El Papa Benedicto XVI recibió este jueves por primera vez a una delegación de líderes judíos de Latinoamérica y destacó la compresión, el respeto y cooperación entre ambas comunidades.
El encuentro fue impulsado desde el Congreso Judío Latinoamericano (CJL), que estuvo encabezado por su presidente Jack Terpins, quien fue acompañado por el titular del Congreso Judío Mundial (WJC, por sus siglas en inglés), Ronald Lauder, importantes dirigentes de la organización y una docena de líderes de la comunidad judía de América Latina.
Por la Argentina viajaron el presidente de la DAIA, Aldo Donzis, el director del CJL, Claudio Epelman y el rabino de la comunidad judía de Córdoba, Marcelo Polakoff.
En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), Polakoff, quien viajó en carácter de responsable de la Asamblea Rabínica Latinoamericana y fue el único rabino de la delegación, destacó el encuentro con el Pontífice como un gesto “muy importante que uno no lo dimensiona en este momento”.
“Fue la primera vez que a nivel de delegación, a nivel de autoridades del mundo judío de Latinoamérica que recibe el Santo Padre”, afirmó Polakoff.
La reunión comenzó a las 11.45 hora de Italia y duró una media hora en la que Benedicto XVI calificó el encuentro como “particularmente significativo”. “En toda Latinoamérica hay comunidades judías dinámicas, especialmente en Argentina y Brasil, que viven junto a una gran mayoría de católicos”, destacó el Papa.
En su mensaje, el Pontífice resaltó que fue “a partir de los años del Concilio Vaticano II que las relaciones entre judíos y católicos se han fortalecido también en su región, y hay diversas iniciativas que siguen profundizando la mutua amistad”.
“Como ustedes saben, el próximo mes de octubre se celebra el cincuentenario del comienzo del Concilio Vaticano II, cuya Declaración Nostra Aetate sigue siendo la base y guía en nuestros esfuerzos por promover mayor comprensión, respeto y cooperación entre nuestras dos comunidades”, afirmó el Pontífice.
Por su parte, Polakoff resaltó que el encuentro giró en torno al diálogo interreligioso.
“Tenemos un vínculo muy rico con las instituciones del mundo católico y esto no hace más que reafirmarlo. Estos encuentros sirven para reafirmar los lazos y que nos sentemos a dialogar, ya que vivimos en un mundo bastante complicado en tema de tolerancia y de diálogo”, indicó el rabino.
Para Polakoff, “el punto nodal de cambio en el vínculo entre la comunidad judía y el Vaticano fue el Concilio Vaticano II, del que se van a cumplir 50 años de su inicio, ya que empezó en el ‘62 y terminó en el ‘65 y marca una dimensión nueva de diálogo, reconciliación y cooperación”.
El rabino resaltó que ahora judíos y católicos pueden “cooperar y hacer proyectos en conjunto para atender a las necesidades de la gente”.
Durante el encuentro, el Papa habló de “socios de confianza y amigos” y Polakoff apuntó que “hay varias experiencias en América Latina, hay desarrollo del diálogo en todos los países”. “Hoy desde el Congreso Judío Latinoamericano le entregamos al Papa un libro producido y editado en conjunto entre el Congreso y el CELAM (Conferencia Episcopal de Latinoamérica), lo que es un pequeño símbolo y gesto”, afirmó el rabino.
En cuanto a la experiencia de haber visitado la Santa Sede, Polakoff comentó que “desde fuera del mudo católico se veía al Vaticano como algo lejano y misterioso y me parece que dentro del mundo católico también y esto ha cambiado”.
Justamente al recibir al grupo de dirigentes judíos, el Papa subrayó que “en un mundo cada vez más amenazado por la pérdida de los valores espirituales y morales, que son los que pueden garantizar el respeto de la dignidad humana y la paz duradera, un diálogo sincero y respetuoso entre religiones y culturas es crucial para el futuro de nuestra familia humana”.
“Tengo la esperanza de que esta visita de hoy sea una fuente de aliento y confianza renovada a la hora de afrontar el reto de construir lazos cada vez más fuertes de amistad y colaboración, y de dar testimonio profético de la fuerza de la verdad de Dios, la justicia y el amor reconciliador, para el bien de toda la humanidad”, transmitió Benedicto XVI.
351