La resolución promete una evacuación en general hasta finales del 2005 pero no menciona la de los asentamientos en particular, fórmula que permitió a la coalición contar con el respaldo de una mayoría simple de 61 entre los 120 representantes en el Parlamento (Kneset).
Para asegurarse el apoyo de sus ministros, Sharón dividió la evacuación de los asentamientos en etapas, y finalmente destituyó a dos representantes del frente de la Unión Nacional, que impugnaban esa iniciativa, y perdió el respaldo de sus siete diputados en la Kneset, donde tendrá que afrontar hoy tres mociones de censura.
La evacuación, vista por algunos como «histórica» y por otros como «una farsa», fue aprobada por 14 contra 21 entre los ministros del Gabinete Nacional después de ser excluida de la resolución toda referencia al desmantelamiento de los asentamientos judíos.
Su destino, en rigor, se decidirá por medio de una nueva votación dentro de nueve meses, en marzo del año próximo, una vez concluida una etapa preliminar de «preparativos para la evacuación».
Frente al debilitamiento de la coalición de Sharón con sus aliados del nacionalismo radical, el 44 por ciento de los israelíes, según el sondeo, lo quisiera ver en un nuevo Gobierno con el Partido de centro Shinui, y con el Partido Laborista, en la oposición.
Un 20 por ciento prefiere que Sharón, líder del partido populista de derecha Likud, siga gobernando con Shinui y con el Partido Nacional Religioso (Mafdal), los que forman actualmente su coalición al regresar del Gobierno el bloque de la Unión Nacional.
Menos aún, un 13 por ciento de los interrogados, quisiera ver a Sharón al frente de un Gobierno en el que participaran el Partido Laborista y los partidos de la ortodoxia religiosa. En este caso, un 23 por ciento de los encuestados no respondieron o lo rechazaron.
Fte L.V.D