedad y sus padres -Alejandro y Vero (todos en la foto, con el nuevo Séfer Torá)- dijeron que de ese momento tan difícil iban a salir con una nueva Torá para la escuela y la comunidad, en honor a su hijo”.
Los padres de Brian, visiblemente emocionados, tuvieron palabras de agradecimiento para todos los padres de la escuela y miembros de la comunidad que los acompañaron y apoyaron en los momentos tan difíciles que vivieron.
“La noche en que Brian estaba siendo intervenido (quirúrgicamente) nos dijimos que la manera de poder agradecer tanta gratitud recibida y a Hashem (el Creador) era juntar los fondos necesarios para un nuevo Séfer Torá para nuestro querido shule (colegio)”, así que “nos juntamos con Shmuel Kiesel y, luego de varias charlas y de la aprobación del rav (Tzvi) Grünblatt, empezamos”, relató Alejandro Kozba.
“Nuestro deseo es que este Séfer Torá traiga refuá (sanación) a todos aquellos que la necesitan”, agregó.
A su turno, el director de la escuela, Gustavo Dvoskin, destacó que “en hebreo, libro se dice ‘séfer’ y escuela se dice ‘beit séfer’”, de modo que “la Torá -el Libro- y la escuela casi son una sola cosa”.
“Nosotros trabajamos todos los días dándole un valor distinto al libro, que hoy tiene muchas formas -a veces hojas de papel y a veces otras cosas-, pero el Libro es la base de lo que hacemos todos los días y estar acá, escribiendo un nuevo Libro, es para todos nosotros un orgullo muy grande”, señaló.
Dvoskin admitió que “la sensación que uno tiene como docente, como director de escuela, es que está haciendo carretear a los chicos para que desplieguen sus alas y sean buena gente en el futuro”.
“Brian está en ese camino, los chicos de Wolfsohn están en ese camino; los vemos correr a todos y estamos muy felices por eso y por la familia Kozba”, concluyó.
Finalmente, el rabino Tzvi Grünblatt, director general de Jabad Lubavitch Argentina, afirmó que el Hajnasat Séfer Torá “es una gran fiesta, que amalgama todos los componentes de la vida, desde lo más alto hasta lo más cotidiano: la alegría de la Torá, la alegría de una comunidad, la alegría de una familia, la alegría de un niño; todo está engarzado como una bella alhaja de lo que es la vida de un judío”, que está compuesta “del individuo, el niño, la familia, la comunidad, la Torá, la energía, la fuerza, la fe y la alegría”.
“Cuando estuvimos bailando en la calle sentí que la gente vibraba porque el secreto de nuestro pueblo está, justamente, simbolizado en escribir una nueva Torá: nuestros jajamim (sabios) dijeron que la persona que escribe un nuevo Séfer Torá es como si él la hubiera recibido directamente de D’s en el Monte Sinaí”, enseñó.
“El judaísmo es viviente, se cocina sobre el fuego; no es que yo recibí la Torá de mi papá y mi abuelo nada más, además estoy escribiendo la Torá, la estoy recibiendo directamente de D’s”, insistió Grünblatt.
“La continuidad del pueblo judío se da porque no nos sentimos descendientes de judíos, somos judíos; no hacemos las cosas que hacía nuestro tatarabuelo -eso es retraso o, en el mejor de los casos, nostalgia-, hacemos las cosas que necesitamos: poner tefilín, aprender sobre solidaridad; hacer Shabat en casa, recordar la salida de Egipto y sentir que salimos nosotros…”, enumeró.
“En esta comunidad estamos generando familias que viven su judaísmo, que se comprometen, y eso es lo que queremos de los chicos, que no solamente se sientan judíos, sino que se asuman y vivan (como tales), que sean ellos mismos el fuego” donde se “cocina” el judaísmo, prosiguió el director general de Jabad Lubavitch, quien resaltó que “estos chicos no se olvidan más” de haber bailado con “una Torá en la calle con alegría y orgullo, sin tener vergüenza de qué va a decir el vecino; eso es el fuego viviente, eso es vida, que no es algo que se copia”.
Grünblatt también se refirió al nombre hebreo de Brian Kozba: “Meir quiere decir ‘que brilla’, y cuando se escribe una nueva Torá es un nuevo flujo de vida que se abre, un nuevo canal que viene del Cielo, una nueva fuerza, renovada, intacta, completa y limpia en todo aspecto, y una gran bendición no solamente para Meir, sino para toda la gran familia de Wolfsohn y del pueblo judío y para todos los seres humanos”.
“Gracias a todos los que están, gracias a los directivos y docentes de la escuela, que son los que ponen esta fuerza todos los días, y que nos encontremos siempre a festejar hasta la llegada de Mashíaj (Mesías)”, finalizó.
Luego se efectuaron las tradicionales siete hakafot (rondas) con los Sifréi Torá, que a continuación fueron reingresados al Aarón Hakódesh del Beit Haknéset.
Participaron de esta hajnasá y escribieron una letra en el nuevo Séfer Torá el vicepresidente 3º de la DAIA, Alberto Hammershlag; el titular de la Sociedad Hebraica Argentina, Oscar Olender; y numerosos rabinos de diversas comunidades.

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