Iom Hazicarón Lejalelei Tzáha”L Venifgaei Peulot Hateror (Día de Recordación de los Mártires del Ejército y las Víctimas de Actos Terroristas) es mucho más que lo que su nombre indica, ya que es una jornada de duelo nacional que se conmemora desde 1949 (5709, según el calendario hebreo), al año siguiente de la independencia del Estado de Israel.
Ello acontece el 4 de íar, el día anterior a Iom Haatzmaút (Día de la Independencia), a menos que caiga en sábado (Shabat), ya sea de día o de noche, ocasiones en las cuales se lo posterga para el atardecer del domingo. Este año se conmemora el próximo miércoles.
En rigor, la rememoración no se limita a las tropas, sino que también se honra a los caídos pertenecientes a la Policía, la Gendarmería, la Defensa Civil, el Servicio Penitenciario y demás organismos de seguridad e inteligencia que dieron su vida por el establecimiento y posterior defensa del Estado judío.
Y a partir de 2005 se agregaron las víctimas civiles de atentados terroristas.
Existen tres estadísticas diferentes que se dan a conocer en vísperas de esta jornada: los caídos en el último año, las víctimas desde el comienzo de la Guerra de Liberación (1947-1949, entre la Resolución de Partición y la firma de los armisticios) y los 1.626 fallecidos desde 1860, cuando los judíos jerosolimitanos dejaron la Ciudad Vieja para asentarse fuera de sus murallas.
El año pasado se trató de 183 asesinados, para un total de 22.867, a los que se sumaron a los quienes los sobreviven: 2.543 huérfanos menores de 30 años, 4.999 viudas y 10.819 padres que debieron enterrar a sus heroicos hijos. Este año aún no se informaron estos datos.
Un país virtualmente paralizado visita cementerios y se reúne en familia porque todos tienen alguien a quien recordar.
La ley estipula el cierre de todos los lugares de entretenimiento del país, el arrío de las banderas a media asta y el encendido de velas recordatorias en edificios públicos y sinagogas.
Los homenajes comienzan con el toque de una sirena por un minuto y el encendido de una llama votiva en la explanada del Kotel (Muro Occidental o “de los Lamentos”) por parte del Presidente; Shimon Peres, en este caso.
A la mañana siguiente (lunes 9 de mayo), a las 11 hs., otra vez sonará la sirena, pero por dos minutos.
Al igual que en la noche anterior, el transporte público se detendrá, los conductores particulares descenderán de sus autos y los transeúntes y la gente en sus casas se pondrá de pie y la acompañará en silencio.
Se acostumbra visitar los 44 cementerios militares y los numerosos memoriales emplazados en todo el país, y cada tumba de un héroe o mártir recibirá una vela, un ramillete de flores y una banderita israelí con una cinta negra con la inscripción “Izcor” (en memoria).
Previamente, todos los sepulcros serán arreglados y preparados para la ocasión.
La ceremonia oficial se realizará en el principal camposanto nacional, ubicado en el monte Herzl de Jerusalem, con la presencia del Presidente, el primer ministro y demás autoridades máximas de la Nación.
A pesar de ser un día de duelo, los niños concurren a las escuelas, aunque vestidos de negro y blanco, donde reciben una calcomanía con una rosa y la palabra “Izcor”.
Muchos soldados a sus secundarias luciendo su uniforme y participan allí del acto de recordación, juntos con estudiantes que pronto se les sumarán y padres de ex alumnos que son honrados en la ceremonia.
La fecha recuerda a todos los soldados israelíes, no sólo a los judíos; esto es, drusos, circasianos y beduinos, quienes tienen un memorial que recuerda a los caídos en el cruce Hamovil, en el nordeste de Israel.
Más allá de los ataques y atentados terroristas perpetrados en los últimos 150 años, Israel atravesó 6 guerras (de Liberación, 1947-1949; Campaña del Sinaí, 1956; de los Seis Días, 1967; de Iom Kipur, 1973; y las dos del Líbano, 1982 y 2006), además de dos Intifadas palestinas (1987-93 y 2000-2004, con una pluralidad de atentados suicidas) y numerosos operativos militares de menor o gran escala, el último de los cuales fue el acaecido en 2008-09 y conocido como “Plomo fundido”, en la Franja de Gaza.
Por ello, otra de las “costumbres” es que las fuerzas de la seguridad estén en estado de alerta máxima en Israel y los territorios, ante la posibilidad de ataques terroristas.
Con la caída de la tarde, Iom Hazicarón culminará con una oración especial de “Izcor” y una sirena que marcará el fin de esa jornada de tristeza, muerte y dolor nacional y el comienzo de los festejos de Iom Haatzmaút, que simbolizan alegría, vida y futuro.
En el mismo monte Herzl, a las 20 hs., se encenderán 12 antorchas, una por cada tribu del Pueblo de Israel.
En la Diáspora también se honra a todos los caídos, especialmente a los oriundos de esas naciones.
En la Argentina se realizarán distintos actos en los que también se recordará a las víctimas del atentado a la Embajada de Israel en la Argentina, que el 17 de marzo de 1992 cobró la vida de 29 personas e hirió a centenares, en el monumento lindero al monolito principal y al que recuerda a los 85 mártires del ataque a la AMIA, dos años después.
CGG
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